Hafatrá de Ki Tavó

La haftará que acompaña a Ki Tavó es una profecía de consuelo para Jerusalén. Se nos afirma que los exiliados de Israel volverán a Jerusalén, los gentiles edificarán Jerusalén y honrarán a Israel, promesas de bendición y bien para Israel y en especial para su corazón, la eterna capital del pueblo judío: Jerusalén.

Comienza con las famosísismas palabra: «kumi, ori»:

«¡Levántate! ¡Resplandece! Porque ha llegado tu luz, y la gloria del Eterno ha resplandecido sobre ti.»
(Ieshaiá/Isaías 60:1)

Y finaliza con las también famosísimas palabras: «ve’ita, ajishena»:

«El más pequeño equivaldrá a mil; y el menor, a una nación poderosa. Yo, el Eterno, a su tiempo la apresuraré.’»
(Ieshaiá/Isaías 60:22)

Debemos recordar que ésta es una de las siete haftarot de «nejamá», es decir, de consuelo.
Resulta que, después del ayuno del 9 de ab, comienza un período de alegría y consuelo. Por lo tanto, en los siete sábados después de ese agónico ayuno, se leen haftarot que no están directamente relacionados con la parashá, sino con el consuelo por la destrucción y el exilio. Es por ello que estos sábados reciben el nombre de ‘Sheva denejamata’ (los siete del consuelo).
Las porciones de profetas que están antes de la destrucción se toman de los libros de Jeremías e Isaías, pues hay durísimos fragmentos que anuncian la destrucción del templo y el martirio del pueblo judío. En tanto que estas siete haftarot de consolación son todas tomadas de Isaías solamente, con un tono apaciguador, cariñoso, que llena de esperanza pero también de compromiso.

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https://youtube.com/yehudaribco

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