Si bien la parashá se denomina "él vivió", realmente se nos narra el fallecimiento de Iaacov.
El Rebbe de Lubavitch nos hace ver que toda la vida del patriarca fue de conexión con el Todopoderoso, con expresa intención de trascender el mundo material.
Ya que el patriarca compartió esta gran cualidad con sus descendientes,
él se perpetúa con vida, más allá de su muerte física.
La vida no finaliza cuando uno exhala el último hálito,
si es que se ha vivido en verdad.
¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco