Temas de la Parashá
Consagración para el servicio santo de los Cohanim (ministros, sacerdotes)
En la parashá anterior leímos en la Torá que para inaugurar el Mishcán (Santuario), Moshé debía ofrendar delante del Eterno durante siete días.
Al día octavo, que coincidía con Rosh Jodesh Nisán, Aarón y sus hijos serían consagrados como Cohanim del pueblo judío y del Eterno. Por consiguiente, solamente ellos estarían en condiciones de cumplir con las funciones rituales del servicio de Hashem en el Templo.
Ni Moshé, ni los primogénitos de cada tribu, ni cualquiera de los miembros del shevet Leví, ni quien quisiera, sino solamente los que Hashem escogió para Su servicio por todas las generaciones, y de acuerdo a las reglas que se establecieron para tal actividad.
Esto implicaba al menos tres cambios importantes con lo que ocurría hasta entonces, pues hasta ese momento la persona que lo deseara podía realizar sacrificios en honor al Eterno, como considerara pertinente y en el lugar de su preferencia. A partir de ahora, solamente el Templo del Eterno sería el lugar, y los cohanim siguiendo las normas prescritas los encargados de realizarlo.
Mueren Nadav y Abihú
La parashá continúa relatando que Nadav y Abihú, los dos hijos mayores de Aarón, traen al Templo una ofrenda que no había ordenado el Eterno y ocurre un accidente por el cual fallecen.
El día de mayor honor y alegría para Aarón y los suyos, de pronto se transforma en una jornada espantosa. Moshé consuela a su hermano, quien guarda silencio. ¿Qué decir? ¿Qué palabras podrían ocupar el lugar de ese silencio profundo?
Kashrut: animales permitidos y prohibidos
Luego nos presenta la Torá algunas de las leyes de Kashrut (alimentos aptos), declarando específicamente que el motivo es exclusivamente espiritual, y no relacionado a higiene, salud, cuestiones folclóricas o cualquier otra.
Quedan permitidos los animales terrestres que cumplan dos condiciones: ser rumiantes y de pezuñas partidas.
Se listan las aves prohibidas para el consumo de la persona judía, siendo el resto, en principio considerada kasher (aptas).
Los animales acuáticos deben cumplir con dos características: que posean escamas y aletas.
Finaliza la perashá con la declaración por parte del Altísimo: «… Porque Yo soy el Eterno vuestro Elokim, vosotros os santificaréis; y seréis santos, porque Yo soy santo. No contaminéis vuestras almas… “ (Vaikrá / Levítico 11:43-44).
Tenemos la misión de “ser santos, tal como Dios es santo”; ¿qué querrá decir?