Resp. 4184 – Conquista de Eretz Canan

DanielO nos consulta:

Estimado Profesor Yehuda Ribco: En este momento me encuentro enseñando a mis alumnos (de los cuales una gran mayoría no son judíos) el pasaje bíblico en referencia a la conquista llevada a cabo por el pueblo de Israel en la tierra de Canan. El relato se ve plagado de acciones realmente detestables como el genocidio indiscriminado de mujeres y niños de distintas ciudades cananeas. Lo más dificil de comprender es que estas acciones son ordenadas por Hashem. Podría sugerirme como puedo explicar
Daniel Osowicki 28 años Director del Depto de Cultura Judía, Quito, Ec

Buen día.

Si leemos correctamente el texto del Tanaj, no encontraremos tales supuestas órdenes de genocidio.
Ni siquiera para los siete pueblos enemigos acérrimos de Israel en Canaan.
De hecho, la Ley judía (absolutamente fundamentada en la Torá) establece que se llame a la paz antes de iniciar acciones bélicas. Demanda la Ley judía a que se ofrezca a las personas enemigas a que se avengan a cumplir con los Siete Mandamientos para las Naciones, para de ese modo no batallar. Se exige que en caso de sitio se deje una senda para que las personas pertenecientes al enemigo puedan huir sin ser agredidos ni perseguidos.
Todo esto se establece en Devarim/Deuteronomio capítulo 20.
Es además Halajá, la ley judía, inapelable.
Y es así como se comportó el ejército del Eterno durante el asentamiento en la tierra canaanea y en las posteriores luchas desarrolladas por los reyes leales a Dios.

Por supuesto que si el pueblo enemigo rechazaba la paz ofrecida por el ejército judío; si mantenían su terca actitud de perseverar en idolatría, en inmundicias varias, en perversiones inconfesables; si declaraban su voluntad de exterminar al pueblo judío (tal como hicieran Amalec y Midián), entonces no tenían más remedio las huestes de la Luz que combatir hasta la última consecuencia.
Con todo el dolor del mundo, con todas las dudas éticas y morales, con todas las prevenciones posibles para no matar gente inocente.
Pero, en caso de estar ante una amenaza concreta de muerte (física o espiritual), entonces el deber es preservar la propia vida y la del inocente hermano.

Así pues, no hubo genocidios indiscriminados, ni sed de sangre, ni un Dios detestable que odiaba a los enemigos de Israel.
Sino que había condiciones muy humanitarias de guerra, pero sin caer en la tonta actitud suicida de los pacifistas idealistas.

Comprender esto, es aportar un granito de arena a la construcción de Shalom.

Por otra parte, aunque el Estado de Israel actual no ande de acuerdo a la halajá, es meritorio notar cómo a pesar de las agresiones y terrorismo de los enemigos de Dios y Sus fieles, el Ejército de Defensa de Israel trata de minimizar los daños colaterales, procura la paz a pesar de la estúpida y maliciosa acción de los enemigos.

En un aparte de actualidad. Estos árabes, que se hacen llamar palestinos -cuando todos sabemos que Palestina no existe, y los únicos que bregaron por una Palestina independiente fueron los judíos de comienzos del siglo XX- no son amalequitas ni canaaneos a los cuales había que tratar con suma dureza, por lo cual, es de ignorante, antijudío, caotista pretender que las acciones bélicas de autodefensa de Israel son siquiera una milésima parte de un genocidio o agresión imperialista.

Que sepamos construir Shalom.

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