El teclado qwerty y las religiones

La mayoría de nuestros teclados de computadora, antaño de máquina de escribir, tienen una caprichosa distribución, en lo que se conoce como teclado tipo qwerty.
¿Nunca les ha intrigado tal disposición antojadiza de las letras?
Les confieso que a mí sí.
Siendo muy joven, hace muchos años me cuestionaba sobre el qwerty, y me ilusionaba con idear/encontrar un sistema más “natural” en el que estuvieran ubicadas las letras quizás por orden alfabético, o tal vez de forma que la mano derecha tuviera mejor acceso a las letras más frecuentes (digamos a,e, s) en lugar de la izquierda y así otras ideas y preguntas que me fueron surgiendo en esas horas de ocio juvenil.
Ahora, ya mis dedos están habituados a la locación de las teclas, pero igualmente a veces, en esos raros momentos de vagancia mental, suspiro por un teclado más racional, según mi buen parecer y entender.
Como por casualidad hace un tiempito me topé con un articulito en la web, de un sitio que ya ni recuerdo (lo siento, debiera explicitarlo, pero no lo tengo registrado en mi memoria), del cual copié y guardé en mi PC, y ahora pasteo lo siguiente:

¿Sabían que la distribución qwerty se creó a propósito para que la gente escribiera más lento?
Estamos hablando de máquinas de escribir, claro, de dónde creen que provienen los teclados de las computadoras.
Resulta que había una distribución de teclas para máquinas de escribir que les permitía a las dactilógrafas teclear tan rápido que las palancas que unían a cada tipo con la correspondiente letra no tenían tiempo de volver a su lugar al golpear el papel y se encontraban con la que ya venía subiendo, y entonces se trababan.
Era una configuración demasiado eficiente, y entonces a alguien se le ocurrió separar las letras que se utilizaban con más frecuencia (en el idioma inglés) y diseñó el qwerty.

Mira tú lo que nos venimos a enterar.
Creo que en otras webs leí que esta idea era un mito, no lo sé, tampoco me preocupa tanto como para hacer una investigación profunda y sistemática (te invito a que si tú tienes tiempo ocioso, y quieres hacerlo, que lo hagas, a no ser que encuentres algo más trascendental que esta tarea).

Si tal motivo fuera el cierto, si se diseñó el qwerty para entorpecer la velocidad de escritura, en épocas de palancas metálicas accionadas por el golpeteo de los dedos, ¿no hubiera sido más razonable, eficiente y hasta saludable cambiar por una distribución más moderna cuando se dejó de usar el sistema de martillos móviles?
Hace décadas que existen máquinas de escribir eléctricas, sin palanquitas, o hasta incluso tecnología como para hacer que los brazos metálicos no se entorpezcan en su funcionamiento.
Ni que hablar de esta era en la cual ya no precisamos mover ningún objeto físico para digitar letras, sino que tan solamente manipulamos puntos de energía en una pantalla luminosa (y ni siquiera estoy recordando aquí los teclados virtuales, los teclados de láser, entre otras maravillas modernas).
Pero, aunque tú y yo entendamos esta “fidelidad” a un sistema obsoleto (de acuerdo al motivo expresado más arriba) y pretendamos hacer un cambio en la realidad del mercado para obtener un teclado más ajustado a nuestra necesidad, a pesar de esto, el teclado qwerty sigue siendo el que lidera.
Vaya uno a saber la razón… (lee aquí si gustas y luego pensar en imperialismos, dominios económicos, pasión por el poder, religiones, sumisión al EGO, etc. Gracias.)

¿Qué podemos aprender de noajismo sobre esta breve historia?
Yo te propongo ahora algunas breves ideas, tú si quieres puedes aportar más en la zona de comentarios.

  1. El hombre es un animal de hábitos, para bien o para mal.
    Al principio nos cuesta aprender cosas nuevas. Tenemos que concentrarnos, poner voluntad, lentamente ir adquiriendo habilidad y destreza. Con el entrenamiento el hábito se va formando y deja de precisarse de fijar la atención, de rebuscar, de equivocarse para aprender, pues se automatiza, se convierte en hábito.
    Sea esto para lo bueno como para lo malo.
    Alguien que ha sido adoctrinado en alguna religión o superchería, ya no hace preguntas, no se cuestiona, no indaga, no descubre las falsedades (si es que le “dan permiso” para hacer esto sus “mayores”, sean padre, tutores, pastores, clérigos, etc.).
    La persona se somete a los dictados de la religión, de la ideología, de la creencia, del hábito mental, y no hace más que vivir en piloto automático, aceptando silenciosamente cualquier cosa que esté dentro de su estrechito marco de conceptos adquiridos y habituados.
    El sano ejercicio de interrogar, investigar, criticar positivamente, rechazar lo negativo no se obtiene, se aminora, se apaga, se enlentece, se bloquea, se niega para aquel que ha sido adoctrinado en cualquier religión o ideología obtusa.
    Hasta los que se hacen llamar “libre pensadores” y “progresistas” no escapan de tales esquemas mentales, de rutas trazadas por otros, de hábitos mentales que han adquirido y ni siquiera tienen en cuenta que pueden ser erróneos, pesados, removibles, mejorables, etc..
    Existe el qwerty aprendiste a escribir en él y por eso das por sentado que es el único sistema infalible, el mejor, lo más eficiente y beneficioso. Ni se te ocurre indagar el origen, alternativas, mejorías, etc..
    ¿Estás dispuesto a destruir el hábito que te tiene encarcelado a tu religión, a tu ideología, a tus dogmas?
    ¿Serás capaz de ayudarte a ser libre para entonces vivir según el camino del gentil justo?
    ¿Dejarás de temer a todas esas fantasías con que te han corrompido, ideas tales como Jesús que te salva, el demonio que te castiga y etc. varios?
  2. Los mitos.
    El invento del teclado es reciente, muy humano, aparentemente pasible de ser registrado y verificado, y sin embargo… ¡cuántos mitos y cuentos que parecen reales pero no podemos confirmarlos!
    Si esto acontece con temas tan cercano, tan banales, tan intrascendentes, ¿cómo no dudar de esas historias fantásticas que te presentan, repiten y machacan, acerca de súper hombres sagrados que son enviados en misión de rescate por su padre del cielo? (pareciera que estoy hablando del Superman, pero es una referencia directa al cuento del tal Jesús).
    Los mitos, las leyendas, las fantasías, las inventadas anécdotas, las supuestas confirmaciones, se van acumulando y acumulando, son repetidas hasta el cansancio por los clérigos de la religión, luego difundidas sin cesar por los que aceptan tales ilusiones como sistema de vida y creencia religiosa. Pero, no dejan de ser mentirijillas, a veces bien intencionadas, pero muchas veces planificadas para someter, para dominar, para manipular, para obtener el poder sobre las mentes y almas de las personas.
    ¿No te da deseo de romper con esos esquemas que te han inculcado?
    ¿No quisieras encontrar un camino sagrado y ético, que te aparte de la programación automatizada que recibiste y consideras santa?
    ¿No crees que sería muy bueno hacer una profunda revisión de tus creencias, aceptar que tienes que revisar eso que crees “por fe”, para encontrar más fundamentos que solamente “la fe”, lo que dice el pastor o falso rabino falso mesiánico, lo que dicen los medios de comunicación, etc.?
    Por supuesto que también debes tener una postura sanamente crítica cuando te ofrecen alimento noájico, o que quieren hacerte creer que es tal.
    Tampoco tienes que creerme a mí, porque yo te lo diga, o a lo que se dice por internet, o a lo que algún patán (o quizás alguna persona correcta) te barbota desde el YouTube o similar.
    Estás en tu derecho y es tu deber interrogar, preguntar, indagar, descubrir, llegar hasta el límite saludable y razonable para encontrar la chispa de verdad que te está esperando y alumbrando.
    No caigas en cuentos bien intencionados o bien tramados, no te sigas comportando como un ingenuo, no sigas los pasos de los “religiosos” que aceptan hasta lo más extravagante escudándose en “la fe”.
    Ten presente que si al respecto del diseño de un teclado, inventado hace pocas décadas, se elaboran tantas historias fantásticas, ¿no será mucho peor cuando se trata de cuestiones religiosas?
    Por supuesto que eres bienvenido a indagar acerca de noajismo, tratar de descubrir si hay “trampas”, si hay “cuentos”, si es como una religión más.
    Como el noajismo no tiene nada que ocultar, no teme las preguntas ni se deja devorar por las críticas saludables, aunque no debiera admitir que se difundan mensajes y supuestas dudas de los burlones, de los misioneros que traman trampas en las sombras pero se presentan como amigos deseosos de aprender, de los que buscan beneficios personales egoístas y no tienen consideración por aprender y enseñar, entre otros peligrosos pozos en el camino del que busca acercarse lo más que pueda a la Luz.
  3. El reducido espacio de tus decisiones.
    Como hemos dicho, tú puedes querer otra cosa para tu vida, quizás el teclado Dvorak, o algún otro que ya está inventado, o tal vez desarrollar tu propio diseño.
    Tú puedes estar seguro de que el qwerty debiera ser reemplazado, pero el mundo de los negocios no siguen tus ideas, sino que van detrás de sus propios intereses.
    Así pues, debes acomodarte a la realidad del mundo en el que vives.
    Pero, no eres una oveja, ni un tonto, ni un impotente que no sabe, no entiende, ni puede; sino que eres una persona completa, que tienes tu capacidad para tomar decisiones y llevarlas a cabo, en la medida de lo que te es posible.
    Tú puedes optar, y debes hacerlo.
    A cada rato estás en ocasión de tomar alguna decisión, más o menos importante, más o menos vinculante, pero siempre ante una toma de decisión.
    Quizás no seas tú quien cambie el mundo, o quizás cuando tú cambies promoverás que el mundo cambie contigo.
    No lo sé, pero tampoco tú lo sabes.
    Por eso, debes estar consciente de tu poder, de tu responsabilidad, de tu obligación de escoger a cada momento, y que tu decisión sea coherente con la meta de construir Shalom en el mundo, empezando por tu propio interior.
    Tú decides cambiar hacia un lado o hacia el otro, sin pausas, sin excusas. Cuando crees no decidir o no poder hacerlo, de hecho estás tomando igualmente un camino.
    Así pues, tal vez sigas escribiendo en el mismo teclado qwerty porque no fabrican otro tipo de teclados, o quizás encuentres que puedes ir contra la corriente para hacer lo que es mejor para ti, sin por ello causar un daño a nadie.
    Descubrirás, tal vez, que no tienes porqué seguir esclavizado de dogmas, de religiones, de iglesias, de pastores, de fantoches que se hacen llamar “líderes” espirituales, de tus propias creencias infantiles, que son teclados inventados por otros, que buscan beneficiar a otros y perjudicarte a ti. Puedes optar por quitarte la máscara de las religiones, dejar de cargar la pesada mochila del adoctrinamiento religioso, de usar las formas que no te corresponden por derecho de Dios, para empezar a escribir con tu propio teclado, el que Dios quiere que uses, el que no es el más difundido, pero que sin dudas es el mejor.
    Tú decides, si te sumas a los que son una masa anónima de seguidores de lobos disfrazados de ovejas, o te separas del rebaño y moras a la Luz del Eterno.
  4. El conocimiento ante ti, pero no te percatas.
    Desde el inicio, lo más probable, es que te hayan adoctrinado para que no pienses críticamente, para que no indagues, para que no desenmascares lo oculto (oculto por perverso o por velado).
    Es típico de padres/educadores prepotentes (en realidad, sumamente impotentes) dominar por la violencia, manipular, atemorizar, amenazar, castigar, violentar, silenciar las divergencias, etc.. Por lo que sé, es el procedimiento habitual que también esgrimen los clérigos de la idolatría cuando alguna persona bien intencionada cuestiona alguna cosa de sus doctrinas oscuras.
    Presionan a más no poder, niegan el acceso al conocimiento, prohíben la preguntas, castigan la voz que desentona, y así un sinnúmero de estrategias para someter y dominar a sus devotos.
    Los clérigos de la idolatría están bien entrenados para ejercer sus astutos planes de dominación, han sido ejercitados en ellos por sus maestros.
    Y tú, vaya uno a saber por qué, te sientes amordazado, maniatado, imposibilitado, ridículo, pecador, malvado, poseído, etc. si es que siquiera se te ocurre hacer alguna preguntilla que no mira con buen ojos el pastor.
    Te callas, te anulas, te cohíbes, te reprimes, te censuras, te ridiculizas, te insultas, te castigas si es que siquiera se te cruza alguna duda por entre tus ojos.
    No quieres saber de nada, te encierras, repites los lemas que te adoctrinaron, te escudas en “creo por fe”, aunque en el fondo (cada vez más apagada) resuena una vocecita que te habla de que puedes ser libre, que estás siendo sometido a un adoctrinamiento feroz, que tienes posibilidad de rescatarte… esa vocecita de tu conciencia espiritual se va apagando, hasta que ya ni la puedes oír y si la sigues oyendo, la mandas a callar. Es mayor tu miedo que tu compromiso con la verdad, con el bien, con la justicia.
    Prefieres el elogio fácil del pastor, el dinerillo dulce de la congregación, el puchero lleno antes que el ser leal para contigo, para con Dios.
    La Luz está ante ti, a veces dentro de ti, pero prefieres mirar para otro lado, prefieres no mirar, prefieres bajar la cabeza y levantar tu mano derecha para decir “amén hermano” a algo que sabemos que es mentira.
    Ante ti está el teclado qwerty, quizás alguna vez tuviste un rayo de curiosidad para preguntarte por qué es así, o quizás ni siquiera tuviste esa alma libre como para hacerlo.
    Pero la pregunta siempre estuvo ante ti, lo quieras o no.
  5. Gozas de lo permitido, cuando sabes y admites lo que está permitido.
    Aquí pudiera surgir una duda interesante: ¿acaso los devotos de religiones no son personas inteligentes, no hay gente con pensamiento crítico entre los religiosos, no son famosas algunas mentes brillantes (científicos, literatos, líderes políticos, etc.) que aparte eran fieles a sus falsos dioses?
    La respuesta es que sí, que por supuesto que sí.
    Pero, estamos apuntando a usar las capacidades de descubrimiento, de crítica positiva, de reflexión madura, de “método científico”, también a otras áreas. Es decir, no dejarnos dominar por emociones, no ser esclavos de pasiones carnales, no adular por pretensiones sociales, no cegarse ante “palabras reveladas”, no quedarse callado y sabiendo que se está en conflicto espiritual solamente porque un pastor o un librito “sagrado” lo diga.
    Es llevar el deseo de conocer la verdad, en la medida de nuestra capacidad, a todas las áreas, sin por ello contaminar cada plano con racionalizaciones e intelectualizaciones constantes. Te explico, si vas a gozar de tu encuentro con un riquísimo pastel, no es hora de que te pongas a analizar racionalmente al respecto, sino que simplemente disfruta de lo permitido. Pero, ANTES de sumergirte en aquello que tanto quieres, o aquello que tanto te adoctrinan para querer, mejor te tomas un rato para pensar acerca de si será correcto o no, si te está permitido o no, si no resultarás dañado (o alguna otra persona) por el acto que harás. Así, en el ejemplo del pastel, si eres celíaco, diabético, obeso, etc., por supuesto que sigues teniendo el deseo por paladear el sabroso pastel, y lo harías con todo gusto, pero si mides las consecuencias te detendrás, porque admitirás que no es un disfrute permitido, por lo cual, si aplicas tu inteligencia y rigor, no lo comerás e igualmente estarás contento, pues has hecho lo correcto.
    Cambia la palabra “pastel sabroso”, por religión que me han entrenado a creer, que te hace sentir bien estar rodeado de los otros feligreses, que te sientes protegido por el pastor, que te hace sentir superior el saberte hermano de un hijo colgado que te salva de pecados, que no te presionan pues eres una oveja más del montón, etc. Estarás disfrutando de muchos beneficiosos, sin dudas, algunos reales y otros imaginarios, pero es un pastel que tienes prohibido, que te enferma, que te llena de placer pero conduce directamente a la frustración eterna.
    Así pues, emplea cada plano en su justo lugar, para gozar de lo permitido y apartarte de lo prohibido.

Para concluir este encuentro de hoy, quiero agradecerte por haber compartido conmigo este momento de reflexión, espero que podamos seguir estudiando juntos acerca de cómo ser libres para llegar a serlo realmente.
Y, cuando lo seamos, sepamos hacer algo productivo con nuestras vidas y no solamente huir nuevamente hacia la esclavitud, por no saber qué hacer con nuestra libertad.

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