Del EGO a la Luz

La lucha constante contra el EGO se parece a la reacción de un canino cuando le arrojan una piedra o un palo, el animalito muestra sus dientes e incluso muerde la piedra o el palo, pero no se da cuenta que su reacción debería ser en contra de quien se la arrojó. Así la mayoría de las veces nosotros y nuestro EGO.

En lugar de enfocar nuestra energía en la raíz de aquello que nos causa el malestar, la enfocamos en el malestar y no solucionamos nada. Damos brazadas pero nos ahogamos antes de llegar a la orilla o tropezamos en la arena.

Llegamos a punto en que sabemos qué hacer pero no sabemos cómo hacerlo. Y es que tener conocimiento de algo no necesariamente garantiza que lo aplicaremos correctamente. Incluso rezamos como buscando negociar con el Creador: “tú me quitas el mal, yo me porto bien rezando o siendo bueno”. Y así nos hundimos más creyendo que el mal nos llegó del Cielo, quizás sí, quizás no, no lo sabemos.

Colapsamos, bien sea llorando, sintiendo nauseas, aislándonos, o cualquier otra herramienta que el EGO use.

Quizás por bondad Divina, o por aquello de que nuestra raíz es espiritual y eso la hace inquebrantable, logramos tener un poquito de luz. Y así después de perder mucho tiempo y energías, solicitamos ayuda. Esto asumiendo que quien está en el proceso del EGO a la Luz sea alguien consciente de su identidad espiritual judía o noájida.

Comienza el proceso de reparación, entre muchas fases se incluye la aceptación de la situación: “Estoy mal, no sé qué hacer”. Lo cual es muy liberador.

Paso siguiente comenzar a trabajar en aquello que es poco visible a nuestros ojos. Esto guiado por un profesional que esté capacitado para tal tarea.

Luego de ejercicios, terapias, etc. , comenzamos por fin a ver algo de luz, aunque sea un poquito. El cambio interno se hace evidente. Ya no sentimos angustia, el EGO se sienta en el trono pero no por mucho rato porque esta vez sabemos qué hacer para quitarlo de la silla.

Va a ser muy probable que aquello que nos atormenta vuelva pero ya sabremos cómo mirar para otro lado, cómo pensar con claridad, cómo reemplazar por pensamientos basados en la razón aquellos sentimientos que nos reducían. Ya no seremos como el canino que le muestra sus dientes a la piedra o al palo, esta vez fijaremos la mirada a lo que nos lastima para evitar que vuelva a hacerlo. Esta vez nuestro proceder será espiritual. Rezaremos pero no para negociar, actuaremos con bondad pero sin segundas intenciones.

Y por fin, la solución o gran parte de ella llegará a nuestras manos. Aquello que estaba oculto a nuestros ojos ahora se hace evidente. Si es de recurrir a otro profesional lo haremos. Aquella falla del carro ya no nos quitará más el sueño púes un mecánico capacitado solucionó el error. La computadora volverá a servir. Nuestro cuerpo se sentirá mejor luego de corregir la alimentación e ir al gimnasio. Ya el teléfono fue reparado y podemos seguir usándolo.

O mejor aún, el matrimonio mejoró, algo nos hizo ser mejores esposos, mejores jefes, mejores hijos, mejores hermanos, mejores administradores de nuestro dinero, mejores emprendedores, mejores judíos, mejores noájidas, mejores seres humanos.

(Agradezco al Moré Yehuda por permitirme compartir mi más reciente experiencia y la gran ayuda que recibí a través de la Cabalaterapia y los invito a usar esta herramienta para su beneficio. El proceso del EGO a la Luz es mucho más complejo que lo anteriormente expuesto, espero sea de ayuda para quien nos lee).

Jonathan Ortiz.

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Jonathan Ortiz

Muchas gracias por permitirme publicar Moré.

Un abrazo!

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