Por Facebook me están llegando por estos días muchos videos en los cuales se ve a comunidades de religiosos actuando todo tipo de conductas alteradas y enfermizas.
No me refiero a lo de esos fanáticos asesinos que en nombre de su dios cometen deleznables actos de terrorismo y otras formas de violencia, de los cuales el ejemplo más visible y actual es el de los seguidores del dios del alfanje.
Ni la de esos supuestos paladines de la justicia y la liberación de su presunta tierra, los así llamados palestinos, que escondiendo su real motivo –el del canibalismo religioso- provocan sufrimientos y miserias sin fin a multitud de inocentes, entre los suyos y entre los judíos y otros.
No, estoy hablando de gente más “moderada”, pero que están actuando de modos absolutamente apartados de las líneas de la coherencia y sanidad.
Les daré una breve lista de los últimos videos compartidos:
- gente que se pone a gritar y pegan saltos, se lanzan al piso y giran, se golpean sin pausa mientras el resto aplaude y vitorea estas conductas
- los que siguen en cuatro patas a su pastor que pasea por el antro, y los fieles como si fueran perros detrás
- los que exaltados corren desde el templo al prado delante y como bestias comen pasto, se revuelvan en él y luego se incorporan y caminan en dirección al templo como si de una película clase B de zombis se tratara
- los que empiezan a gesticular como primates y luego lanzan chillidos propios de gorilas, mandriles, chimpancés, orangutanes, bailando “pogo” cual mala película de genios locos mezclando especies para crear los hombre-bestia
- los que son abofeteados sin pausa por su pastor quien reclama el diezmo y cachetea hasta el dolor de solo verlo, mientras el golpeado (la en este caso) sigue pasiva, ni siquiera lagrimeando
- los que son insultados y amedrentados desde el púlpito por la pastora, quien exige y demanda que se le entregue el dinero que ella quiere, sin importar el hambre y sufrimiento que el dador tendrá que soportar… y la gente va y llena la canasta de la recaudación
- los que están “endemoniados” y hacen cualquier cosa, pero cualquier cosa realmente, en tanto para “curarlos” se procede a cualquier cosa, realmente cualquier cosa…
- traer un cadáver de un familiar, con casi tres semanas de pudrición encima, para que sea usado como fetiche por el pastor y sus seguidores
- el “padre” que afirma que si las niñas son abusadas es por culpa de ellas, por no guardar las maneras de vestir impuestas por la iglesia
- el “sacerdote” que vuela los dientes de un niño en la ceremonia de la comunión –creo- porque éste se permitió saludar con la manito a la cámara de sus padres… sus padres siguen filmando como si nada…
- cosas que no puedo describir, asquerosas, bizarras, criminales, enfermas
Los adoctrinados en estas confesiones dirán que esto es evidencia de algo que llaman “espíritu santo”, o de la gracias de su dios que se le revela de esta manera.
Tendrán en pedestales a los que son “agraciados” para actuar así.
Y defenderán con ahínco y desespero la verdad y bondad de su camino.
Por supuesto que allí donde la ley lo permite, la persona tiene derecho a pertenecer a la religión que le caiga en gracia.
Puede realizar los ritos y actos que mejor le avengan.
Así como creer en lo que se le cante.
Pero, desde el punto de vista del espíritu, ¿qué manifiestan todas estas conductas?
Pues, en un rápido análisis lo único que hay es el dominio del imperio del EGO.
Lejos está la NESHAMÁ de todo esto.
Muy, muy apartados de la senda de bondad y justicia que ha mostrado el Eterno es la indicada para Sus hijos, los hombres (entre las que están también las mujeres, por si no queda claro).
Cuando es la sincronía con la NESHAMÁ la que se destaca, una persona puede tener desequilibrios mentales/emocionales, por supuesto, pero estará mejor contenido, protegido, resguardado. Para que no se haga daño, así como tampoco a otros. Obtendrá ayuda de sus hermanos y no recibirá tratos indignos ni inhumanos. Dentro de lo posible se le acompañará en un real camino de sanación, hasta donde sea posible. Y los milagros podrían ocurrir, sin estar siendo asegurados, ni siquiera esperados. Y por supuesto, no quedan condicionados ni asociados a conductas idiotas y a veces cuasi criminales como las que brevemente describí más arriba.
En todos esos videos NO hay Dios, pero sí hay mucho de dioses.
No hay espíritu, pero sí religión.
No hay vida y salud, pero sí esclavitud y maldición.
Igualmente, estaremos enseñando años enteros, explicando, mostrando, corrigiendo con afecto; pero las multitudes no vendrán corriendo a este oasis.
Porque esas multitudes están adoctrinadas para adorar al EGO, en la forma de sus dioses y enviados.
Viven atrapados en sus celditas mentales, en caóticos sistemas de creencias que les mantienen alejados del camino del constructor de SHALOM. No lo hacen por maldad ni rebeldía, en la mayoría de los casos, sino por impotencia y abandono en los brazos del EGO.
Entonces, la masa de creyentes seguirá estable o creciendo.
Las conductas agresivas y agobiantes seguirán estando a la orden del día.
El dinero mal habido por los pastores seguirá llenando sus arcas, repletas y para ser usadas en continuar esclavizando a la gente y dando placeres inmorales a los amos.
Internet mantendrá millones de publicaciones elogiando la idolatría, defendiéndola, apoyando la mentira y el crimen; acusan con perversidad al inocente.
Así seguirán las cosas, porque estamos dormidos e inconscientes.
La consciencia está dopada, narcotizada, abollada por tantas creencias y hábitos que la rodean.
Cuando la persona lográ abrir un instante los ojos y reconocer su estado calamitoso, lo habitual es que siga en el desmayo al poco rato.
O, quizás peor, se llene de una nueva manera de hacer idolatría, pero llamándose judío o noájida. O siguiendo a tal o cual rabino, o predicando tal o cual grupo jasideo o cabalistero.
Todo más de lo mismo, el EGO haciendo que su hija la religión siga sosteniendo el imperio del mal.
Y los que más o menos despiertan y se mantienen atentos, están rodeados, por dentro y por fuera.
Por cercanos y lejanos.
Y tampoco son inmunes a los vahos invasivos del EGO.
¿Estamos condenados a no vivir jamás la Era Mesiánica, personal y colectiva?
Sabemos que hoy puede ser el día que marque la diferencia, pero no la esperemos a través de milagros sino de acciones concretas, en pensamientos, palabras y actos materiales.
Construyamos SHALOM, con acciones de bondad y justicia, que con ello nos estamos asegurando un día más cerca a la redención.