¿El mago cósmico?

Mucha gente, muchísima, cree en su dios (o dioses) como si de un mago cósmico se tratara.
Incluso entre las personas que se sienten y consideran leales al Uno y Único las hay.
Lo dibujan en sus mentes como un gran padre/madre flotando en los cielos, atento a cumplir los pedidos y deseos de sus hijitos.
A veces es un padre cruel, vengativo, sádico; o tal vez demasiado obsesionado con la vara de la estricta justicia, por lo cual envía tormentos y castigos a los cuales a veces se les puede encontrar alguna “causalidad” en la conducta de los creyentes, pero las más de las veces esa conexión es tan improbable e irracional que solamente reposa en la oscura “fe”.

Como sea, el Papa Noel (santa Claus) volador que todo lo puede, todo lo sabe. O los Reyes Magos, si se es seguidor de cualquiera de las idolatrías politeístas que siguen existiendo (entre las que se incluye un supuesto monoteísmo occidental, que dista mucho de serlo).
Solamente hay que dar con la clave que repercute en la divinidad, para entonces adquirir el bienestar milagroso y maravilloso.
Puede que sea determinada conducta, o abstenerse de alguna.
Tal vez es una plegaria, un ensalmo, una fórmula misterioso de palabras y letras bordadas hieráticamente.
O quizás esté en la fe resistente a toda razón.
Podría encontrarse la llave mágica en textos antiguos, o en la elaboración dicharachera de tramposos de feria que muestran los astros y otras supercherías.
Quizás decodificando en objetos y rituales la contraseña mítica y mística, como si estuviera asegurado de esa forma el acceso al poder infinito contra hackers doctrinales.
Son tantas las piruetas y malabarismos de la religión, TODAS ellas productos del EGO y no de la NESHAMÁ, que difícilmente pudiéramos dar cuenta de cada detalle.

Sí, hasta entre los judíos y noájidas, conscientes y leales, que tienen conocimiento de que ni judaísmo ni noajismo son religión, encontramos gente religiosa.
Que atrapados por sus EGOs travisten la espiritualidad para hacerla una religión más.

Así andan (¿andamos?) aguardando y esperanzados por la ráfaga sobrenatural que nos dará todo aquello que queremos y creemos necesitar.
Porque, por algo estamos tan pendientes de nuestras deidades… ¿no?

Sin embargo, la Torá no alienta tales costumbres ni prácticas.
Muy por el contrario, el rol del Rey NO es estar al servicio de Sus súbditos, aunque pudiera hacerlo… pero NO ES Su Voluntad.
Por más que nos ame infinitamente, a nosotros Sus hijos, las personas de este mundo, NO enviará su prosperidad mágica para salvarnos de las penurias cotidianas.
Por más que en su perfecta Sabiduría sepa sin dudas aquello que nos amarga y daña, NO está confeccionando remedios asombrosos para restaurarnos a nuestro parecer.

Está en estos versículos la demostración, una de ellas:

«’Si das prestado dinero a algún pobre de Mi pueblo que está contigo, no te portarás con él como usurero, ni le impondrás intereses.
Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás a la puesta del sol. Porque eso es su única cubierta; eso es su vestido para cubrir su cuerpo. ¿Con qué más ha de dormir? Cuando él clame a Mí, Yo le oiré; porque Soy misericordioso.»
(Shemot/Éxodo 22:24-26)

“Yo Soy misericordioso”, por eso oye el clamor del pobre maltratado por el avaro.
Pero, siendo infinitamente misericordioso, porque todo en Él es infinito, igualmente hay pobres que dependen de préstamos y que dudosamente pueden hacerse cargo de devolverlos.
Si la misericordia fuera eso que nosotros imaginamos, el mago de los cielos a nuestro servicio, ¿cómo es posible que existan pobres tan desesperados por lo mínimo material?
Y si el pobre se mereciera justamente su estado, a causa de sus actos pecaminosos, ¿cómo puede ser que el Rey esté tan atento a su clamor dolido a causa del avaro?

La Torá nos está enseñando que el Todopoderoso ha marcado leyes, tanto naturales como mandamientos que nos ha codificado (siete para toda persona de la humanidad, 613 para el pueblo judío).
Esas leyes están y son cumplidas y están para ser cumplidas.
De su cumplimiento depende en gran medida que vivamos en un paraíso terrenal o en esta calamidad que estamos soportando actualmente.

Pero… ¿y qué hacemos con todos esos rabinos, o los que parecen tales; así como cabalisteros varios, que andan bailoteando y diciendo de pedir con fe y entonces nuestros ruegos serán cumplidos?

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Shaul Ben Abraham

Esa imagen es una que emplean los defensores de la falsa teoría de la tierra plana, que dicen que el sol es una esfera de pocos kilómetros y que la tierra esférica es una trampa del diablo para hacernos ver pequeños en un universo muy grande. Lo increíble es ver como esa idea a tomado fuerza…

Shaul Ben Abraham

así es moré y lo peor lo hacen a nombre de su dios al que le endilgan el valor de Dios

La pregunta se parece a la frase de politicos: «al pueblo, lo que pida».

si existen esos malabaristas religiosos es porque las masas los piden. Porque cuando nos comportamos como masas, somos irracionales.

Nos falta despertares individuales de consciencia para no actuar en masa irracional, sino en colectivo racional.

pelear para que desaparezcan los malabaristas no parece una buena estrategia; «Divide et impera» dio mejores resultados.

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