TESHUVÁ se suele traducir como arrepentimiento, y es correcto, pero muy recortado de su verdadero sentido.
En parte porque implica que es solamente para aquel que tiene algo de lo cual arrepentirse, sea por error o mal que se haya cometido.
Es un poco más completo denominarlo como “proceso de arrepentimiento”, dando la idea de que es una acción compleja y multidimensional; pero, también se queda corta esta visión.
Porque realmente es algo más que limpiar la mancha y restaurar el daño, aunque ciertamente es una de las patas fundamentales de la TESHUVÁ.
Sin embargo, sigue pegado a la idea de que es necesario haber estado en error para salir de él y reparar algo que ha sido roto.
Pero, lo más adecuado sería pensarla como: “regresar a la mejor versión de uno mismo”.
Esto aplica para todas las personas, sin excepción. Sea que haya pecado o no, sea que cometa errores o no, sea que se haya extraviado o no.
Porque, todos tenemos la oportunidad de alcanzar mayor sintonía con nuestra identidad esencial, con nuestra NESHAMÁ (espíritu), en una tarea sin final e interminable.
Cada día nos presenta retos que nos llevan a perfeccionarnos, a conseguir una personalidad (Yo Vivido) que represente mejor nuestro esplendor espiritual.
Por cierto, nada que se relaciona con religión ni supersticiones, sino con la ética, el hacer pleno de construcción de SHALOM, con actos de bondad y justicia tanto en pensamiento, palabra como acción material.
Entonces, estaremos quitando costras que cubren nuestra LUZ y abriendo puertas para que la LUZ del Eterno alumbre nuestro mundo.
Maravilloso, debo repasar entonces porque me digo quedando corto de visión. Gracias
que tan corto se sigue quedando?