עשרה קבין של יופי ירדו לעולם – תשעה נטלה ירושלים ואחד כל העולם כולו. אין לך יופי כיופייה של ירושלים.
– תלמוד בבלי, סדר נשים, מסכת קידושין { דף מט, ע»ב }
“Diez medidas de belleza descendieron al mundo. Nueve tomó Ierushalaim y una el resto del mundo. No tienes belleza como la de Ierushalaim”
(TB, Kidushín 49b)
El planeta tierra corresponde al nivel NEFESH.
La tierra de Israel a RUAJ.
La zona de Ierushalaim a NESHAMÁ.
El monte del Templo a JAIÁ.
El Kodesh haKodashim a IEJIDÁ.
La Divina Presencia entre los querubines por sobre la tapa del Arca de la Alianza, es la NEKUDÁ SHEBALEV.
Estamos entre 17 de Tamuz y 9 de Av, en las tres semanas denominadas BEIN haMETZARIM, es decir, entre las angustias.
Las dos fechas que fueron planificadas para extremar el gozo y la cercanía de la creación con el Creador, se estropearon a causa de la conducta del hombre.
El 17 de Tamuz sería la recepción de las Lujot haBerit, las Tablas de la Alianza por parte de Israel; pero éstas se quebraron como consecuencia del pecado del becerro de oro.
Así pues, el día del encuentro con la Divina Instrucción se pospuso y en su lugar hubo confusión, oscuridad, muerte, lejanía agonía.
Unos meses después se retomó la Senda, en Iom Kipur, con el perdón de lo Alto y la recepción de las segundas Lujot haBerit. Pero, aquella magna instancia se echó a perder, entorpeciendo el proceso de elevación de la creación por unos milenios.
El 9 de Av hubiera sido el día más “sionista” de la historia, cuando el pueblo de Israel, portando la Torá de Israel, entraría a morar en la Tierra de Israel.
Pero, diez de los doce exploradores dieron informes desviados llevando a la gente a deplorar el ingreso a la tierra de la promisión. El pueblo se enturbió, se quejó, lloró, deseó morir en la desolación del desierto en lugar de confiar en el Eterno y alcanzar a realizar la promesa y así construir una nueva realidad desde la materialidad hacia la perfección multidimensional.
Ese día pasó de ser el más trascendente del sionismo orientado espiritualmente, a uno de exilio, vagabundeo, dispersión, confusión, destrucción, caos. Tal como luego se repetiría, al destruirse en siglos diferentes el primer y el segundo Templo del Eterno en Ierushalaim.
El EGO en ambas fechas marcó el ritmo, en lugar de la NESHAMÁ.
Entonces, se perdió la conexión material con lo espiritual.
Quedó en los esforzados esclarecedores retomar la llama sagrada y con ella alumbrar las tinieblas para que la construcción de SHALOM florezca en la Era Mesiánica.
Ahora depende de nosotros encontrar esa NEKUDÁ SHEBALEV, que nos haga vibrar con vida y oriente.
Que nos alumbre la jornada entre la dispersión y noche.
Que nos impulse a la construcción en este mundo que lo anhela pero no sabe cómo lograrlo.
Tenemos estas instrucciones de CABALÁ, y con el instrumento de la CABALATERAPIA para darnos una poderosa mano.
Aprenda, desaprende, crece, construye, comparte.