En un reciente video de nuestra canal (https://youtube.com/yehudaribco), un atento suscriptor nos dejó este interesante comentario:
No es bueno que el hombre conozca su destino, tal vez es preferible la ansiedad por la incertidumbre del mañana, que la ansiedad por la certeza de lo que va a suceder, tal vez el conocer el destino, primero te lleva a desperdiciar todas las energías en eludir algo inevitable . Tratar de cambiar el destino, solo confiando nuestros propios recursos, es inútil, Si existe un decreto el los Cielos, solo el temor al Cielo puede cambiarlo. Aunque la vida en su totalidad es una larga cadena de causa – efectos, hay causas que están fuera de nuestro alcance de observación a las cuales podemos llamar eventos fortuitos. La oración , las enseñanzas del Maestro, tratar de practicar cotidianamente la verdadera espiritualidad ademas de tener Confianza en El Eterno, hacen que nuestra mente este mas clara y amplia, tengamos mayor confianza en nosotros y podamos, con ayuda del Eterno sortear, todos los eventos Fortuitos . Muchas gracias Maestro, Saludos y Buenos deseos.
Sugiero que se vea el video para comprender cabalmente lo que está comentando y comprender lo que nosotros respondemos más abajo:
Ahora, luego de comprendido el mensaje del video así como el importante comentario del suscriptor, te invito a que pensemos juntos.
El papa de la historia buscaba manipular el mundo físico a través de la piedad, rezando, clamando al Eterno, llevando una vida de restricciones como si eso le abriera las puertas del mundo espiritual.
De esa forma, según dice el relato, consiguió el milagro: que su señora quedara preñada con ese hijo tan anhelado, el que no estaba aparentemente dentro de las posibilidades.
Pero, el jugar con el presunto destino tenía un grave costo: ese hijo lo mataría y además se acostaría con su propia madre. Todo muy edípico, ciertamente como si fuera tomado el argumento de dicha historia mucho muy anterior a este relato. Será que en el mundo suceden hechos similares de manera reiterada, o será que este cuento (que NO midrash) es una versión apócrifa de la narración anterior de Sófocles.
Desde ese momento el hijo bendito era temido como maldito. El ánimo quebrado de este padre se transmitió a la esposa, la cual vio que los rezos y sufrimientos del marido no servían para nada. Entonces, ella se encargó de hacer desaparecer al niño de sus vidas, para que nunca pudiera suceder lo que estaba pronosticado que ocurriera.
Los rezos del padre no lograron romper ese supuesto destino, en todo caso solamente lo llevó a realizarse.
Porque, si hubiera vivido tranquilo y no presionado por la fantasía del futuro, su esposa no hubiera hecho lo que hizo.
Imagínate que fuera cierto, que no lo es, este relato.
La enorme enseñanza es que no tratemos de indagar el futuro, porque todo lo que hagamos solamente nos llevará indefectiblemente hacia él.
Como si en verdad el destino existiera, y nosotros sabemos que esa no es una opción para el que es leal al Eterno y vive confiado en Dios. Puede ser que haya alternativas cada vez más reducidas, hasta el punto de que realmente nos encontremos eventualmente como en un embudo que no posibilita más que un destino. Pero Dios nos hizo personas con capacidad de libre albedrío, por tanto, Él nos permite decidir nuestras opciones. De verdad hacerlo, no solo ilusoriamente.
Si Dios quiere, haremos un video explicando las enseñanzas de Maimónides al respecto, pero no ahora.
Entonces, la impresionante lección es: no queramos conocer el ilusorio futuro, no pretendamos dominarlo mágicamente. No nos angustiemos por lo que esperamos que va a pasar, aunque tengamos certeza de que así sea. Por ejemplo, si alguien fue diagnosticado de una enfermedad grave y el médico le asegura que las próximas semanas el paciente sufrirá de eso o aquello y es un hecho casi inevitable, según muestran las estadísticas; entonces, nada ganamos llorando, gritando, insultando, dejando que nuestro ánimo se pudra junto a nuestro cuerpo. Mejor es tomar la actitud positiva, la verdaderamente positiva, aquella que nos es dictada por nuestra esencia espiritual.
Esto es: ser sinceros, claros, simples, servidores del Eterno, felices con nuestra porción, rezar, y confiar en Dios y en nosotros mismos.
Todo esto son claves fundamentales.
En lugar de dejarnos caer en la desesperación, el rencor, el miedo, la agresividad, la negación o todas las otras reacciones y manipulaciones propias el EGO.
https://youtube.com/yehudaribco