Hay maestros que amaestran.
Sus alumnos memorizan y repiten, son premiados y castigados de acuerdo a la evaluación del maestro. Son la roca sobre la cual el maestro ha esculpido sus creencias.
Trabajan a rigor, controlados por el EGO.
Hay maestros que muestran.
Sus alumnos aprenden y hacen, se auto evalúan (y tal vez pidan la valoración del maestro) siendo el suyo el el resultado lógico de sus acciones y omisiones. Son la arcilla que toma forma y figura, crece y se desarrolla, se transforma y evoluciona.
Comparten con creatividad y fluidez, construyendo SHALOM.
https://serjudio.com/personas/etica/el-piadoso-y-el-ilustrado-entre-los-gentiles