El tema que da comienzo a nuestra parashá es el valor que tienen los votos o juramentos que la persona hace:
"Cuando algún hombre haga al Eterno un voto o un juramento asumiendo obligación, no violará su palabra; hará conforme a todo lo que ha salido de su boca."
(Bemidbar / Números 30:3)
Si bien la Torá específicamente habla de éstos, y del deber de preservarlos, el sentido es más amplio e incluye a todas las palabras que decimos.
Como sabemos, desde su mismo comienzo la Torá pone un énfasis particular en las palabras, no en vano se nos narra que el Eterno creó el Universo por medio de la palabra creativa, tal como dice:
"Entonces dijo Elokim: ‘Sea la luz’, y fue la luz."
(Bereshit / Génesis 1:3)
No en vano la bendición verbalizada (así como su contraria) tiene un considerable lugar, tal como vemos en el versículo que reza:
"Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga maldeciré"
(Bereshit / Génesis 12:3)
Ciertamente la primer palabra, la del Eterno, es fuente de todo, de bienes y también de pesares:
"¿No es Mi palabra como el fuego y como el martillo que despedaza la roca?, dice el Eterno."
(Irmiá / Jeremías 23:29)
Así mismo, pero a su respectivo nivel, es la palabra humana: capaz de generar/atraer lo bueno como lo letal.
La palabra de la persona ordinaria, no solamente de los grandes espirituales -de los tzadikim-, es poderosa y puede provocar calamidades innumerables o re-crear mundos armónicos.
Es por esto que la persona no debiera maldecir, ni tampoco decir cosas negativas sobre otros y especialmente de sí mismo. Pues, el poder creador y destructor de la palabra es inimaginable.
Cuando una persona piensa que su palabra es inefectiva, es que realmente no conoce el poder que está detrás de ella.
Toda palabra, breve o ampulosa, premeditada o impulsiva, amorosa o letal, toda palabra cuenta con un enorme poder.
En nuestra cara Tradición, desde incluso antes de la entrega de la Torá en Sinaí, se conoce el poder y valor de la palabra, y se lo continúa reconociendo.
La palabra santifica el vino del kiddush de Shabbat y lo hace un objeto de santidad en lugar de un elemento de perdición.
La palabra santifica el enlace matrimonial en los kiddushin cuando el novio se consagra y consagra para sí a su novia.
La palabra pide paz antes de salir a la guerra (ver Devarim / Deuteronomio 20:10).
En un resumen hecho por el más sabio de los mortales:
"Las palabras de la boca del sabio son agradables, pero los labios del necio causan su propia ruina."
(Kohelet / Predicador 10:12)
Actualmente, y al parecer sin contacto con nuestra Tradición, en el conocimiento profano existe una cada vez más poderosa corriente que reafirma sin dudas el poder de la palabra, por ejemplo: la PNL, la escuela de Palo Alto, el psicoanálisis de Lacan, entre otros. Al parecer los modernos buceadores del ser humano están encontrando el camino hacia lo que nuestra Tradición ya enseñaba desde hace milenios: el poder de la palabra.
Este especial don de la humanidad, el poder del verbo, no debe ser usado impropiamente o con ligereza, por lo cual vamos a transcribir nueve principios dictados por el eminente sabio del siglo 18, el Jofetz Jaim, con respecto a shmirat halashon -cuidado de la lengua-:
-
Es maledicencia dar una imagen negativa de alguien, aunque sea cierto; y es una infamia cuando es una falsedad.
-
Es maledicencia dar información acerca de alguien que le pueda causar un daño físico, financiero, psicológico o espiritual.
-
Es maledicencia humillar a alguien, aunque sea en broma; también lo es el contar historias avergonzantes de personas que no están presentes.
-
La maledicencia no se limita al habla, incluye también la vía escrita, el lenguaje corporal y las insinuaciones.
-
Es maledicencia hablar contra de una comunidad, raza, grupo étnico o grupo etario.
-
No se debe hacer maledicencia ni siquiera con la propia esposa, los familiares o con los amigos cercanos.
-
No se debe repetir maledicencias incluso cuando sean conocidas por mucha gente.
-
Hay que abstenerse de chismosear: no repetir a la gente las cosas negativas que se han dicho respecto a ellos, pues esto puede llevar a innecesarios conflictos.
-
No se debe escuchar maledicencia o chismes. Se debe dar el beneficio de la duda.
Nuestra palabra, verbal o por otro canal, es nuestra conexión tanto con lo Alto como con el alma de nuestro prójimo.
Lo espiritual no puede ser tocado por armas, puños, fuego u otros elementos materiales. Pero las palabras, así como el amor, o cualquier otro sentimiento manifestado penetra la capa de materia y se interna hasta lo más íntimo en el ser del prójimo.
La palabra es la que nos une realmente, o la que nos distancia realmente.
Por esto, en Cterapia empleamos la herramientas conocida como "Comunicación Auténtica", de la cual ya hemos hablado extensamente en otras ocasiones.
Sus cuatro pilares son:
-
Intentar ser auténticos.
-
No querer dañar ni recibir daño.
-
Respetar y querer ser respetado.
-
No dar nada por supuesto ni presuponer, sino averiguar con calma.
Los cuatro pilares están sustentados en una vasta teoría, pero sin dudas que encuentran un arraigo en la Tradición, prestemos atención a los versículos siguientes del capítulo 12 de Mishlei / Proverbios:
-
Intentar ser auténticos: "El labio veraz permanecerá para siempre; pero la lengua mentirosa, sólo por un momento." (19)
-
No querer dañar ni recibir daño: "Hay quienes hablan como dando estocadas de espada, pero la lengua de los sabios es medicina." (18)
-
Respetar y querer ser respetado: "En la transgresión de los labios hay una trampa fatal, pero el justo saldrá bien de la tribulación." (13)
-
No dar nada por supuesto ni presuponer, sino averiguar con calma: "El insensato al instante da a conocer su ira, pero el que disimula la afrenta es prudente." (16)
La ventaja de emplear esta herramientas es triple:
-
La persona va aprendiendo a expresar sus propios sentimientos a la vez que respetando los de su interlocutor.
-
La persona trata de entablar un diálogo y no meramente participar de un monólogo de a dos.
-
La intención de la palabra es de construir y nunca para destruir, en armonía con la divina Voluntad.
Sería realmente provechoso que más gente aprendiera el uso de esta herramienta, y de este modo dar a la palabra el lugar que le corresponde: de creación y crecimiento.
¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom!
Moré Yehuda Ribco
Haga clic aquí para saber cómo colaborar con nosotros… GRACIAS!
Relatos, anécdotas y enseñanzas
Un jasid de Rav Sholom Dov Ber, ztz"l, de Lubavitch una vez inquirió a su Rebbe: ¿Por qué pasas tanto tiempo con personas iletradas, acaso no estás como perdiendo tu precioso tiempo?
El Rebbe respondió a su seguidor, que era joyero: ¿Tienes alguna joya contigo?
De inmediato el hombre vació un saco lleno de piedras preciosas encima de la mesa.
El Rebbe las miró y tomó la más grande de todas y preguntó: ¿Esta es la piedra más preciosa de todas las que tienes?
El jasid movió su cabeza y respondió: Realmente, esa pequeñita y sin tallar que está ahí es la más preciosa de todas. Luego de que la corte y pula su brillo será apreciado por todos y tendrá un inmenso valor. Con todo respeto, Rebbe, si se trata de brillantes es mejor que usted consulte con un experto.
Y el Rebbe replicó: Precisamente, y cuando se trate de espíritus tú también debes ir a consultar con un experto.
Preguntas y datos para meditar y profundizar:
-
¿Cómo se relaciona este pensamiento con el comentario a la parashá que hemos brindado?
-
¿Cuál es la profunda enseñanza para la vida cotidiana de las palabras del rabino?
-
En palabras…
"La charla resbaladiza y falaz nos está prohibida"
(Maimónides)-
¿Cuál podría ser el motivo para esta prohibición?
-
¿Quiénes se perjudican con la charla falsa y peligrosa?
-
-
El llanto en la palabra
"El Santo, bendito sea Él, llora por cada palabra lacerante lanzada contra el prójimo"
(Del pensamiento jasídico)-
¿Le parece que es correcta esta apreciación tan humanizada de Dios?
-
¿Cómo le afecta a usted personalmente cuando le agreden con palabras fieras?
-