Escoger un camino luminoso
En el mero comienzo de la parashá de esta semana, nos encontramos con la siguiente afirmación:
"Cuando el faraón dejó ir al pueblo, Elokim no lo guió por el camino de la tierra de los filisteos, aunque era más corto, porque dijo el Eterno: ‘No sea que al enfrentarse con la guerra, el pueblo cambie de parecer y se vuelva a Egipto.’"
(Shemot / Éxodo 13:17)
El motivo dado por el Eterno para tomar un largo y tortuoso camino es claro: un pueblo recién liberado de una centenaria esclavitud no está en condiciones de tolerar el impacto de una confrontación directa con el enemigo.
Por tanto, el carril corto era el menos indicado para ellos.
Por el trayecto largo también encontrarían dificultades: la sed, el hambre, el Mar de las Cañas cerrando el paso, el desierto, la persecución de Faraón y sus aliados, el desánimo, los traidores, entre otras contrariedades más o menos severas. Pero, el Eterno escogió esta senda en Su Sabiduría, para enseñar y fortalecer a los israelitas.
Habría dificultades, y muchas, por el camino seleccionado desde Arriba, pero éstas servirían como trampolín para el desarrollo espiritual de los israelitas, y no como trampa para hundir en la perdición.
En un relato del Talmud (TB Eruvin 53b) lo vemos ejemplificado:
Una vez iba Rabí Iehoshua por el camino, al llegar a una encrucijada se topó con un niño, al que preguntó:
-¿Cuál es el camino que lleva a la ciudad?
El niño señaló a su derecha y dijo:
-Este es el camino corto pero largo.
Luego señaló a su izquierda y añadió:
Pero aquél es largo pero corto.
Rabí Iehoshua optó por el camino corto y largo. Luego de una hora de caminar se dio cuenta de que veía la ciudad muy próxima, pero no podría llegar a ella, pues estaba el camino obstruido por huertos.
Buscó y buscó el rabino alguna brecha, pero fue en vano. Entonces marchó nuevamente hacia el cruce de caminos donde aún se encontraba el niño.
-¿Por qué me dijiste que el camino era corto?- se quejó Rabí Iehoshua.
-No te dije que era corto, dije que era corto y largo.
Rabí Iehoshua besó la cabeza del niño y dijo:
-Tu felicidad Israel, es que todos tus hijos son sabios, desde los más grandes hasta los más pequeños.
En nuestra vida tenemos constantemente ante nosotros caminos que se bifurcan, opciones que tomar.
Hay tres encrucijadas que son típicas:
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Algunas decisiones debieran ser simples, como cuando debemos optar entre lo evidentemente malo y lo evidentemente bueno.
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Otras veces la elección es un poco más complicada, pues no suelen enseñarnos a escoger entre lo bueno y lo mejor; ni entre dos buenos (o dos malos).
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Y en ocasiones, la alternativa es entre índoles que no aparecen distinguibles fácilmente: por ejemplo, ¿es tal creencia kosher o es realmente negativa?1
¿Cómo hacer para elegir/discernir acertadamente?
Desde ya la primer respuesta a esta pregunta es: no hay persona que sea infalible y que no cometa errores.
Por tanto, si nos equivocamos, no por eso debemos considerarnos siempre en error. Esta aclaración es fundamental, para quitarnos presión de encima, o culpas injustificadas.
Tenemos derecho a errar, pero no a mantenernos en el error o en la perpetua indecisión2.
La segunda respuesta es: debemos aprender a elegir.
No nacemos sabiendo escoger acertadamente.
Pero, nuestro espíritu contiene la información sustancial para hacernos excelentes electores.
La cuestión radica en des-arrollar ese potencial que reside en nuestro espíritu.
Aquí estriba el quid del asunto… en desarrollar ese potencial, junto con otros estupendos que anidan en nuestro espíritu.
¿Cómo hacerlo?
Debemos saber que la persona (la humanidad en conjunto) tiene estos dos caminos a la hora de optar:
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El camino de la conciencia, que parece ser apocado: mediante el estudio, comprensión y aplicación de las leyes objetivas y trascendentes, que nos ha dado el Eterno (en la Torá).
Este es el camino corto, pero que para los ojos materiales parece largo.
Está representado por el patriarca Iaacov/Israel. -
El camino del sufrimiento, que aparenta ser de deleite: que nace en el egoísmo y se alimenta en la ignorancia/rechazo de la Torá (leyes objetivas).
Este es el camino largo, pero que deslumbra tanto que parece corto.
Está representado por el hermano de Iaacov, por Esav.
Pongamos un simple ejemplo para explicar ambos caminos.
Tengo hambre, mucha hambre. Puedo cometer un ilícito para proveerme de alimentos, como por ejemplo robar esa vianda que está lista y parece sabrosa; o puedo esperar hasta llegar a casa para prepararme un bocadillo.
Entonces, debo optar.
El camino largo que parece corto, el del sufrimiento que parece deleite, sería robar y saciar mi apetito ya.
El camino corto que parece largo, el de la conciencia que parece apocado, sería padecer un poco más de hambre, pero hacer las cosas "como Dios manda".
Elijo robar.
Pronto mi estómago está calmado, pero debo enfrentar la denuncia policial que me han puesto…
¿Se comprende el ejemplo?
Todo, absolutamente todo lo que recibimos en esta vida, se debe pagar más temprano, más tarde… sea en Este Mundo, o en el Venidero…
Y recordemos lo que enseña el Talmud (Berajot 33a):
"No hay misericordia para que el que está sin conocimiento."
Si no aprendemos a decidir correctamente.
O, si nos paramos en el cruce de caminos y no tomamos ninguna resolución, pues nos paralizamos al temer cualquiera de los resultados que emane de nuestra decisión; entonces nuestra vida se ira desgastando segundo a segundo, y llegaremos al día de la muerte habiendo pasado por la vida, mas no vivido. O, seremos llevados por otros a andar por caminos escogidos por ellos; por tanto, actuaremos como en un teatro, y tampoco estaremos viviendo, sino tan sólo representando un papel que otros nos han escrito y puesto a actuar.
Así pues, para aprender a decidir, y por tanto aprender a vivir en verdad, es imprescindible dedicarnos a estudiar Torá, y a andar en los sendas que ella alumbra.
Como ha sido dicho:
"Mira, pues, yo pongo hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal, con el fin de que ames al Eterno tu Elokim, de que andes en Sus caminos y de que guardes Sus mandamientos, Sus estatutos y Sus decretos, que yo te mando hoy. Entonces vivirás y te multiplicarás, y el Eterno tu Elokim te bendecirá en la tierra a la cual entras para tomarla en posesión… he puesto delante de vosotros la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tus descendientes, amando al Eterno tu Elokim, escuchando Su voz y siéndoLe fiel. Porque Él es tu vida y la prolongación de tus días, para que habites en la tierra que el Eterno juró que había de dar a tus padres…"
(Devarim / Deuteronomio 30:15-16, 19-20)
Entonces, nuestra primera lección práctica es escoger, y "escoger vivir".
¿De qué manera?
Pues, adhiriéndonos al Eterno, por medio de Su Torá y Sus preceptos, para de esta manera tener vida.
Y tomemos en cuenta las palabras del sabio Ibn Pakuda (en Introducción del "Jovat HaLEvavot"):
"Tres puertas (debemos atravesar) para alcanzar el conocimiento de la Torá: el razonamiento imparcial, las escrituras (Torá Escrita) y la Tradición (Torá Oral)".
Podemos aprender otra lección para nuestra vida cotidiana, de lo expresado en la parashá, desde su comienzo hasta el versículo 14:31.
Cuando estamos rompiendo las cadenas que nos atan a cualquier faraón; cuando estamos saliendo de cualquier tipo de esclavitud o adicción, sea a las drogas, al alcohol, al cigarrillo, a personas, a cultos tóxicos, a la idolatría, en fin, a cualquiera de las adicciones, debemos tener en cuenta que:
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Uno es el responsable de su propia libertad; el Eterno nos ayuda, habrá personas que nos den una mano, pero solamente uno mismo es el que debe trabajar para ser libre.
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Esperar el milagro, o la salvación que provenga de otros, es otra manera de ser indeciso y débil; por tanto, es querer seguir siendo esclavo. Uno mismo es el aliado del Eterno en la fabricación de un milagro.
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Hay que aprender a ser humilde y aceptar consejos y referencias de personas que nos han precedido en el camino de la liberación.
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No hay caminos cortos y sencillos.
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Sea por una u otra ruta, dificultades no faltarán; lo importante es saber qué nos brindará verdadera serenidad y luz espiritual.
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Es menester apartarse "radicalmente" de lo que es la adicción de la cual se desea estar libre. Poner distancia, física, mental y espiritual de ella, para no trastabillar y recaer.
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Se debe fortalecer mucho la persona antes de poder estar en condiciones de enfrentar directamente a lo que en el pasado era su amo (o similar). Recién cuando está seguro y "al otro lado" de la adicción, recién entonces puede mirar a la cara a su antiguo amo, y no temer caer nuevamente en sus garras.
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Habrá, sin dudas, momentos de incertidumbre, desesperación, duda, desgano, miedo, caídas. Que el desánimo no gane la partida es primordial. Debemos repetir hasta hacerlo real la siguiente clave: "Soy Hijo de Dios, soy triunfador, y aunque caiga alguna vez, me levantaré y triunfaré".
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Se debe tener claramente definida la meta que se desea alcanzar, y que ésta sea trascendente y afín a las leyes objetivas dadas por el Eterno.
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Si se tiene un "para qué", se encuentra el "cómo" conseguirlo. O al menos, todo esfuerzo no será sentido como vano.
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La confianza en el Eterno es primordial; Él es nuestra fortaleza y guía.
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Rezar, dialogar con el Padre, es beneficioso en todo momento, pero especialmente cuando se está en crisis, en cambio profundo. Clamar al Eterno, hablar con Él desde el corazón, como un hijo con su padre es una poderosa herramienta.
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Se debe tener la Luz e instrucción (Torá) del Eterno por delante, como faro que conduce con seguridad por los senderos de la vida. De día y de noche su Luz nos resguarda y encamina.
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Aunque es probable que haya caídas, es preciso levantarse y continuar avanzando rumbo a la meta.
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El Faraón y sus aliados no admitirán su derrota, y por todos los medios tratarán de recapturar a los que han escapado de sus garras. Saber esto nos dará oportunidad para no ser atrapados en sus engaños y seducciones. Cuando se le abre una rendija nuevamente a la adicción, ésta se cuela inmediatamente. Así pues, firmeza inquebrantable a la hora de rechazar la adicción pasada.
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Una de las mejores herramientas con que cuenta el liberado, es haber sufrido en carne propia la esclavitud, y por tanto estar sensible a lo que le volverá a dañar.
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Una de las mejores armas, es la solidaridad, el dar desinteresadamente una mano al prójimo.3
Para concluir, tengamos en cuenta a cada momento esta notable enseñanza del Rav Avrum Iaacov de Sadigura:
"Proporcionalmente a tu amor hacia tu prójimo, el Eterno hará llover sobre ti Sus bendiciones"
¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Cuídense y gocen de lo permitido para qué sepamos construir shalom!
Moré Yehuda Ribco
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"La persona generosa será prosperada, y el que sacia a otros también será saciado."
(Mishlei / Proverbios 11:25)
Notas:
1- Esto último es lo que acontece por ejemplo para el ingenuo cuando se enfrenta a los seudo-judíos mesiánicos.
Estos seudo-judíos mesiánicos, ciertamente son cristianos, que se sienten poco dignos de su religión, y por eso se disfrazan de judíos, quieren hacer de cuenta que son judíos, pero no dejan de lado su fe en un falso dios (y un irreverente falso Mesías).
El ingenuo no está preparado para discernir cabalmente, y cuando se topa con uno de estos misioneros ve el disfraz de judío, percibe la apariencia de santidad, y esa visión lo engaña, y entonces confunde lo santo con lo profano, el judaísmo con la idolatría.
He sabido que hay sujetos (de estos misioneros) que se hacen llamar "jajam" o "rabí", se inventan nombres judíos, adornan su idolatría con rimbombantes calificativos que suenan a hebreos o de la Tradición (Código Real, Yeshivot, shalijim y otra sarta de invenciones mezcladas con cosas casi-ciertas), usurpan ritos y emblemas del judaísmo (o directamente los inventan, pero les dan estatus de judaicos: danzas mesiánicas, por ejemplo).
Pero ellos, estos mesiánicos, no son judíos… en realidad desprecian a los judíos y especialmente al judaísmo, ¡y para colmo son viles promotores de la más insidiosa idolatría jamás conocida!
¿Cómo hace el ingenuo, que no sabe distinguir entre el día de la noche, para no caer en las garras pérfidas de estos lobos disfrazados de ovejas?
¿Cómo hace el ingenuo para discernir entre versículos verdaderos, y correctamente interpretados del Tanaj; de la sarta de mentiras, maquilladas como verdad, que son disparadas por estos misioneros preparados para ser expertos timadores?
No es fácil… se precisa de un buen moré, de un guía que enseñe con corrección los caminos luminosos de la Torá, y no aquellas sendas que llevan al delirio o al extravío…
Como base recuerda que si tu líder, maestro, pastor, o como quiera que le llamen, te dice que Jesús es algo diferente a un errado pecador, entonces ten por seguro que ese que te conduce te lleva por caminos de idolatría y rebeldía en contra del Padre. Jesús no fue dios, ni Mesías/Cristo, ni enviado de Dios, ni rabino, ni maestro de Luz, ni encarnación del profeta Elías, ni profeta, ni juez de tribunal, ni rey, ni jefe revolucionario en contra de Roma…
Si es que existió, cosa que es bastante improbable, lo más seguro es que fue un pobre diablo, el cual hoy quizás internaríamos por compasión en algún sitio en donde no lo lastimen, ni él pueda lastimar a nadie, o quizás viviría bajo intensa medicación siquiátrica para tranquilizarlo en sus delirios y agresiones… quién sabe…
Lo que sí debes saber es que tu líder no te lleve por sendas de error y perdición.
Tenlo presente siempre.
Si tienes dudas, puedes preguntarme que con gusto te responderé.
¡No temas a tu líder, ni a presuntas maldiciones, ni a la presión del grupo que desea ser fiel al error!
Recuerda que SOLAMENTE EN LA VERDADERA TORÁ encontrarás:
"Prolongación de días a su derecha; y en su izquierda, riqueza y honra."
(Mishlei / Proverbios 3:16)
2- La indecisión es uno de los resultados, así como uno de los orígenes, de muchos de los malestares emocionales y psíquicos. La indecisión es una herida abierta por la cual se escurre y desperdicia caudales inmensos de nuestra energía vital.
Ténganlo en cuenta.
3- Pido que tomen nota especialmente los noájidas, que son "Fieles que Retornan", a estas indicaciones, pues les serán sin dudas útiles a ustedes en su camino para romper con la antigua idolatría que los dominaba, y poder caminar con firmeza por las Sendas del Eterno.
Lean cada una de las pautas enumeradas, y podrán reconocer situaciones o elementos que ya han vivido o que les toca sortear ahora.
También es útil para los que están en la senda del crecimiento por medio de la Cterapia, pues les recuerda alguna de las pautas que trabajamos.