PURIM educativo

Por un día al año se pide suspender parcialmente (y no por completo) la facultad racional del hombre.
Ese día es Purim.
Es cuando hay un tiempo para agasajos, para algunos excesos (obviamente que dentro de lo permitido y sin aproximarse al abismo de lo prohibido), para compartir sin darle vueltas demasiado intelectuales a los asuntos.
Simplemente, disfrutar junto a otros de la alegría de estar vivos y en unión.

El resto de los días la intención es otra, pero no en Purim.
Es bueno saberlo y no dejarse llevar ni por el exceso de intelectualidad ni por la carencia de facultad racional, ni en esta fiesta ni en cualquier otro momento del ciclo.

Tristemente hay multitudes, e individuos, que se ahogan en EGO y por tanto repelen el racionalismo.
O, éste ha sido capturado por el EGO y es empleado en justificar lo inapropiado, para de cierta forma salvaguardar las formas.
O, la persona ha sido criada y entrenada en sujetarse al sentimentalismo, a la racionalización, al ritualismo, al pensamiento mágico o cualquier otra manera de describir y explicar la realidad que se abstiene del racionalismo saludable.

Sepamos esto y hagamos lo que es acertado hacer.
Guiarnos por la NESHAMÁ, el espíritu.
El cual nos introduce la línea ética de pensamiento, palabra y conducta.
Que se ha plasmado en los mandamientos del Eterno para las personas; sean los Siete Mandamientos para cada hijo/a de las naciones, como los 613 de la Familia Judía.
Con este código de ética/espiritual, orientémonos para navegar por los océanos de la realidad.
Para lograrlo con destreza es indispensable, completamente necesario, desarrollar nuestra capacidad intelectual y tratar de mantenerla al máximo libre del secuestro que intenta hacerle el EGO.
Al gobernar el intelecto saludable, estaremos integrando sociedades sanas y beneficiosas, las cuales aportan nutrientes buenos y ricos para nuestras emociones así como un sostén noble para el cuerpo y sus necesidades.

Pero, si el caos trastorna el orden y por tanto perdemos conciencia y práctica de la guía de la NESHAMÁ; y nuestra mente está enturbiada por el EGO, aunque piense de manera brillante; necesitaremos ponernos en el camino de la TESHUVÁ –el retorno-.

Todo esto, y mucho más, nos enseña el día de Purim, con sus excesos y alentar a suspender la facultad racional.
Qué podamos construir SHALOM y ser felices.

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