Ser integral

Decía Confucio, allá por el siglo VI EC que: “Ser capaz de juzgar a los demás por lo que hay en nosotros mismos, esto puede ser llamado el arte de la virtud.”
Es una interesante observación.
Pero, sería realmente virtuoso cuando somos capaces de des-cubrir aquello que hay en nosotros mismos, evaluarlo correctamente, sin engaños, sin ocultamientos, sin excusas, sin omisiones, sin añadidos.
Es imprescindible, por tanto encontrar métodos para llegar a conocer nuestro ser, tanto el esencial -el espiritual-, como el que vamos siendo a lo largo de nuestra existencia.
Ver en el espejo al Yo Esencial, al Yo Auténtico y al Yo Vivido, no como extraños, otros, partes desconectadas, intrusos, sino como elementos que nos constituyen y somos en tanto vamos haciendo nuestra andar por la vida.
Y no solo conocerlos, sino integrarlos, armonizarlos, permitir que nuestro ser multidimensional esté en equilibrio y sanamente nutrido.
De esa forma podremos juzgarnos con verdad y justicia a nosotros mismos, y así hacerlo con nuestro prójimo.

Algunas facetas de nuestro ser se ubican como obstáculos para la integración, uno de los más ubicuos es el EGO (tendencia negativa, Ietzer HaRá).
Allí está, por un lado nos distrae, nos confunde, nos somete, nos aliena, nos debilita, nos ahoga, nos detiene detrás de barrotes de miedos y prejuicios.
Nos impide conectarnos con nuestra esencia, con Dios, con el prójimo.
Pero, no está para destruirnos, sino para que aprovechemos sus habilidades en nuestro beneficio.
Hemos de procurar liberarnos de la tiranía del EGO para usarlo como nuestro siervo, para ayudarnos en nuestra integración multidimensional. Es otra herramienta más que debemos aprender a usar.

Por supuesto que la integración cierta se debe sostener de algún marco invariable, que le sujete y rectifique.
Ese marco universal se denomina “Siete Mandamientos Fundamentales”, que son las leyes espirituales-naturales, para desarrollar una vida de bondad, justicia y verdad.

Al respecto leemos:

"El Santo, bendito sea, dijo a Israel: Mi hijo, he creado la tendencia negativa (EGO), y he creado la Torá, que es su antídoto/condimento. Si ustedes se sumergen en Torá, ustedes no serán llevados a manos de la tendencia negativa…"
(TB Kidushin 30b)

La Torá, con sus 613 mandamientos, SON del pueblo judío.
Pero la Torá –instrucción- universal, con sus Siete Mandamientos, es regalo de Dios para todos los hombres.
Cada uno tiene su propia Torá, los judíos la extensa y codificada hasta el detalle, los judíos la concisa y abierta hasta el infinito.

Te animo a ir aprendiendo acerca de ti.
El camino es hacia dentro, pero trabajando con el afuera.
Vamos, vamos a canalizar al EGO y a sus manifestaciones externas, para darles el lugar que les corresponde en el ordenamiento cósmico.

Te recomiendo que sigas este enlace: http://fulvida.com/id-noajica/identidad/construir-shalom-2

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