Si tu no te valoras, ¿por qué habría de valorarte alguien más?

https://i.imgur.com/4uBVaLy.pngAdemás del dichoso virus de moda, está también en boga la desvalorización de sí mismo.
No sé, pero sospecho que las Redes Sociales aportan lo suyo para esta pandemia moral.
Cuando la persona no sabe, o no puede, valorarse con ecuanimidad.
Entonces, desconoce o rechaza sus cualidades, magnifica sus defectos, se niega a concretar o siquiera soñar en cambiar para mejorar.

También sospecho que el aplauso rabioso a lo vacío, el éxito de los fracasados, la alabanza a la falsedad, conspiran para que la gente adore ídolos con pies de barro pero que se cotizan como si fueran de oro y diamante.
Miren nada más cuánto gana un buen caballero que se ocupa de pegar patadas a una pelota, cuánto dinero gira en torno a esa figura que quizás aporte unos minutos de alegría a la fanaticada, pero a la hora de ser sinceros, poco y nada sirven para realmente ayudar al avance, progreso y bienestar del individuo y la sociedad. Mientras que para los inventores, científicos, investigadores, o el humilde obrero, la economía se hace cuesta arriba; para el patán que «canta» soecidades y enseña hábitos aberrantes con sus letras, se forra de plata y reluce de fama. Triste sociedad en la cual la mentira repetida de los propagandistas tiene más fuerza que la modesta verdad que labora con honestidad.

Por supuesto que la estética, el arte, la diversión, aquellos que ayudan a pasar el tiempo, tiene un lugar necesario en la organización de la persona y del colectivo, sin dudas que sí. Es fantástico que haya artistas que producen su bello arte, así como animadores que dan alegrías o momentos de reflexión a sus espectadores. Es grandioso que haya deportistas que ganan dinero con su actividad, y así con todo el resto. Pero, cada cosa en su justa medida. Lo que no parece estar en orden actualmente, con esos que ganan a paladas dinero haciendo cosas secundarias o terciarias, mientras aquellos que están en la primera línea del sustento o del mejoramiento padecen de estrechuras. Entonces, es muy tentador que los jóvenes destierren de sus intereses aquello que implica esfuerzo y dedicación genuinos, para abocarse a lo que es pasajero, pasatista, sin contenido, etc.

Ante este panorama, es fácil que la mente se cohíba y se perciba como descalificado, en sintonía con el fracaso.
Porque, parece no cotizar la excelencia, ni el esfuerzo, ni el empeño, ni el estudio, ni la dedicación, ni las obras buenas, ni la cultura, ni… pero valen millonadas las patrañas, la burla, el parecer exitoso, y cosas sin valor real ni trascendente.

A todo esto sumemos padres entrenados por una sociedad torpe y necia, que encuentra divertido lo bizarro, que premia la indecencia y la pereza.

Además de las propias trampas que ejerce el EGO en las personas, a las cuales puede inflar para hacerles creer más de lo que realmente son, entonces al primer contratiempo explotan como lo que son: globos llenos de humo. O, por el contrario, el EGO las echa por tierra, les hace creer que son impotentes e incapaces, por lo cual, ni siquiera tratan de abrir las alas para volar y elevarse por sobre las miserias cotidianas.

Sería oportuno tomar en consideración estas cuestiones y comenzar un camino de sanación interior y social.
Es tiempo de cancelar las narrativas victimizadoras y comenzar a tomar las riendas del propio relato, para llenarnos de real poder, para empujarnos hacia logros que son posibles, si supiéramos quererlos y esforzarnos por alcanzarlos.
Estaría genial que abundaran los mensajes que nos enviamos unos a otros donde se aprecien los dones, las capacidades, los estudios, los esfuerzos aunque no hayan conseguido los éxitos esperados.

Es hora de hacer callar a los que hacen callar a los héroes, pero que pretenden dar vozarrones a los inadaptados, facinerosos, amigos del terrorismo y fracasados espirituales.

https://serjudio.com/apoyo

https://youtube.com/yehudaribco

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Delallel

De verdad que he pensado mucho en esto todo este último tiempo de mi vida… Muchas gracias por compartir.

Delallel

No tengo respuesta.
Solo entiendo que debo seguir esforzándome y mejorar en todo aquello que me hunde. Tomar fuerzas desde lo que considero (o que otros consideran y yo sé) mis virtudes.
Seguir forjando una mejor vida, lo que me quede de tiempo en este plano.
Por el bien y la salud.

Delallel

Y yo *no sé

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