Uno de los fundamentos para la perenne actualidad del milenario mensaje de la Torá es su veracidad (que tiene una demostración en nuestra parashá, en Devarim / Deuteronomio 29:1-8).
Otro de los fundamentos es su (habitualmente) sencilla practicidad.
Y otro más, es la esencia de su mensaje, que en la parashá Ki Tavó encuentra un resumen en las palabras:
"Entonces te regocijarás, tú con el levita y el forastero que esté en medio de ti, por todo el bien que el Eterno tu Elokim te haya dado a ti y a tu casa."
(Devarim / Deuteronomio 26:11)
¿Se entiende este versículo?
Veamos en él tres pautas que nos da la Torá para vivir:
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"Entonces te regocijarás…"
Es parte del estilo de vida judío el aceptar con regocijo las cosas buenas que conseguimos; y el hecho de disfrutarlas no se siente como un pecado o una pérdida de tiempo. ¡Todo lo contrario!
Al aprovechar los bienes que obtenemos, estamos haciendo lo que corresponde y lo que es bueno.
Ya lo dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria: "En el Mundo Venidero se nos pedirán explicaciones por no haber gozado de lo que es apropiado gozar". -
"tú con…"
Pero, el bienestar para que sea verdaderamente tal debe ser compartido.
Primero con los miembros de nuestra casa, nuestra familia.
También con nuestros vecinos, con aquellos que son cercanos.
Y especialmente debemos compartir nuestro prosperidad con aquellos que no han tenido la dicha que nos ha llegado a nosotros, es decir, con los pobres y menesterosos. (Personas que no siempre están necesitadas de dinero o cosas materiales…)
Si no distribuimos una parte justa de lo que obtenemos, estamos cancelando nuestra posibilidad de gozar a plenitud. -
"por todo el bien que el Eterno tu Elokim te haya dado…"
Tampoco debemos olvidar a Aquel que nos favorece constantemente con Su Misericordia.
Es necesario que recordemos que todo pertenece al Eterno, y que sin Su bendición, ningún esfuerzo alcanza la victoria.
Porque el que es exitoso y desagradecido, está andando por un desfiladero que lleva rápidamente al abismo, a no tener nada de lo cual sentirse dichoso.
En definitiva, la esencia del mensaje de la Torá se puede circunscribir a un simple concepto: gozar equilibradamente.
Y de este modo promover la armonía interna (consigo mismo); con el prójimo y con Dios.
Ay, si más personas atendieran el mensaje de la Torá… ¿no sería nuestro mundo una especie de pequeño Paraíso?
Les deseo Shabbat Shalom!
Moré Yehuda Ribco
Relato a propósito del comentario
¿Sabes cómo atrapan a los monos en las selvas tropicales?
Los cazadores introducen golosinas dentro de botellas de metal que están fuertemente atadas a árboles, y luego se marchan.
Los monos al olfatear las golosinas se acercan, tantean, intentan llevarlas y se dan cuenta de que no pueden. Tampoco pueden tumbar las botellas para que caigan los tesoros que guardan.
Desesperados y apurados por su deseo, los monos meten sus manos dentro y apresan fuertemente los caramelos.
Y sujetándolos tratan de sacar sus manos cargadas de dulces.
Pero, los puños cerrados son más anchos que la boca de las botellas.
Y por más fuerza y jaleos que hagan, las manos que empuñan los tesoros no salen.
Y, angustiados y comprometidos con su deseo por gozar de las delicias, no se dan cuenta de que cayeron en una trampa.
Y así se quedan, días y días estrujando sus tesoros, sin abrir sus manos hacia la libertad.
Y así permanecen atorados, hambrientos, abatidos y presos de su deseo hasta que llega el cazador y se los lleva para no retornar.