Está escrito en la parashá: “Entonces te regocijarás, tú con el levita y el forastero que esté en medio de ti, por todo el bien que Hashem tu Elokim te haya dado a ti y a tu casa… darás al levita, al forastero, al huérfano y a la viuda, para que ellos coman en tus ciudades y se sacien.” (Devarim / Deuteronomio 26:11,12)
“El poseedor de una de las mayores fortunas del mundo festejaba su cumpleaños 95º.
Por ser una ocasión tan especial, los periodistas fueron invitados a una breve entrevista con el multimillonario.
En la conversación el anciano hombre anunció que para el año siguiente, sus empresas (que él dirigía personalmente), tenían proyectado producir el triple que en el año anterior y colmar el mercado con sus nuevos productos.
Sorprendido por el anuncio, uno de los periodistas preguntó: ‘¿Es que no piensa retirarse a gozar de su inmensa riqueza junto a su familia, sus nietos, bisnietos; y dejar el trabajo a cargo de otros?’
El anciano respondió: ‘¡Joven, desde que tengo memoria sólo he sabido trabajar sin parar, ¿cómo voy a retirarme a gozar?!”
Según la sabiduría de la Torá, no es el poseer lo que demuestra la riqueza.
Ni siquiera el gastar.
Sino el saber gozar compartiendo lo mucho o poco que se tenga.
Así pues, la felicidad se encuentra en la pacífica compañía con otros, que se benefician junto a nosotros.
Recibir para compartir, ¡qué felicidad!
Destellos de la parashá
Sidrá 50ª de la Torá; 7ª del sefer Devarim.
Entre pesukim 26:1 y 29:8.
Haftará en Ieshaiá 60:1-22.
Al comienzo de la parashá se establece la ceremonia que se efectuaba al momento de entregar las primicias -los primeros frutos de las cosechas- en el Bet HaMikdash -Templo de Iersuhalaim-.
Parte de este ritual era la mención por parte del donante, de alguno de los hitos más memorables del Pueblo de Israel. Se recordaban alguno de los periplos que permitieron su nacimiento, así como pasajes demostrando el paulatino crecimiento de Israel como nación. Sin olvidar narrar la intervención de Dios en los momentos oportunos.
¿Cuál podría ser la finalidad de esta narración ritual?
¿No era suficiente el entregar la donación de las primicias?
Quizás es una forma de manifestar que en todo suceso, aquel que es sentido como positivo o no, existe un sentido, algo que está ahí esperando para ser encontrado. Algo que permite reconocer que en el aparente desorden y confusión del mundo, existe una trama oculta plena de sentido.
Hay algo siempre mejor al alcance, es cuestión de quererlo y saber hallarlo.