En esta sidrá Moshé presenta nuevamente la disyuntiva: comportarse bien o hacer lo malo. Y al igual que en otras ocasiones, la Torá no se priva de describir los terribles suplicios que caen sobre aquellos que apartan la Palabra de H’, y no observan y cumplen Sus mitzvot, haciendo lo malo.
Como es básico en el judaísmo, desde el mismo inicio del relato de Bereshit, y durante todos los momentos de la Torá, el hombre es el ser creado con libre albedrío, esto es, con la opción de poder elegir. El Hombre no está librado a sus instintos, ni a las circunstancias, ni a fuerzas ‘malignas’ externas; fue ‘diseñado’ con el poder de autocrearse, de modificar su entorno, y de cambiarse a sí mismo en pos del mejoramiento propio o colectivo, y lamentablemente, con la opción de perjudicarse y dañar a los demás.
Es este inmenso poder que hace de la especie humana algo tan maravilloso y al mismo tiempo tan, potencialmente, peligroso.
Ejemplos de virtud y de crasa maldad no faltan, aun en nuestro siglo conocimos de ambas, es más, cada instante nosotros somos enfrentados a la alternativa de comportarnos bien o actuar mal.
Sabemos que todos somos poseedores del bien, y podemos enfrentar los males que intentan conquistarnos, si así quisiéramos. Y la Torá nos enseña que actuando bien, reportamos más Bien a nuestras vidas y a nuestro entorno, y en caso contrario, pues, lo contrario.
Los jajamim nos instruyen con un bonito juego de palabras, que bien se aplica a nuestra parashá, ya que en ésta los yehudim deben testificar las bondades que H’ prodiga al Mundo, y deben hacerse participes en la santa misión de atraer Bien al Mundo, el juego es con las palabras ‘Oneg’ y ‘Nega’.
Ambas se escriben con las mismas tres letras en hebreo, con la diferencia que la ‘Ain’ en Oneg está a la derecha (de la palabra) en tanto que en Nega a la izquierda.
Oneg es placer.
Nega es plaga.
La primera es una satisfacción apetecible en tanto que la otra es un sufrimiento que se quiere mantener alejado.
Y enseñan los jajamim, depende de en dónde ponemos nosotros el Ain (la letra llamada así, pero también el ojo, ya que Ain es ojo) si obtenemos como consecuencia Oneg o Nega.
Si a la derecha, que tradicionalmente es el lado de la corrección, de lo ‘derecho’, entonces, la conclusión es placer, bondad y satisfacción. Pero, si nuestro ojo, y nuestro quehacer se destinan a la izquierda, lo ‘siniestro’, entonces, el corolario será plagas, malestar y padecimiento.
Depende de nosotros, y cuánto más a tan sólo dos semanas del nuevo Iom HaDin, Día del Juicio…
Resumen de la parashá Ki tetzé
Por causa de personas inescrupulosas, el que desee el resumen de la parashá contáctese con nosotros via mail, que se lo enviaremos a la brevedad.
Preguntas:
- Seguir los caminos de H’, ¿es mitzvá o consejo?
- ¿Por qué sobrevienen las calamidades al Pueblo de Israel?
- ¿Qué se levantaría en la ribera del río Iarden?
- ¿Por qué llevar las primicias al Mikdash?
- ¿Qué se halla escrito en está parashá que se lee en un Jag?
- Según la Torá, y la interpretación de los Jajamim, ¿es lícito traducir la Torá?
- ¿Sobre qué hay que confesarse, ordena esta sidrá?
- ¿Por qué renovar el pacto con H’ tras entrar a la Tierra Prometida?