Valorar y actuar

La Parashá Koraj relata la rebelión de Koraj, quien junto a un grupo de líderes desafían la autoridad de Moisés y Aarón, argumentando que todos los miembros de la comunidad son santos, y por lo tanto, todos deberían tener el mismo estatus y poder. Por  supuesto que, Koraj, como hábil populista manipulador, dice lo que la gente quiere escuchar, ofrece lo que la gente quiere recibir, promete lo que la gente cree que se merece; lo cual, por lo general, es una fórmula genial para el desencanto y el fracaso de una nación.
La rebelión es aplacada por Dios, quien castiga a Koraj y sus seguidores, a cada uno con la retribución correspondiente.

Desde una perspectiva espiritual podemos ver en esta historia la importancia del reconocimiento y la aceptación de la jerarquía y la autoridad. La rebeldía de Koraj y sus seguidores puede entenderse como una manifestación de una actitud de desafío y resistencia hacia la estructura de la comunidad y sus líderes.

Sin embargo, es importante reconocer que, aunque todos los miembros de la comunidad son iguales en términos de su valor e importancia, no todos tienen el mismo rol y responsabilidad. Cada persona tiene habilidades y talentos únicos que pueden contribuir de manera diferente a la comunidad, y es considerable respetar la autoridad y la jerarquía para mantener el orden y la armonía en la sociedad.
Cada engranaje es el fundamental para que la maquinaria funcione, por más que algunos cargos sean socialmente mejor valorados y más remunerados, tenemos que tomar consciencia de la necesidad y presencia activa de cada miembro.

Podemos tomar de la historia de Koraj la importancia de la confianza en los líderes de nuestra comunidad y en la estructura establecida. Si bien es relevante cuestionar y hacer críticas constructivas, debemos reconocer que la estructura de la comunidad y sus líderes han sido establecidos para mantener el orden y la armonía en la sociedad. Debemos tener confianza en su capacidad de liderazgo y guía, y trabajar juntos para lograr objetivos comunes.
A menudo, podemos sentir la tentación de cuestionar la autoridad y la estructura establecida, especialmente cuando sentimos que no estamos siendo escuchados o que no se nos está dando el reconocimiento que creemos merecer. Sin embargo, la historia de Koraj nos recuerda que debemos confiar en la sabiduría y la guía de aquellos que han sido designados para liderarnos.
Si no estamos de acuerdo, seguramente tendremos mecanismos para hacer oír nuestros planteos, pero no vayamos solamente con la amarga e irrelevante queja.
Además, en sistemas que tienen roles elegidos democráticamente, podremos ejercer nuestro derecho a influir en quién estará en el rol de la conducción.

La rebelión, solamente es útil cuando los caminos de la paz han sido cortados y no es factible un cambio, ni siquiera elevar propuestas disidentes.
Además, se nos muestra que la rebelión y la desobediencia pueden llevar a consecuencias graves e impredecibles. En lugar de buscar la confrontación y la discordia, debemos buscar la unidad y la cooperación, trabajando juntos para lograr nuestras metas comunes.

Podemos tomar de la historia la importancia de la humildad y la aceptación de nuestro papel en la comunidad. Cada uno de nosotros tiene habilidades y talentos únicos que pueden contribuir de manera diferente a la sociedad. Debemos reconocer nuestra propia importancia y valor, y al mismo tiempo, aceptar nuestro papel dentro de la estructura establecida y trabajar juntos para lograr objetivos comunes.

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