Vencer a la rumiación

En ocasiones sentimos que hay ideas que no abandonan nuestra mente. Ese pensamiento que está encerrado y no hay manera de echarlo, o de destruirlo. Que va creciendo y adueñándose de tu atención, ocupando más y más en tu mente.
Da vueltas como mosca molesta, a la que tratamos de espantar, se corre un poco y vuelve con su zumbido insoportable. Nos camina por encima, nos infecta, nos atormenta aunque sea chiquitita y tan débil.
Como un pájaro carpintero golpetea hasta perforar y adueñarse del tronco. Golpea y golpea, aturde, agujerea, consume energía.

Por ahí logramos un rato de silencio, desentendernos de las ideas obsesivas, de la rumiación, pero de pronto regresan y con más ganas de conquistar nuestra atención y destruirnos desde dentro.
Porque no es un proceso creativo, donde torrentes de pensamientos se van elaborando y consiguiendo mayor comprensión, más profundidad en el entendimiento, conectar ideas o cualquier otra función positiva. Sino que es un atolondramiento nefasto, desgastante, opresivo, corrosivo, enfermizo.
Por supuesto que este trajinar va arruinando nuestro estado emocional, saturándonos, agobiándonos, angustiándonos.
Y no encontramos el antídoto, ni el repelente, ni el escudo, ni una salida para liberarnos y producir un renovado estado de satisfacción, alegría, seguridad, confianza, claridad mental y emocional.
Por supuesto que esta rumiación también va conllevando una reducción de la vinculación social saludable, y va acarreando un deterioro en la salud física.

Vamos a compartir ahora unas cuantas técnicas que podrán ayudarte a reinar en tu mente por sobre la idea peregrina que se vuelto ama de tu casa.

  • Anota la idea, que no quede flotando en la nebulosa mental.
    Escríbela con detalle, dedícale adrede tiempo, dale importancia durante ese lapso en el cual estrás dedicado a ella. Ponle toda tu atención amablemente. No la combatirás, no te cansarás en peleas, no querrás escapar. Por el contrario, estarás dispuesto a servirle, pero mientras las dejas asentada por escrito.
    Luego dejas la anotación de lado, te despides de la idea, agradeciéndole que te haya visitado y ya no te ocupas más del asunto.

  • Reserva un tiempo en específico para dedicarte a esta idea, que no sea antes de dormir. Entre 20 y 30 minutos estará bien. Será un lapso en el día para esta tarea, no otra actividad.
    Entonces, si te cruza por la mente, le dices que la tienes en cuenta pero que ahora no. Que tendrá que esperar a cuando sea su momento. Cuando llegue ese rato, en verdad te dedicas a pensar adrede en la idea que hubieras rumiado de otra manera.
    Es en el momento dedicado a las ideas perturbadoras cuando también deberás dedicarte a elaborar estrategias para solucionar lo que te plantean.

  • Cuando escribas tu idea peregrina, no relates desde la angustia, sino que trata de decirla desde el humor. Puede costar, pero la energía que dediques a esta tarea te retornará con beneficios.
    Si por ejemplo, la idea fuera de perder el trabajo, en lugar de describirlo como una catástrofe podrías enumerar los motivos por los cuales quedar sin trabajo ahora sería maravilloso y no estresarte con ello, sino liberarte.

  • Una de las causas de las ideas que se rumian es el natural deseo del humano por magia. De alguna manera se cree que el pensamiento tiene poderes mágicos y por tanto previendo catástrofes, se evitarán; o dando vueltas a los asuntos mentalmente, se controlarán los sucesos. Esto es absolutamente falso, pues no tenemos poder alguno por sobre los eventos a través del pensamiento mágico.
    Pero esta gran verdad objetiva difícilmente calme el impulso irracional y primitivo que nos llevar a querer magia.
    Entonces, en vez de magia inexistente la propuesta es lanzarla al Creador tu preocupación, despojarte de ella para que sea Él quien se haga cargo de la misma.
    Por lo cual, en un momento de introspección y diálogo con el Padre Le entregas tu problema, para que sea Él quien a partir de ahora se dedique a ello.
    Por supuesto que si es alguna cosa que estuviera en tu poder resolver, te encargarás de hacer tu parte, dejando el resto al Todopoderoso.
    Tras el rezo deberás dar dinero de manera generosa a personas o instituciones necesitadas del mismo, sin esperar NADA a cambio. Aquí te dejo el link para que nos hagas llegas tu aporte amoroso y sagrado que desde ya es agradecido y bendecido: https://serjudio.com/apoyo

  • En conversación con tu terapeuta, coach, consejero, maestro, plantea conscientemente los temores e impotencias que la idea rumiada te muestra, maneja las alternativas, visualiza internamente los efectos en tu situación, trabaja sobre ella para que no sea una sombra que manipula sino un títere que tú tienes bajo tu control.
    Con la exposición a la idea te irás desensibilizando, logrando con ello disminuir el dominio que el EGO está teniendo sobre ti.

  • Encuentra la frase positiva mágica, lo que fuera que resuene fuertemente en ti para bien y dedica tu atención a ello.
    Ponte a rumiar positivamente, porque eso es lo que quieres hacer.Con ello no dejarás espacio a la idea negativa para que crezca y se apodere de tu mente.
    Algunos usan frases mágicas e incorrectas como “todo es para bien”, está bueno usarla momentáneamente, porque es como un candado para que los pensamientos negativos no colmen la atención. Pero tras haber logrado el control de tu mente, desterrando las ideas peregrinas del foco, será necesario admitir que estas ideas positivas cumplieron su papel y ya es hora de que descansen, dejando lugar a una mente más clara, concentrada, dedicada a la construcción de SHALOM.
    Ten cuidado para que la frase usada no se transforme en motivo de un derrumbe interno.

  • Ten paciencia y respeto por ti.
    Por más que estas técnicas sean maravillosas y tú las emplees correctamente, es muy habitual tropezar y caer en errores. En caso de que eso suceda, no pasa nada. Te perdonas, tomás nota, y sigues adelante. Que el EGO no se aproveche de tu debilidad para provocarte mayor impotencia.
    Al contrario, usa tu momento de debilidad para fortalecerte, porque es mucho más poderoso aquel que reconoce su caída y se levanta, que el que se paraliza por miedo a caer.
    Entonces, quiérete un poco más, para que cada día te quieras un mucho más.

  • Desarticula a las personas con mensajes tóxicos.
    Si tienes a tu alrededor personas que te inyectan su pesimismo, su amargura, su impotencia; o emplean mensajes tóxicos para lograr dominio sobre ti: ¡toma conciencia de ello!
    Entonces, trata de evitar a esas personas.
    Si no puedes, trata de evitar sus charlas venenosas.
    Si no puedes, quita toda importancia a sus palabras, no les des valor, no les entregues tu energía. Mucho menos indaga en lo que te dicen, preguntarles para que sigan metiendo su muerte en tu interior.
    ¿Está claro?

  • Encuentra el versículo de los Salmos, o de otro libro sagrado, que no sea mágica pero sí te llene de confianza en el Creador y en ti mismo. Que te haga darte cuenta de tu conexión con el Todopoderoso, de tu valor sagrado, de lo valiosa de tu existencia.
    Que esté junto a ti a cada momento y te sirva para conectar tu mente con tu esencia espiritual de manera automática, luego de haberla internalizado y repetido muchas veces.



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