Resp. 3716 – El corazón, malo al timón

Shalom,

He leido el comentario acerca del alma, además; según Ramal (Shuljan Aruj) dice que el alma producto de la asignación divina – define la misión de cada persona en su servicio al Creador.

Desde este punto de vista, deseo saber cual es la diferencia o relación entre alma y corazón. ¿Cuál es la función del corazón? Puesto que yo puedo decir que sirvo al H’ de acuerdo a mi corazón.

Devarin 6, 5 dice: Amarás a tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.

Cómo amo a Dios: con el alma? Con el corazón?

Muchas gracias por este servicio de preguntas y respuestas.

Cordial Saludo,

Jairo Vega Lizarazo
Bogotá, Colombia

Shalom,
«¡Bendito el que viene en el nombre del Eterno!» (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.

Ese supuesto de pretender servir al Eterno de acuerdo al corazón,
como sabemos es una aberración dogmática,
de los que aborrecen al Eterno,
desprecian Sus mandamientos,
persiguen a Sus fieles (sean estos judíos o noájidas),
se burlan de Sus sabios.

Es una doctrina oscura y mortal,
que empuñan cual fatal arma,
los evangélicos, mesiánicos y otros despechados y extraviados.

Es un supuesto tremendamente dañino,
que mata lo bueno que hay en el hombre,
violenta a la sociedad,
insulta la razón,
y obstaculiza el contacto directo con el Eterno.

Eso de «servir a Dios de acuerdo al corazón»
es una enseñanza nefasta que hay que erradicar de raíz,
sin ninguna tolerancia o concesión.

Y es el versículo siguiente al que usted trata de citar el que indica esto:

«Y amarás al Eterno tu Elokim con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Estarán estas palabras que Yo te mando hoy, sobre tu corazón.»
(Devarim / Deuteronomio 6:5-6)

Las palabras de la Torá que el Eterno mandó, es decir Sus mandamientos, deben de estar SOBRE el corazón.
¿Para qué?
Pues, para no dejar que sea el corazón el timonel de la vida,
sino que sean los mandamientos los que dirigen.
Los judíos tenemos los 613 mandamientos que el Eterno nos dio, y que nos marcan el camino para crecer y ser benditos.
Usted Jairo, al igual que el resto de los gentiles, tiene los Siete Mandamientos Fundamentales (con sus derivados) para cumplir, que le darán sentido a su vida, alimento a su espíritu, seguridad de ir por la Buena Senda.

El corazón, que en ciertos contextos significa emociones, es un poderoso motor,
pero para nada el que debe determinar la conducta personal.
La persona que se deja conducir por sus deseos, por sus propias ideas, por su parecer, por lo que le nace en el corazón, por lo que siente, en realidad está en el camino a la perdición, al extravío a la mortalidad oscura.
Tal como la Torá afirma claramente:

«Los flecos servirán para que al verlos os acordéis de todos los mandamientos del Eterno, a fin de ponerlos por obra, y para que no os desviéis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, tras los cuales os prostituís.
Será para que os acordéis y cumpláis todos Mis mandamientos, a fin de que seáis santos para vuestro Elokim.»
(Bemidbar / Números 15:39-40)

¡Más claro, imposible!
Solamente los mandamientos del Eterno nos nutren, nos sostienen, nos dan sentido, nos apartan del mal y nos llevan al bien.
El corazón (deseos, pasiones), los ojos (ideas, pautas sociales), llevan al desvío, a la corrupción.

Téngalo presente y deje de suponer que si hace lo que su corazón siente está haciendo lo que es bueno, porque seguramente no lo es.

Para finalizar, cuando la Torá indica que sea el amor hacia el Eterno con todo el corazón, significa que la persona debe entrenarse para dominar sus pasiones, para que incluso aquellas tendencias negativas se transformen en cosas positivas.
Así, el que tiene violencia en su corazón, que la transforme en defensa poderosa de las verdaderas cosas de Dios.
El que tiene envidia en su corazón, que la transforme en anhelo por copiar el ejemplo de los Sabios.
El que tiene enojo en su corazón, que lo transforme en enojo hacia el pecado, para repudiarlo y andar siempre por el camino de los mandamientos.

En resumen:

«Sucederá que si obedecéis cuidadosamente Mis mandamientos que hoy os mando, para amar al Eterno vuestro Elokim y para servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma,»
(Devarim / Deuteronomio 11:13)

Se ama al Eterno de todo corazón y alma cuando se cumple con Sus mandamientos. ¿O no es eso lo que directamente está dicho aquí?
Decir otra cosa, es negar a Dios y Su Palabra… sépalo y tenga cuidado…

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

Moré Yehuda Ribco

 

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