Resp. 4509–malvado?

nos consulta:

Buen dia maestro:

1- Podria encasillar el termino de malvado a un Noajida que se a enfriado o apartado de su identidad ?

2- Aquel Noajida que infringe algun precepto , como robar , comer mienbro de un animal con vida , o comete relaciones sexuales ilicitas se podria llamar malvado ?

3- El Eterno escucha el rezo de estos Noajidas ?

Gracias More por sus respuestas.

Buen día, le damos una calurosa bienvenida y agradecemos que participe activamente en la construcción de Shalom.

1- El uso de la expresión “se ha enfriado” no me es familiar.
Creo que es más acorde a la ideología evangélica o similar.
Corríjame si estoy errado en mi apreciación.

Puedo comprender por el contexto que estaría expresando una duda acerca del estatus espiritual de la persona que habiendo conocido acerca del noajismo, y momentáneamente despertado a la conciencia espiritual, igualmente desvío su camino y retorno a la celda de la oscuridad.
Si es sobre esto que pregunta, entonces permítame darle una breve respuesta.

La primera es que es conveniente NO encasillar a las personas, no ponerles etiquetas definitivas, no marcarlas como esto o aquello.
Creo, nuevamente, que esa forma de proceder es propia de la praxis de las sectas, mesiánicos, evangélicos, y otros que se asientan en el idolátrico nuevo testamento.
No tenemos necesidad, ni es justo-bueno, de andar por la vida definiendo al prójimo, encuadrándolo en tal o cual rol.
Es cierto, podemos ubicar al prójimo en un rol “aquí y ahora”, porque es necesario saber donde está él para saber donde estoy yo en nuestra relación.
Pero que quede claro, es en el “aquí y ahora”.
Teniendo en cuenta su acción actual, conociendo sus precedentes pero no sentenciando de forma perpetua a nadie.
No ganamos nada haciendo eso, no construimos shalom de esa manera, y alejamos a la persona de nuestra luz que tanto deseamos compartir.
Ciertamente hay gente que se anuda en la maldad, que anida en la perversión, que han actuado con malicia constante –a nuestra saber y entender-, por lo que podríamos conjeturar acerca de que “aquí y ahora” actuarán de similar nefasta manera. Es correcto ser precavidos y no andar con ingenua torpeza por la vida. Pero lejos del ánimo de levantar el dedo acusador ante un tropiezo o dos. Y, al mismo tiempo, cerca de confiar en que la esencia de toda persona es pura y nada puede mancillarla, así que hasta el que vive en constante maldad y lo evidencia, incluso ese, puede tener el arrebato del arrepentimiento sincero y completo y dejar su antifaz grosero para vestirse de santidad real.
No está en nosotros el conocimiento pleno.

Así pues, querido amigo mío, tratemos de no encasillar a nadie, por lo general la gente que nos rodea, nosotros mismos, somos “mediocres”, no alcanzamos los extremos ni de la perfección humanamente posible, ni de la putrefacción espiritual.
Mejor sepamos en donde estamos nosotros y preocupémonos por afianzar nuestra identidad.
Sepamos también en donde nos parece que se encuentra el otro, para ayudarle, para protegernos, para guarecer al inocente que puede ser dañado, pero en lo posible no prejuzguemos ni actuemos con la santurrona falsedad de los “religiosos”, especialmente no parecernos ni un poquito a esos que adoran a muertos y perdidos.

Por supuesto que hay casos de agentes del mal, adoradores del EGO que han llegado a un extremo terrible de degradación.
Un ejemplo serían los líderes de sectas mesiánicas, quienes a sabiendas y con total premeditación usurpan una identidad que no les corresponde, inventan códigos y leyes irreales, fanatizan a sus seguidores, llenan de estiércol el alma de los pobres infelices que les creen sus mentiras terribles. Son gente dedicada a pleno a la maldad, gente que ha escogido el mal como su forma de vida, y con tanta desfachatez que se enseñorean como amos de la luz o de verdades reveladas en santidad.
Es gente malvada.
Quizás sean unos pocos, pero ahí están, infectando el alma de las personas, corroyendo los vínculos sociales, poblando de espanto el mundo.
Similares a estos son los otros terroristas, ya no los que asesinan almas sino cuerpos y aterran a pueblos enteros. Esos asesinos que con toda conciencia eligen la senda de la depravación máxima.
O los que esclavizan a las personas, como los tratantes de blancas, o los traficantes de drogas, o todos los que son de similar calaña.
O aquellos que se ponen la mascarita de rabino cabalistero y andan fabricando sectas embobadas detrás de dos o tres lemas con tintes de verdad, pero caóticamente arraigados en lo más oscuro de la oscuridad.
Sobre esta clase de gente aferrada a lo  malo, voluntariamente y con conocimiento de lo que hacen, es que el inspirado salmista confesó que: «¿Acaso no aborrezco, oh Eterno, a los que Te aborrecen y contiendo contra los que se levantan contra Ti?» (Tehilim / Salmos 139:21).
No podemos ser débiles, indiferentes, «fríos» con los que abusan del prójimo adrede, con los que se burlan y contienden en contra de Dios por gusto, con los que abiertamente demuestran una y otra vez su rebeldía feroz. Oponernos con todo, siempre dentro de la ley. Oponernos hasta el punto de «aborrecerlos», tal como dice el salmista. (Con la salvedad que hemos expresado antes, no tenemos cómo juzgar al prójimo con certeza, por lo cual lo mejor es permitir que sean los mecanismos establecidos de justicia los que operen para tratar de equilibrar el cosmos roto a causa de la maldad de unos pocos).

Pero, incluso estos despreciables sujetos puede que vuelvan hacia la buena senda, que se arrepientan con sinceridad. Por lo que hasta estos extremos de degradación humana son malvados aquí y ahora, no sabemos hasta sus últimos alientos si estarán “encasillados” en esa espantosa mascarada trágica en la que viven y hacen vivir a los demás.

2- Hemos explicado anteriormente que hay cuatro niveles en la intención de cometer un error o pecado.
Por su orden de gravedad, de menor a mayor:

  1. Quien yerra inadvertidamente.
  2. Quien tropieza a causa de su ignorancia sincera.
  3. Quien peca por comodidad, sin mala intención realmente.
  4. Quien se rebela por ánimo contrario a Dios y Su Autoridad.

Solamente los del cuarto tipo, y cuando sus acciones son constantes, y su malicia es evidente pueden ser considerados malvados aquí y ahora.

Tratemos de ser pacientes con quien se equivoca “de buena fe”.
Aunque nos produzca sentimiento de impotencia, aunque nos apene, aunque nos parezca tonto, aunque nos enfurezca.
Seamos pacientes, no pretendamos que el sol claree y nazca a la medianoche.
Demos la oportunidad al que anda perdido, la mano al que se ahoga, el consejo al que lo oirá.
Apartémonos de quien nos dañará, advirtamos a quien oirá y puede ser dañado.
No permanezcamos pasivos, pero tampoco agredamos ni agreguemos dolor a la confusión.
¿Se comprende el difícil rol que le toca como persona despierta y leal a Dios, atento a su esencia espiritual sagrada?

3- El Eterno “escucha” todo.
Él decide lo que responde, y bueno es que nosotros no pretendamos enseñarle a Él cuál es la mejor respuesta.
Ejemplo, nos puede parecer injusto que un amo del terrorismo espiritual –pongamos, un líder mesiánico que a plena conciencia desarrolla su oscura traición- viva con salud, bienestar, riqueza, amoríos gozosos, etc. En tanto gente de bien, constructores de shalom como usted y yo, tengamos que ir remando por la vida para lograr alguna que otra cosita material, algún que otro deleite permitido. O, peor, el justo y bueno que no puede zafar de su pozo material, vive aquejado de enfermedades, miserias, abandonos, etc., mientras el que a ojos vistas es malvado goza sin percances.
Nos puede parecer injusto, pero Dios es el que hace las “cuentas”.
Confiemos en que es Sabio, Justo y no nos angustiemos por lo bien que aparente estar el que consideramos malvado, sino que concentrémonos en como vivir mejor nosotros.

Amigo mío, no sé si le he podido responder a sus inquietudes.
Espero que mis palabras le sirvan para crecimiento y bendición.

Quiera el Eterno que el camino del constructor de Shalom sea allanado, que podamos vivir a plenitud para cumplir nuestra sagrada tarea con mayor belleza.
Quiera el Eterno que el pecador abandone su camino, que muera el pecado para que viva el que cayó en él y la sociedad.

Sigamos trabajando y aprendiendo en el HOGAR FULVIDA, http://fulvida.com, el alimento preparado y listo para el espíritu del gentil.

Que sepamos construir Shalom.

Moré Yehuda Ribcoalt

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