La cuestión espiritual no está en negar fantasiosa e hipócritamente que existe el dolor, el malestar, la tristeza.
Tampoco es de índole espiritual acusar de pecador al que no siente la cercanía con Dios o por algún motivo está triste.
Puede ser de religioso, pero no de parte del Cielo, la obligación de posar con una ridícula risa de falsa felicidad.
Será aprobado por la secta y su líder, pero los amuletos, las fórmulas mágicas, y la pretensión de manipular a Dios con rituales y objetos para obtener beneficios no tiene nada de santidad.
Sin dudas que Dios no ha mandado estar feliz todo el tiempo, porque Él habla al hombre verdadero y no a marionetas llevadas por pasiones y absurda fe.
Lo que nos acerca a nuestra esencia espiritual es que llevemos una forma de vida auténtica, aprovechando lo que tiene el aquí y ahora plenamente para encontrar la Divina Presencia.
Aquel que pasa por un trance doloroso, allí también está el Eterno.
El que sufre una desgracia, puede vislumbrar al Padre desde las llagas y no desde la ridícula negación del tormento.
Para quien el momento es de disfrute, sí, también allí agradecer y comprobar la huella del Creador.
Cada momento es único, irrepetible, motivo para ser auténticos y por tanto conectados realmente con el Padre Celestial.
Las imposturas religiosas, los mandatos de la fe, la censura de nuestra naturaleza, no conducen al Shalom, sino a la vida de esterilidad espiritual.
antes, tantas veces nos ensenaban a negar la realidad!! decían…. si tenes una enfermedad, no pienses en esa enfermedad, «declara» que no la tenes!!!
oh si, el viejo engaño de los pastores de la fe.
algunas veces puede funcionar, pq la persona realmente no esta enferma, o pq la persona usa recursos de energia propia para sanar, pero la mayor parte de las veces es poner la alfombra sobre la mugre, que se sigue acumulando y acumulando.