El rigor ejercido con propiedad, en su justa y correcta medida,
es un factor vital, de crecimiento, de confianza, de construcción de SHALOM.
Pues, permite unir a las personas entre sí,
les brinda un marco de seguridad, franqueza, amabilidad respetuosa y respaldo.
Los límites, cuando son claros, justos, precisos y sostenidos sirven como marco propicio para las relaciones interpersonales.
No hay ni libertad, ni paz sin el rigor saludable.
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