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La parashá Beshalaj nos relata el fabuloso cruce del mar Rojo, uno de los momentos más gloriosos de nuestra historia. Esta parashá nos muestra que aunque a veces nos enfrentemos a situaciones que parecen imposibles, no debemos perder la emuná ni la confianza en Dios. Él está con nosotros y nos ayuda a vencer los desafíos que se nos presentan. Nosotros, tenemos que actuar.
Por eso, ¡no te detengas, no te desesperes, avanza con emuná y determinación!
Las limitaciones son parte de nuestra existencia terrenal, no venceremos todo lo que nos obstaculice físicamente, pero tenemos la opción de mantenernos libres mentalmente y emocionalmente, sabiendo nuestra ininterrumpida conexión con nuestro Padre Celestial, y que en verdad somos NESHAMÁ, seres espirituales ilimitados.
Un ejemplo de esta actitud lo encontramos en la vida de Maimónides, el gran sabio sefaradí que vivió en el siglo XII. Él nació en Córdoba, pero tuvo que huir con su familia de la persecución de los almohades, que obligaban a los judíos a convertirse al islam o morir. Después de vagar por varios países del norte de África y de Oriente Medio, se estableció en Egipto, donde ejerció como médico, filósofo y líder de la comunidad judía. Rambam, como es conocido por sus siglas en hebreo, escribió obras fundamentales para el judaísmo, como el Mishné Torá, un código legal que resume toda la ley judía, y la Guía de los perplejos, una obra filosófica que armoniza la razón y la fe. Nuestro maestro superó las adversidades con su sabiduría y su devoción a Dios, y se convirtió en una luz para las generaciones posteriores.
Así como Moshé bar Maimón lo hizo, nosotros también podemos hacerlo. Podemos superar los obstáculos que se interponen entre nosotros y nuestro propósito divino. Podemos cruzar el mar Rojo de nuestras dudas y miedos y llegar a la Tierra Prometida de nuestra realización espiritual. Podemos seguir las enseñanzas de Maimónides y ser sus discípulos en el estudio y la práctica de la Torá.
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