Pruebas de Era Mesiánica: ofrenda perpetua

La parashá, tal como la mayoría del sefer Vaikrá se dedica sustancialmente a dar normas relativas a ofrendas y sacrificios, para ser elevados por el individuo o el colectivo desde el Santuario en el desierto, y más adelante desde el Templo en Ierushalaim.

Sabemos que son perpetuos todos los preceptos que Dios ha ordenado, a no ser que Él haya establecido explícitamente otra cosa para algún precepto en particular.

Los korbanot -sacrificios y ofrendas- son preceptos perpetuos, en tanto y en cuanto los judíos estén en su tierra (Israel), con el santo Templo en Ierushalaim en plenas funciones.

Entonces, resulta realmente sorprendente esta tajante afirmación de algunos de nuestros venerables Sabios talmúdicos, que en época moderna es también sostenida por el rav A.Y. Kook (Olat Reia 292):

"Todos los sacrificios serán obsoletos en la Era Mesiánica, con la sola excepción de la ofrenda de agradecimiento (el shalmei todá), que nunca será anulada. Todo rezo será obsoleto, a excepción de los de agradecimiento  y alabanza…".
(Vaikrá Rabá 9:7)

Esta enseñanza la corroboran con las palabras del profeta, cuando visualiza un futuro plácido en el cual:

"Así será grata al Eterno la ofrenda [minjá] de Yehudá [Judá] y de Ierushalaim [Jerusalén], como en los días de antaño y como en los tiempos antiguos."
(Malaji / Malaquías 3:4)

¿Cómo explicar esta aparente contradicción de los rabinos a la norma perpetua establecida por Dios en Su perfecta Torá?
¿Acaso los más fieles entre los cumplidores (los Sabios de Israel) tienen la osadía de contravenir el expreso mandato del Supremo?

Obviamente que los maestros de Torá, los auténticos Sabios de Israel de todas las épocas, jamás se atreverían a decir rojo allí en donde la Torá dice verde.
Por lo cual, debemos reconocer la explicación en algo diferente que la rebeldía.

Lo que ocurre es que,
en la Era Mesiánica, todos los seres humanos estarán libres de la tendencia hacia lo negativo.
Sabrán lo que es bueno y lo que es malo,
podrían hacer lo malo si lo desearan,
pero en sus corazones y mentes el deseo hacia lo malo, el amor por el pecado,
estará muerto y sin vida.
El pecado habrá muerto,
pues el deseo por pecar habrá muerto.
Por lo tanto,
todos los sacrificios que ayudan en el proceso de arrepentimiento
y expiación de los pecados (sean estos voluntarios o involuntarios),
no tendrán sentido,
pues,
no habrá pecados de los cuales arrepentirse,
ni errores éticos que corregir (citas, entre otras: Iejezquel 37:23; Tzefania 3:13; Zejaria 13:2; Malaji 3:19; Ieshaia 60:21; Irmia 50:20).
Sin pecados,
los sacrificios para expiarlos serán obsoletos,
sin sentido.
Las ofrendas solicitando la cura de enfermedades o el cese del dolor,
tampoco serán necesarias,
pues el mundo ya no conocerá más enfermedad, miseria o dolor (citas, entre otras: Ieshaia 25:8; Bereshit Rabá 20:5; 95:1).
Por lo cual,
también los sacrificios que apuntan a mejorar estas situaciones,
serán cosa obsoleta, recuerdo del pasado.
Pero, el agradecimiento sincero hacia Dios,
el júbilo por encontrarLo a cada paso, eso no se extinguirá,
por lo que,
las ofrendas de agradecimiento se mantendrán vigentes y en uso cotidiano.

Como el conocimiento del Eterno será universal,
todo ser vivo (de hombres a animales, especialmente los hombres) sabrá de la Presencia de Dios,
y no habrá necesidad de enseñarse uno al otro lo que Dios quiere de nosotros,
y como toda prédica por seguir el camino del bien será cosa inexistente,
es razonable que las ofrendas de agradecimiento no solo sean mantenidas,
sino aumentadas,
pues ninguna persona querrá dejar de alabar y reconocer al Eterno por todas las bondades que Él brinda constantemente.

Una de las mejores pruebas de si se está en la Era Mesiánica o no,
es ver precisamente este aspecto:
¿las personas son naturalmente agradecidas y carentes de malos deseos?
Si es así,
alegrémonos y demos alabanzas al Eterno
pues estamos viviendo en la Era Mesiánica.

(Qué pena que aún no sea una realidad…)

¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!

Moré Yehuda Ribco

Relato

El rebe de Kobrin enseñó: ‘Cuando padece la persona de dolores, que no diga "¡Mal, mal!". Nada de lo que el Santo Bendito sea Él hace a la persona es malo. Pero tiene permitido decir "¡Es amargo!", pues hay medicamentos que saben amargo’.

Preguntas y datos para meditar y profundizar:

• ¿Cómo se puede relacionar este relato con el comentario que brindamos de la parashá?

• ¿Acaso el rabino está proponiendo que se niegue la realidad, para vivir en un mundo de fantasía en el cual todo es positivo?

• La Haftará correspondiente a Tzav, en su comienzo dice Dios: "el día en que los saqué de la tierra de Egipto, no hablé con vuestros padres ni les mandé acerca de holocaustos y sacrificios. Más bien, les mandé esto diciendo: ‘Escuchad Mi voz; y Yo seré vuestro Elokim, y vosotros seréis Mi pueblo. Andad en todo camino que os he mandado, para que os vaya bien.’" (Irmiá / Jeremías 7:22-23).

  • ¿Es para Dios importante los sacrificios, la sangre derramada de corderos, el olor de carne asada, rituales y otros adornos; o lo que a Dios importa es que la conducta de la persona sea estrictamente acorde a los mandamientos que Él ha ordenado se cumplieran?

  • La fe, los sacrificios, las adhesiones a tales o cuales personajes, ¿son lo que Dios dice que dan "el bien" para la persona?

• El inspirado David cantó: "Sean exterminados de la tierra los pecados, y que los impíos dejen de serlo. ¡Bendice, oh alma mía, al Eterno! ¡Alaben al Eterno [Aleluia]!" (Tehilim / Salmos 104:35).

  • ¿Qué pide el sabio salmista que sea extirpado de la tierra?

  • ¿En qué se diferencia su pedido, de lo que tienen en mente y hacen los terroristas palestinos, los antisemitas y otros asesinos?