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Las tres primeras parshiot de la Torá tienen algunos puntos en común, hablan de inicios, van enfocando su mirada en el pueblo judío y tratan de personajes que deben romper con el pasado y atreverse a caminar por donde nadie antes estuvo. Es decir, sirven como una especie de mini manual para confrontar con nuestra zonita de confort.
En psicología, la zona de confort se refiere a un estado mental y emocional en el que las personas se sienten seguras y cómodas. En esta zona, nos movemos en rutinas y situaciones conocidas, donde hay un bajo nivel de ansiedad y estrés, pero también pocas oportunidades de crecimiento o cambio. Emocionalmente, quedarse en la zona de confort puede ser una forma de evitar el miedo al fracaso, al rechazo o a lo desconocido. Sin embargo, este hábito puede limitar nuestro desarrollo personal, ya que evita que nos desafiemos a nosotros mismos y descubramos nuestras capacidades. Al mismo tiempo, ese sentimiento de seguridad y comodidad, esa evitación del estrés, en verdad pudieran ser enmascaramientos de algo muy caótico y terrible que uno tiene miedo de confrontar en su vida, interior o exterior.
Por lo cual, la zonita de confort suele ser más bien un terreno minado en un campo de batalla siniestro, en lugar de un paraíso pacífico en el cual realmente se quiera estar.
Por si fuera poco el espanto descrito en el último párrafo, te invito a que pienses en estos otros cuatro riesgos de permanecer en la Zona de Confort
- Estancamiento: Permanecer en la zona de confort impide el aprendizaje y el desarrollo, lo que lleva a un estado de estancamiento en el que es difícil avanzar o adaptarse a cambios inesperados.
- Baja autoestima: Cuando evitamos retos, no podemos comprobar nuestra capacidad para superarlos, lo que limita nuestra confianza.
- Ansiedad a largo plazo: Aunque en un principio la zona de confort parece reducir el estrés, a la larga puede aumentar la ansiedad, ya que el miedo al cambio se intensifica.
- Oportunidades perdidas: Al no salir de lo conocido, nos cerramos a nuevas experiencias que podrían ser beneficiosas o incluso transformadoras.
Visto lo cual, te convido a conocer estas cuatro sugerencias para salir de la Zona de Confort:
- Pequeños retos diarios: Prueba algo nuevo cada día, como tomar un camino diferente al trabajo, probar un nuevo pasatiempo o hablar con alguien que no conoces bien. Estas acciones, aunque pequeñas, enseñan a tu cerebro que el cambio no es algo negativo.
- Fijar metas alcanzables: Comienza con metas pequeñas que te desafíen, como aprender una habilidad nueva o hacer una presentación en el trabajo. A medida que las cumples, aumentará tu confianza y estarás más preparado para retos mayores.
- Practica la autorreflexión: Haz un ejercicio de autoevaluación para identificar miedos o creencias limitantes que te mantienen en la zona de confort. Escribir en un diario puede ser una herramienta útil para analizar tus pensamientos y emociones.
- Busca apoyo: Hablar con alguien de confianza, como un amigo, un mentor o un terapeuta, puede ayudarte a ver tu situación desde otra perspectiva y a establecer un plan de acción para salir de tu zona de confort.
Ejemplo de la Vida Real
Pensemos en alguien que ha trabajado en la misma empresa por muchos años en un puesto seguro, aunque aburrido. Esta persona puede sentir la necesidad de crecimiento profesional, pero teme el cambio y la incertidumbre. Tal vez, en su familia o entorno le exigen que se anime a cambiar, a pedir un aumento, a solicitar un nuevo y mejor puesto.
Se pueden generar tensiones y amarguras, sea por el debate interno o por la confrontación de los demás.
Entonces, se puede recurrir a trampas para afianzarse en la zonita de confort, y defenderla como si de ello dependiera su vida. O, se puede decidir a buscar un ascenso o aplicar a un trabajo diferente, o cualquier otra cosa que implique dar un primer paso para romper el muro de seguridad y desafiar sus habilidades. Tengamos presente que, ese muro defensivo puede parecer útil para proteger del afuera, cuando al mismo tiempo ahoga las oportunidades para crecer y expandirse sanamente.
Atreverse a dar un pasito, aunque al principio pueda sentirse una sensación incómoda o nerviosa, con el tiempo se ganará experiencia y autoconfianza, y esto abrirá oportunidades que nunca habría imaginado al quedarse en su posición inicial.
¿Qué piensas o crees al respecto?
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