Un primer paso
"Te agotarás del todo, tú y también este pueblo que está contigo. El trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo."
(Shemot / Éxodo 18:18)
La grandeza se reconoce por la humildad personal. Y ésta no es otra cosa que reconocer las propias limitaciones pero también las cualidades positivas, sin apenarse por aquellas, ni euforizarse por éstas.
Cuando el desconocimiento es lo que se posee, lo mas apropiado es confesar un "no sé", e intentar penetrar en lo desconocido.
Si la carga es pesada por demás, lo mejor es decir: "no puedo", y pedir ayuda.
Si el dolor se torna insoportable, lo aconsejable sería asumir: "sufro", y esforzarse por superarlo.
Reconocer lo que no está bien en nosotros, o en las situaciones que vivimos no es síntoma de debilidad, sino del comienzo de la evolución (que a la postre también nos conduce a la humildad).
Shabbat Shalom les desea Yehuda Ribco
Destellos de la parashá
El momento crucial en la historia de la humanidad se narra en esta sección: la Revelación en Sinaí.
La inefable e irrepetible manifestación de la presencia de Dios ante la mirada incrédula de millones de testigos, para entregar los principios conocidos como el Decálogo, pilar de lo que se podría considerar una sociedad humana de avanzada, bajo el imperio de Dios.