Shabbat: Iyar 1, 5769; 25/4/09
¡Bienvenido nuevamente lector apreciado!
Esta semana compartimos el comentario de dos parashot, pues se leen juntas este Shabbat. Además es Rosh Jodesh Iyar, por lo que complementamos con la lectura del Maftir y Haftará correspondientes a tal celebración.
Recuerda que estamos a escasos días de conmemorar un nuevo aniversario de la independencia del moderno Estado de Israel.
Un comentario de la Parashá Tazría (Vaikrá 12:1 – 13:59)
Dónde poner el ojo…
El tema central de la parashá es la enfermedad especial de metzorá, algo parecido a la lepra, pero que no tiene un origen físico (virus, bacteria, desorganización celular, etc.), sino que su fuente es espiritual. Según los jajamim la persona padece nega tzaraát por causa del lashón hará – la maledicencia, el chisme.
Dijimos nega tzaraát, que es posible traducirlo como «llaga de metzorá«. Sin embargo, hay una interpretación que nos permite aprender algo muy importante de la palabra nega.
Nega (llaga) se escribe: nun-guimel-ain.
Y la palabra oneg (deleite) se escribe: ain-nun-guimel.
¿Qué diferencia una palabra de otra?
Donde está ubicada el «ain».
Y ¿qué es «ain»?
Ain es ojo.
Es decir, dependiendo de en qué ponemos nuestro «ain», padeceremos o nos deleitaremos.
Si aprendemos a valorar la mitad llena de la botella, en lugar de siempre suspirar por la mitad vacía, estaremos siempre gozando, teniendo oneg, y apartando de nosotros el nega de la habladuría.
Como enseñan nuestros sabios: «¿Quién es rico (afortunado)? El que se complace con lo que ya tiene».
Resumen de la parashá Tazría («Concibiera…»)
Sidrá 27ª de la Torá; 4ª del sefer Vaikrá. Entre pesukim 12:1 y 13:59.
Haftará en II Melajim 4:42-5:19.
Perek 12: La Torá ordena que la mujer no tenga relaciones sexuales con su marido por determinado tiempo, y que ofrezca un korban tras el nacimiento de un hijo. Los hijos varones deben ser circuncidados al octavo día de nacimiento.
Perek 13: Es descripta la enfermedad de tzaraat (erróneamente traducida como «lepra»), mal principalmente de la piel, pero que afecta también a las vestimentas y las casas de los individuos que han cometido ciertas faltas de índole social – espiritual. El indicado para diagnosticar si una mancha es tzaraat es el cohen. De confirmarse, es obligación del cohen poner en cuarentena a la persona durante una semana. Si la mancha no desaparece, el confinamiento continúa por otra semana, tras la cual el cohen debe decidir la situación del individuo. La Torá describe las distintas formas de tzaraat. La persona afectada por la marca de tzaraat lleva su ropa desgarrada, no se corta el cabello, y debe alertar a los demás que padece la impureza ritual. Le está prohibido mantener contacto corporal con las personas.Se detalla el fenómeno de tzaraat en las vestiduras.
Un comentario de la Parashá Metzorá (Vaikrá 14:1 – 15:23)
¿Quién dijo que a las palabras se las lleva el viento?
De seguro alguien que no prestó atención a la sidrá de esta semana, pues en ella se trata todo lo relativo a la aparición de la enfermedad de la piel llamada tzaraat, y los procedimientos para su purificación.
¿Qué tiene que ver una enfermedad de la piel con las palabras?
Es que resulta que esta terrible enfermedad se manifestaba en aquellas personas que habían hecho abuso de su lengua.
¿Abuso de la lengua?, ¿qué es eso?
Es el conocido término de lashón hará, el mal hablar, los chismes y etcéteras que se hacen acerca de otra persona.
Para prevenirnos, veamos lo que nos dice el Midrash Tehilim 12:4:
«Dijo Rabí Shimón bar Iojai: ‘Las malas lengunas matan a tres personas, al que habla, al que escucha, y a la persona sobre la cual se habla.'»
Quizás ahora entendamos más, en otros tiempos la persona que abusaba de su lengua, no sólo recibía una sanción de tipo moral, como ocurriría hoy en día (si A habló mal de mí, y B me lo cuenta, entonces dejo de hablar con A, y algunas veces también con B, por venir con cuentos…); sino que le llegaba la justa recompensa por su mala conducta. Quedaba enfermo, y no una enfermedad silenciosa, interna y secreta, sino Tzaraat, que era macabra, muy parecida a la lepra (con la cual se confunde a menudo), manchones blancos, o verdes y rojos sobre cualquier parte del cuerpo, y para que comprendamos su naturaleza especial, las manchas también solían aparecer en ropas, utensilios, viviendas, pertenencias del afectado.
Al estilo de ain tajat ain (literalmente: ojo por ojo), cuando hablamos mal y llevamos la intención de dañar a alguien, lo que nos proponemos es separarlo de la sociedad, del grupo en el cual se mueve. Si decimos, por ejemplo, Ploni es un ladrón, entonces, ¿quién va a confiar en él? Lo alejamos de sus conocidos.
Entonces, aparece el Nega-Tzaraat y el que queda fuera es el maledicente, el que intenta echar a otro.
Como prueba, recordemos a Miriam, la hermana de Moshé y Aarón, que mencionó algo acerca del color de piel de Tzipora, esposa de Moshé, que era negra. Y enseguida, Miriam quedó enferma de esta enfermedad y debió ser separada de todo el pueblo y pasar a vivir fuera de los límites del campamento hasta que fuera purificada.
Creo que es claro el sentido de esta sidrá, así que para terminar, un relato de Vaikrá Rabá 33:1: «Raban Gamliel ordenó a su siervo Tobi que le trajera lo mejor que hubiera en el mercado. El esclavo le trajo una lengua. Al día siguiente el maestro le ordenó que trajera lo peor que encontrara en el mercado. Nuevamente Tobi le trajo una lengua.
Cuando se le pidió explicación, el sabio siervo dijo: «No hay cosa mejor que una buena lengua, y nada peor que una mala lengua»».
Guardando nuestra arma más eficaz, la lengua, guardaremos de dañarnos.
Puntos sobresalientes de la parashá Metzorá («Metzorá…»)
Sidrá 28ª de la Torá; 5ª del sefer Vaikrá. Entre pesukim 14:1 y 15:23.
Haftará en II Melajim 7:3-20.
Perek 14: La Torá describe el procedimiento de purificación que debe llevar a cabo un metzorá (quien padece tzara’at) luego de desaparecida la mancha. El procedimiento dura una semana e incluye la presentación de korbanot, así como inmersiones rituales. Tras lo cual, el cohen puede confirmar al metzorá como nuevamente puro. Se estipula que si el metzorá no cuenta con suficientes recursos económicos, puede sustituir las costosas ofrendas animales por otras vegetales. En caso de que un cohen deba declarar una casa afectada por tzara’at, los utensilios y elementos son retirados de la misma, para evitar que sean incluidos en la destrucción por cuestión ritual. Ya que la pared o casa afectada de tzara’at se destruye, para ser reconstruida luego. En caso de reaparecer la mancha, toda la edificación debe ser demolida.
Perek 15: También se enumeran las secreciones corporales que hacen pasar a la persona al estado de impureza ritual, por lo tanto, con la prohibición de hacer uso de los elementos sagrados. También se describen los procedimientos de purificación ritual.
¡Te deseo a ti y a los tuyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco