Cuando Iaacov llegó a morar en las cercanías de la ciudad de Shejem, contribuyó generosamente con el bienestar general de sus pobladores, aunque nada les debía.
Desprende un aroma del paraíso cuando la persona contribuye con la mejoría física y espiritual de aquellos que están en nuestro entorno.
¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco