La mitzvá de narrar los eventos acontecidos con la Salida de Egipto es fundamental en la noche del Seder.
A veces parece que nos olvidamos de ello, enfrascados en otras cosas importantes, o notablemente accesorias pero que de repente cobran un valor inusual.
Entonces nos concentramos en el menú para esa noche, y la segunda cuando celebramos Pesaj fuera de Israel; revisamos hasta los lugares innecesarios en búsqueda del prohibido jametz; ponemos papel de aluminio donde hasta parece una adición ridícula; y cosas por el estilo, que como te dije pueden ser de suma importancia también, o meras adiciones que no guardan mayor relevancia.
Y por estar dedicados a ello por ahí no nos preparamos lo suficiente para dar curso satisfactorio a este carísimo precepto de relatar lo que Dios hizo por ti cuando te sacó de Mitzraim.
Así que, por favor, hazte el suficiente tiempo y guarda bastantes energías para que tu mente y emotividad recuerden las narraciones clásicas, repasa los comentarios de los maestros tradicionales, revisa las explicaciones de los tópicos habituales y aprende algunos nuevos. Añade un poco de tu propia reflexión, pero siempre basada en conocimiento anterior (teórico, práctico y actitudinal). Si puedes estudia con tus maestros, conversa con tus socios de estudio de cuestiones espirituales para tener bien trabajado el tema, porque no es cuestión de correr rápidamente por las hojas de la Hagadá, sin siquiera entender lo que se está diciendo.
Ya que, si bien estarás cumpliendo el precepto de narrar la Salida al leer la Hagadá, por ahí te quedas en el límite, más fuera que dentro.
Pero además, estarás perdiendo el corazón de este mandamiento, que es fortalecer el lazo sagrado con tus hijos y parentela, que es continuar con poder la cadena que te une al pueblo judío de antaño y al que vendrá, que es sentir y vibrar con la conexión irrompible con el Padre Celestial. Y por supuesto, si no te adentrás en el conocimiento para cumplir este mandamiento, estarás fracasando en ser parte activa de los que fortalecen al judaísmo y con ello atraen más LUZ al universo.
En resumen, ponte las pilas y a estudiar para cumplir con el vehigadetá lebinja baiomo hahu.
Que así sea fortalecido el corazón de Pesaj.
Otro punto, no menos valioso.
Hay personas, que por diversos motivos que no vienen al caso ahora, se encuentran solas en el tiempo del Seder, o incapacitadas para realizarlo.
¿Qué tal si haces un lugarcito para alguna de ellas?
Tal vez sea un familiar, más o menos cercano; amigo, colega, conocido; alguien de la sinagoga; un viajero que está de paso por el país; alguien que perdió a su familia o los tiene viviendo lejos; una persona anciana que ha ido mermando su vida social; un exiliado de su tierra de nacimiento por causas políticas o económicas; … los casos pueden ser múltiples.
El hecho cierto es que ahí, al lado tuyo, seguramente hay una persona judía que quizás tiene los medios económicos, o tal vez no; por ahí sabe cómo llevar todo el orden establecido, o quizás no; tenga las fuerzas físico/emocionales para estar en el Seder, o no.
Como sea, fíjate a qué otro judío/a le puedes dar una mano para que también celebre en su mayor grado posible esta primordial noche sagrada.
Que así palpite con más ánimo el corazón de Pesaj.
Tal vez así podremos tener un esencial Pesaj Kasher veSameaj.