Parasha Noaj 5762

El mundo gira, ¿y vuelve?

Está escrito en la parashá: “Sal del arca tú, tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos contigo” (Bereshit / Génesis 8:16).

«A eso de las 19 horas, el hombre entró como tromba a su hogar. A las corridas se quitó la corbata y los zapatos. Cazó, en algún lugar del comedor, el control remoto de la televisión, y fue a instalarse frente a la pantalla que lo hipnotizaba con el noticiero central de su canal predilecto.
Su esposa quiso hablar con él. Antes, incluso, había intentado besarlo para darle la bienvenida. Pero él la apartó -como hacía a diario- con la excusa de que estaba desesperado por informarse acerca de las novedades mundiales: ‘¡¿Pretendes vivir fuera de este mundo?!’ -le gritaba.
En los cortes publicitarios, el hombre hojeaba frenético el diario vespertino, tratando de rellenar los huecos de información que la TV le dejaba.
Y a su lado pasaban sus dos hijos, sin que los notara. Y ellos querían contarle al padre de las actividades de la jornada… pero el noticiero era sagrado, ¿cómo interrumpirlo?
Y su hija, que silenciosamente ayudaba a la madre a poner la mesa para la cena familiar, tenía muchos deseos de pedir un par de consejos paternos… pero el padre estaba ausente, atrapado por los sucesos del mundo.
Y la mascota de la casa, andaba por ahí mientras gemía reclamando unas caricias del amo.
Y el teléfono que llamaba a cada instante, y alguien, no sé quién, se encargaba de hacerlo callar.
Y mientras el mundo, SU mundo giraba y avanzaba sin su participación, él se mantenía prendido a su información del mundo, que era indiferente a su existencia… incluso el día que se enteró que lo rescataron los bomberos del incendio en su casa…»

Shabbat Shalom les desea Yehuda Ribco

Destellos de la parashá


Sidrá 2ª de la Torá y 2ª del sefer Bereshit / Génesis.
Que se encuentra entre los pesukim 6:9 y 11:32
La haftará corresponde a Ieshaiá / Isaías 54:1 – 55:5.

En nuestra parashá nos encontramos con un relato sumamente familiar, incluso actual. La Humanidad no había logrado hallar la paz consigo mismo, por lo que la Creación en su conjunto se hallaba en desarmonía.
Este caos humano, extendido a la naturaleza, provocó que gradualmente se llegara a una era de crisis total, al punto de que la vida en el planeta estuvo al borde de la extinción.
Un hombre (Noaj / Noé), con su familia, fueron los únicos humanos que sobrevivieron a la devastación general, salvando con ellos el germen de una nueva vida para la Tierra.
Tras lo cual, el Eterno, en Su Misericordia, prometió que Él no acarrearía una nueva tragedia como aquella. Y Dios, a lo largo de los milenios ha mantenido Su promesa.
¿Estamos nosotros a la altura de asemejarnos a Dios?

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Carlos Ruben

Es una historia muy real, porque debo confesar que yo mismo la viví como el actor principal, ni siquiera solo con noticias sino con películas y otras cosas, no es a menudo pero si me comporté así, ahora reflexiono y le doy gracias al Padre Eterno por haber dado esta lectura a través de usted, me ha sido de mucha enseñanza y ahora mismo voy a reflexionar sobre ello.

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