La parashá Shoftim nos habla de la importancia de establecer sistemas de justicia para la correcta administración de una sociedad. Dios instruye al pueblo de Israel a nombrar jueces y oficiales en cada ciudad para que resuelvan los conflictos de manera justa e imparcial.
También encontramos que está prohibido colocar ídolos al lado de los altares del verdadero Dios. Esto implica que no podemos mezclar nuestra integridad con prácticas espirituales falsas o paganas. Solo debemos servir a Dios con sinceridad y humildad.
Ello nos debería comprometer a llevar una vida de bondad y justicia, por lo tanto, construyendo Shalom.
Por otro lado, la Torá recuerda que todos somos iguales ante la ley, ya sean extranjeros, huérfanos o viudas. Como pueblo elegido tenemos el deber sagrado de respetar la dignidad de todo ser humano.
Ya lo sabíamos, ya es un mensaje repetido, pero nunca está de más recordarlo.
Por otra parte, también se había enunciado en lo que respecta a los actos de bondad, ya que todos merecen la mirada bondadosa, pero justa, y la mano generosa, pero realmente saludable.
Este mensaje cobra especial relevancia en nuestros días, donde aún persisten formas sutiles, y muchas veces a la vista de todo el mundo, de discriminación. Solo practicando la compasión y la justicia para con los demás lograremos construir una sociedad de paz.
La parashá Shoftim, entre otros importantes mensajes, nos enseña que para cultivar nuestro crecimiento espiritual debemos esforzarnos por ser personas justas que respeten a todo ser humano. Como dijera nuestro sabio Hillel: «Lo que es odioso para ti, no se lo hagas a tu prójimo. Ésa es toda la Torá; lo demás es su explicación«. Solo practicando la regla de oro lograremos acercarnos a la perfección divina.
Que este mensaje les sirva para reflexionar sobre cómo mejorar cada día en su sendero hacia la santidad.
¡Shabat shalom!
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