El gozo en Shavuot

En el Talmud (Beitzá 15b) nuestros sabios discuten acerca de la esencia central de los día consagrados (iom tov), tales como Pesaj, Sucot, Rosh HaShaná, etc.

¿Acaso el oneg (placer) y la simja (dicha) constituyen una mitzvá del iom tov, o son reshut, es decir, simplemente costumbres secundarias?

Unos los definen como «laHashem», es decir días en los que debemos focalizarnos en asuntos espirituales, estudio de Torá, apartamiento de asuntos mundanos, etc.

Otros los distinguen como «lajem», es decir, ocasiones declaradas por el Eterno para regocijo y plenitud del judío. Días que tienen su faceta distinguida y sagrada, pero que se concentran en dar un ánimo de gozo y placer a todos los planos del ser (especialmente al corporal, al emocional y al social).

Pero, respecto a Shavuot, el Talmud (Pesajim 68b) nos declara un hecho asombroso:

«Rabbí Eleazar decía: Todos concuerdan en el hecho que Shavuot es lajem, para ustedes, pues en ese día el Eterno entregó la Torá a Israel.»

Podría resultar paradojal, que el día de la entrega de la Torá al pueblo judío, sea un día en el cual tenemos la obligación de deleitar nuestro cuerpo, beber (con moderación), comer ricos manjares, disfrutar de intimidad, descansar, pasar momentos de amenidad y sin complicaciones.

Sin embargo, cuando nos adentramos en el pensamiento de la Torá no nos sorprendemos en absoluto, puesto que sabemos que el Eterno nos ha construido con cinco planos de realidad (físico, emocional, social, mental y espiritual). Cada uno de estos planos es bueno, en su equilibrio. Cada uno de estos planos es necesario e imprescindible. Debemos nutrirnos adecuadamente en cada uno de ellos, sin renegar de ninguno de los placeres permitidos que el Eterno nos ha conferido.

La santidad de la persona, la de Israel, no radica en negar el cuerpo, ni en vivir mortificados y espantados del gozo.
Por el contrario, el gozo con sentido, el placer que tiene como objetivo la unidad y la trascendencia, son elementos esenciales en nuestro crecimiento.

Estamos a pocas horas de celebrar el inicio de Shavuot (5768), quiera el Eterno que sepamos disfrutarlo alimentando cada uno de nuestros planos, reencontranso la senda de la Torá. Haciendo un tikún (reparación) no solamente de estudio de Torá esta noche, sino rectificando nuestra conducta diaria para constituirnos en socios del Eterno en la recreacion constante del mundo.

Jag sameaj.

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