Matot y Masei

Esta semana leeremos las dos parshiot que dan cierre al cuarto libro de la Torá, Bemidbar/Números.
Pongámonos en contexto, corre el año 2488 desde el inicio de la humanidad, los 40 años en el desierto están llegando a su fin.
El liderazgo del pueblo de Israel está cambiando lentamente, pues Miriam y Aarón han fallecido recientemente y ya Dios le ha anunciado a Moshé su pronta muerte.
Elazar haCohén ha quedado ungido como el Cohén Gadol, Sumo Sacerdote, en reemplazo de su padre.
Iehoshúa bin Nun ha sido nombrado el sucesor de Moshé y éste le ha investido con parte de su autoridad y poder, como lo hemos leído en la parashá de la semana pasada.
El ánimo está excitado, pues se siente próxima la conquista de la Tierra Prometida, sin embargo, no faltan las dificultades. Muy diferente hubiera sido 40 años atrás, cuando deberían haber venido desde Egipto en pocas semanas y tomar posesión de la Tierra de forma pacífica y ordenada. Pero, los pecados del pueblo alteraron los planes Divinos. Primero con el becerro de oro, luego con el retraso a causa de la crisis provocada por los diez espías. Ahora el contexto sociopolítico es otro, el impulso victorioso de los judíos viene precedido de menos publicidad, sin dudas habrá obstáculos que antes no hubieran existido. Pero es la realidad del aquí y ahora la que hay que afrontar y vencer.
Veremos pues, qué nos ofrece de aprendizaje las parshiot Matot y Masei, de las cuales te invito a conocer sus temas siguiendo el orden de aliot laTorá.

1ª aliá: Hay una serie de leyes concernientes a  los votos (promesas) personales.
Se destaca el valor de la palabra, del compromiso, de cuidarse mucho en aquello que uno promete porque la palabra tiene un gran poder, para bien y para mal.
Podríamos preguntar qué sentido tiene este párrafo acerca de las promesas en este lugar de la narrativa de la Torá, pues parece un poco fuera de contexto. Estamos en los momentos finales de la travesía, a punto de ingresar a Eretz Israel, ¿qué tiene que hacer acá y ahora este tema, tan importante, pero tan aparentemente fuera de lugar?
Espero recibir tus ideas al respecto, serán bienvenidas.
Te cuento que habrá una respuesta publicada en video, al cual puedes acceder en nuestro canal: https://youtube.com/yehudaribco,  ¡te espero! (De paso, suscríbete y haz clic en la campanita).
Luego, Moshé recibe instrucciones de liquidar a Midián, pues era un peligro constante en contra de la supervivencia de la nación judía. Él no estaba muy afín con la idea, entre otras cosas, porque había sido su patria durante cuarenta años, era la cuna de su esposa e hijos. Pero había que cumplir la Voluntad Divina. En la batalla, mueren los enemigos de Israel, el rey midianita de Mohab, Balak de triste recuerdo, así como el perverso brujo Bileam.

2ª aliá: Después de la guerra, Moshé instruye a los soldados sobre las leyes aplicables de Tumá – impureza, y se ocupa de la división del botín entre los soldados, la comunidad y el Mishkán.

En agradecimiento por el hecho de que ni un solo soldado judío cayó en la batalla, los generales y capitanes donan al Mishkán su porcentaje personal del oro capturado.
Desde nuestra mirada 33 siglos más anciana, quizás podríamos ver estos relatos, así como otros en la Torá y muchas reglas y costumbres para ellos normales, como cosas muy extrañas y hasta poco admisibles. Si así pensáramos, estaríamos en nuestro derecho, lo que no quita que aquellos antepasados tenían una cultura y estilo de vida en muchos aspectos diferentes a la nuestra. Agradezcamos a Dios que en aquella época fue recibida la Torá, escrita y oral, y por consiguiente se inició un mayor perfeccionamiento de la humanidad en valores, creencias, conductas. Es muy probable que veamos lo grotesco del pasado como tal, gracias a las generaciones de nuestros ancestros que fueron educándose en los principios éticos de la espiritualidad y fueron con ello enseñando al resto de las personas la Voluntad de Dios, de vivir en paz y respeto.

3ª y 4ª aliot: las tribus de Reuvén, Gad y la mitad de Menashé se acercan a Moshé para solicitar en propiedad los territorios de Transjordania capturados a Sijón y Og. Moshé primero trata su petición con sospecha; ya en el pasado gente de las mismas tribus habían instigado a los demás a rebeliones y a no querer ingresar a Eretz Israel. Ya mucho había sufrido Moshé, y el pueblo judío, por esas inconductas. No había lugar ahora para volver para atrás.

Sin embargo, se llega a un acuerdo entre las dos tribus y media y Moshé: Transjordania a cambio de liderar las líneas del frente en la campaña para tomar Eretz Israel. No regresarían los soldados de esas tribus a sus nuevas casas y tierras hasta que el último de sus hermanos israelitas no tuviera su propia parcela en la tierra de Israel. Esa promesa, la cumplieron a rajatabla, permaneciendo casi tres décadas fuera de sus hogares luchando por sus hermanos.

5ª aliá: Moshé instruye al pueblo de Israel a limpiar la Tierra de todas las influencias negativas, y establece los límites bíblicos de la Tierra. La poderosa cultura idolátrica egipcia seguía siendo un peligro para los endebles hebreos, pero no quedaban a resguardo fácilmente tampoco de la cultura perversa de los canaaneos. Por ello, la necesidad de extirpar de raíz todo lo que pudiera hacer fracasar el Plan Divino, de convertir a Israel en una sociedad justa, fiel, bondadosa, leal al Eterno y por consiguiente, los mejores maestros para todas las naciones en el camino a la perfección de la humanidad.

6ª aliá: Se nombran nuevos líderes para supervisar la división de la Tierra, y las 48 ciudades levíticas, incluidas las 6 Ciudades de Refugio

7ª aliá: Se detallan las leyes sobre el asesino involuntario y se establece la prohibición de casarse fuera de la tribu de uno. Esta prohibición era solo para la generación de aquellos que ocuparan la Tierra de Israel, así las tribus establecían fehacientemente sus provincias y linajes.

¡Shabat Shalom!

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