Parashat Bejucotai 5768

Shabbat: Iyar 19, 5768; 24/5/08

Un comentario de la Parashá Bejukotai (Vaikrá 26:3 – 27:34)
*La llave de la felicidad*

¡Qué bueno encontrarnos nuevamente para estudiar un poquito de Torá!

Como debes saber, el estudio de Torá es una de las 613 mitzvot que Hashem nos ha encomendado cumplir al pueblo judío.
De acuerdo a lo que nos indican nuestras confiables fuentes, «talmud Torá kenegued culam«, esto quiere decir «el estudio de Torá equivale al cumplimiento de todos los preceptos».
Esto es así puesto que al conocerlas estamos capacitados para cumplirlas. Ya que, como enseña nuestra Tradición, «el ignorante no puede ser devoto», siendo que no conoce con precisión la senda por la cual debe transitar, ni está en conocimiento de los aspectos que le sirven como guía y orientación.

Por tanto, es buenísimo que le dediquemos un tiempo fijo al estudio de la Torá.
De tal manera de conocer aquello que el Eterno nos ha dejado como patrimonio perpetuo, para todas las generaciones de judíos. Porque por intermedio de este conocimiento estamos condicionándonos para llegar a la práctica de aquellas conductas virtuosas que construyen Shalom en el mundo, en la familia, en la persona.

Esta línea de pensamiento está en perfecta armonía con el comienzo de nuestra parashá:

«Si andáis según Mis estatutos y guardáis Mis mandamientos, poniéndolos por obra, os mandaré la lluvia a su tiempo. La tierra dará sus productos, y el árbol del campo dará su fruto.«
(Vaikrá / Levítico 26:3-4)

La Torá promete bienestar, prosperidad, paz, armonía, en todos los planos de existencia, incluido por supuesto el físico-material, siempre y cuando armonicemos nuestra existencia por medio del ejercicio integral y pleno del judaísmo.
Tan simple y claro, pero tan difícil de llevar a cabo; pues, muchas veces los preceptos nos enfrentan a nuestras pasiones, nos impulsan a desarrollar la voluntad en vez de la desidia, nos exigen trabajar para alcanzar nuestros objetivos y no solamente esperar sentados a que nos llueva la solución.

Presta atención a la promesa de Hashem al pueblo judío, cuando actuamos con fidelidad a la Torá:

«Yo pondré Mi morada entre vosotros, y Mi alma no os abominará.
Andaré entre vosotros y seré vuestro Elokim, y vosotros seréis Mi pueblo.
Yo soy el Eterno vuestro Elokim que os saqué de la tierra de Egipto para que no fueseis sus esclavos. Yo rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con la cabeza erguida.«
(Vaikrá / Levítico 26:11-13)

Hashem sacó a Israel de Egipto, pero principalmente nos ha dado una herramienta preciosa para sacar a Egipto de dentro de Israel.
Egipto,a demás de una nación antigua, es también un símbolo. Mitzraim representa las pasiones desatadas, la esclavitud a los instintos, las pesadas cadenas de la idolatría y la inmoralidad.
Pero la Torá es el remedio para todo esto.
Con Torá, y cumplimiento de sus preceptos, se lleva Luz hasta las entrañas mismas de las prisiones, se cortan las ataduras dolorosas, se quiebra el imperio de las pasiones para dejar paso a un vida saludable y armoniosa.

Y no pensemos que se está refiriendo la Torá a cuestiones «religiosas» exclusivamente; a rituales; a símbolos y objetos del culto divino. Destacado sitial tienen los preceptos éticos, aquellos que apuntan al perfeccionamiento de la persona, al vínculo saludable con el prójimo, al bienestar de la comunidad.
Preceptos tales como respetar y honrar al padre y la madre, devolver el objeto perdido, ayudar al débil, proteger al indefenso, negarse a participar de la burla, etc. son fundamentos sustanciales que hacen a la buena vida de la persona.
Al respecto, quiero contarte un breve y quizás conocido cuento.

Un día llegó un hombre anciano y sabio a la ignota ciudad.
Unos jóvenes pretenciosos decidieron probarlo y le preguntaron: «Si eres un sabio, entonces sabrás decirnos antes de una semana quién es la persona más generosa de este pueblo.»

Al día siguiente el anciano se paró en una calle céntrica, junto a él apostó un cartel que decía: «POR FAVOR, NECESITO ALGO DE USTED. GRACIAS.»

Muchos le dieron dinero. Éste el anciano lo agradecía, pero entregaba a los mendigos que estaban por el lugar.
La gente no entendía su actitud. Algunos lo juzgaron como inestable. Otros como que precisaba alimento, por lo que al día siguiente algunos nuevamente le dieron plata, en tanto otros le trajeron comida (de diversa calidad, por supuesto).
Todo esto el anciano rápidamente lo agradecía para luego derivarlo a los mendigos de la cuadra, no aceptaba para sí ni dinero ni comida de la gente.
Al día siguiente el sabio siguió en su lugar, con su cartel, pero parecía que ninguno entendía lo que estaba pidiendo.
Así pues, algunos le dieron comida, otros plata, otros ropa vieja… nada de esto se quedaba el anciano, que prontamente lo agradecía y distribuía a los mendigos que lo rodeaban.

En eso, un hombre apareció se acercó al sabio, le preguntó cómo estaba, le sonrió, conversó un rato con él y después se retiró. No sabemos si le dejó algún billete, hasta tanto no recuerdan los testigos. Pero sí sabemos que ni bien el el hombre se fue, el sabio recogió su cartel y abandonó el lugar.

Dos días después, los jóvenes vinieron a que el sabio les dijera quien era la persona más bondadosa del pueblo.

El anciano respondió: «Apreciados jóvenes, la realidad es que tanto el dinero como la comida que me dieron no tenían nada de especial. Simplemente cumplían con su deber, por tener algo, dando a los que no tienen. Sin embargo, la persona que se acercó, me sonrió y conversó conmigo es la mejor de todas, porque me dio la riqueza de la vida y la comida del alma. Ese hombre no me dio algo, sino que me dio algo de sí mismo.»

¡Te deseo a ti y a los tuyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom!

Moré Yehuda Ribco

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Otros comentarios de la parashá, resumen del texto, juegos y más información haciendo clic aquí.

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orah

bellisimo!!
me encanto el cuento tbn!
y en realidad cuando se da tzdaka es meritorio preg. a la persona como esta o sonreirle .
la tore es un arbol de vida p/ los q’ la siguen y trae mucha felicidad seguir sus caminos.
ashrei,feliz del q’ la sigue..

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