Resp. 4524 – Estoy enojado…

Buen día.

De acuerdo a lo que venimos aprendiendo acerca del EGO (una forma de comprender lo que en la Tradición denominamos Ietzer haRá), el enojo es un producto resultante del sentimiento de impotencia.
Cuando nos sentimos en estado de impotencia, sea real o fantaseada, uno de los primeros efectos es el sentir enojo. Éste puede ser parte de un complejo sistema para manipular a otros y alcanzar algún beneficio, o llamar la atención, o hundir a la persona en un estado aún más intenso de sensación de impotencia.
Cual fuera la finalidad, el enojo nunca resuelve nada realmente sino que conlleva mayores conflictos y penurias.
Así sucede, cuando dejamos al EGO sin control, su poder es destructivo, de sí mismo, de otros, de relaciones, y muy especialmente en la explosión interna y/o externa que es el enojo.

El EGO es como un falso dios interno, que se impone como salvador, como camino, como luz, como verdad, que reclama adoración, que instruye religiones y dogmas, inventa imperios y las trampas para sostenerlo, vive de la fe oscura, vive de la falsedad. El EGO es el gran escollo para gozar a plenitud del abrazo existente con el Eterno y con el prójimo.
Es bueno comenzar a estudiar sobre este tema, pues abre muchas puertas hacia la libertad, hacia la integridad, hacia lo que es bueno y justo. No hay pérdida de tiempo en repasar lo estudiado y en aplicar aquello que libera del lazo tramposo.

El Talmud (113b) enseña: "El Eterno ama a tres clases de hombres: aquel que no se enoja, aquel que no se embriaga, y aquel que no está pendiente de ser ofendido (”para guardar rencor por ello”, según Rashi en TB Meguilá 28)".
Tres expresiones del EGO: violencia, desconexión de la realidad y susceptibilidad a lo que se considera agresión en su contra para usarlo como motivo para el rencor.
Y sí, al Padre Celestial le agrada aquella persona que hace su esfuerzo para despojarse de la mochila del EGO para vivir en armonía con el camino correcto.

Recordemos al gran maestro, Maimónides, en las “Leyes sobre Creencias” (Deot 2:3): “… así también es con el enojo, que es un rasgo extremadamente destructivo, y es necesario que uno se distancie lo más posible de él, y se entrene para no enojarse, incluso en aquello que pareciera apropiado estar enojado. Si la persona quiere establecer un punto con su familia o comunidad, si quiere mejorar los caminos de ellos, la persona puede fingir enojo para impresionarlos pero debe estar en absoluto control sobre sí mismo, porque finge el enojo pero no está verdaderamente enojado.
Los Sabios establecieron que aquel que está enojado es como uno que practica la idolatría. Además especificaron que cualquiera que está enojado, si es sabio pierde su conocimiento, si es profeta pierde su don profético. Aquellos que viven con ira, su vida es mejor que no sea vivida, sino que ellos nos comandaron a distanciar nuestro ser del enojo al punto que no seamos sensitivos ni siquiera a lo que debiera enojarnos. Ese es el mejor camino, el del justo y bueno, que escucha que lo insultan pero no se enoja ni insulta en represalia…”

Tomando esto como introducción, paso ahora a responder superficialmente a su primer consulta, “Que puede ser esto que siento?“.
Le digo que, me parece que en su caso personal podemos tomar al enojo como una alerta, se encendió la alarma de que hay algo que debe ser mejorado en su personalidad, algunas cualidades para perfeccionar y no dejar que sea el EGO quien siga al mando de importantes aspectos de su vida. Esa desconexión que siente con Dios, no es real, porque nunca estamos desconectados de Él, pero su sentimiento sí que es muy real. Su enojo lo está llevando a distanciarse de su Yo Auténtico, y por ello mismo del Eterno.
Con su enojo en vez de elaborar soluciones y avanzar hacia una mejor situación, se está socavando su propio camino.
Siente al Eterno indiferente, cosa que nunca puede ser cierta, pero es muy cierto su sentimiento, puesto que es su EGO el que le anestesia, le confunde, le hace sentir cosas que no son del todo ciertas para de esa forma mantenerlo aprisionado, esclavizado.
Entonces, es necesario trabajar sobre el enojo, pero especialmente sobre su sentimiento de impotencia, y por ende evaporar el yugo que el EGO está manteniendo en su vida.
Si tiene interés, disponibilidad, ganas, puede probar algunos encuentros de orientación personal conmigo, para ir develando lo que lleva en su interior, descubriendo su mejor rostro, el verdadero, el de su Yo Auténtico y aquello de su Yo Vivido que armoniza con él. O puede pedir orientación psicológica, o de un rabino entrenado en el tema. Tiene opciones, pero no deje que los preconceptos y mucho menos el EGO sean los que sigan al comando de su vida.

La segunda pregunta, creo que está contenida la respuesta en la que ya he brindado. Es nuevamente la impotencia, el trabajo desmedido para sobresalir de ella pero a la vez tropezar y caer más abajo en el sentimiento que se procura evitar. Sí, mucho enojo acumulado, mucha frustración, muchos miedos, mucho desconocimiento de lo bello que hay dentro de usted, en su presente, pero que está tapado por las máscaras y cáscaras del EGO.

Le deseo todo lo mejor, un presente brillante, un futuro aún mejor, con calma, armonía, plenitud y sentido.

Que sepamos construir Shalom.

Moré Yehuda Ribco