Parashá Toledot 5767

Shabbat: Kislev 4, 5767; 25/11/06

Un comentario de la Parashá Toledot (Bereshit 25:19 – 28:9)
Bendición perpetua

 

El segundo patriarca judío, Itzjac afirma con precisión:

"¡Yo lo bendije, y será bendito!"
(Bereshit / Génesis 27:33)

 

Las palabras de un tzadik, de la persona justa e íntegra, se cumplen.
Cuando el justo ha pronunciado su bendición, no hay nada que pueda frenar que la misma se haga realidad.
Por esto los justos suelen ser sabios, que miden sus palabras y bendicen a cada quien según le corresponde.
¡Cuánto más las palabras del Todopoderoso!
Él ha dado Su bendición perpetua a la nación judía, de generación tras generación, por siempre.
Él ha entablado una alianza firme con Israel, que nada ni nadie puede quebrantar.
Él ha prometido, y no es hombre para retractarse.

Así pues, la bendición celestial recae siempre sobre el pueblo judío, pero solamente germina cuando la nación la cuida y la nutre.
¿De qué manera?
Pues, al estudiar Torá para compenetrarse con la bendición, conocerla, y beneficiarse de ella; y al cumplir fidedignamente con los mandamientos, puesto que es ésta la labor que convierte a la bendición en una realidad.

Ya lo sabes.
Como judío, siempre estás bajo un halo de bendición divina, pero que solamente puedes percibir y gozar cuando te comprometes a llevar una vida de Torá y preceptos.

Ahora bien, ten presente esta imagen que te presentaré ahora.
Cuando está amaneciendo las sombras son más presentes que la luz. Sin embargo, no habría sombras si no existiera una luz para darles vida.
Cuando el día avanza, las sombras de los objetos se van delineando, adquiriendo dureza y precisión. Cuanto más luz, más fuerte y definida parece la sombra.
Pero, cuando la luz está en su cúspide, cuando es el mediodía, las sombras se desvanecen, quedan tragadas por el juego que se da entre la luz y los objetos.
Como esto es la vida misma.
Cuando la pesona vive en las penumbras del pecado y/o error, un poco de luz, un poco de Torá, de Verdad, de señalar lo malo, parece como si provocara una gran oscuridad en el alma de la persona, como que la luz no tuviera fuerzas para vencer a lo malo.
Cuando el conocimiento de la Torá va avanzando en la persona, de a poco ésta puede ir delineando los contornos de las cosas, tanto de lo correcto como de lo incorrecto. Las sombras ya no son tan extensas ni profusas, aunque estén más fuertemente dibujadas. Es que el conocimiento de Torá sirve para despejar las dudas, para marcar los límites precisos.
Cuando el conocimiento de Torá junto al cumplimiento de los mandamientos se ha tornado en lo habitual para la persona, cuando la luz espiritual es del mediodía, entonces ya no hay sombras a la vista, las sombras quedan sumergidas en el pasado.
¡Ese es el momento de mayor gozo de la bendición celestial!

Quiera el Eterno que nos amanezca pronto, y que tengamos el valor y la prudencia como para continuar aceptando más rayos de Luz, para despejar las sombras de nuestras vidas, de manera tal de vivir en bendición realizada.

¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom!

Moré Yehuda Ribco

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