Te mencionaré algunas de las muchas cosas que podemos aprender del patriarca de los judíos, Abraham, en la parashá Lej Lejá y en los comentarios tradicionales acerca de ella:
- Supo romper con las ideologías sin dar excusas para continuar siendo servil a ninguna de ellas.
- No tenía miedo de ser diferente, cuando era necesario serlo.
- Sabía que no hay nada permanente en este mundo, por tanto, soltaba, dejaba ir, fluía sin aferrarse inútilmente.
- Sin embargo, se tomó el tiempo para diseñar al menos un objetivo trascendente para su vida, y se dedicó a conseguirlo.
- Cambiaba, cuando era necesario hacerlo.
- Tenía claro que, cuando las cosas terminaron, terminaron. No hay ventaja en pretender lo contrario, o en atar aquello que tiene que permanecer desatado.
- Se mantenía calmado, en paz, a pesar de que el mundo alrededor pareciera estar cayendo a pedazos.
- Dejaba que la gente comentara, opinara, se enojara, divergiera; porque él no era el dueño de las creencias de nadie.
- Amaba al prójimo, por tanto quería su bien y evitaba en lo posible su mal.
- Sabía que él era un eslabón y no toda la cadena; sin embargo, sin él, la cadena no existiría.
- Tenía paciencia y ánimo para sostenerla.
- Su mente era inquieta, pero su corazón permanecía en paz.
- No se dejaba doblegar por los pendencieros, aunque fueran fuertes y dispuestos a hacérselo notar.
- Tenía claro que en el mundo hay un Amo, aunque no lo hubiera aún conocido.
- Era generoso, porque entendía que lo único que nos queda al final del día, es aquello que hemos compartido sin esperar nada a cambio.
- Cuando la situación ameritaba el uso de la fuerza, no tenía inconveniente en usarla.
- Era amable, pero firme.
- Era firme, pero no rígido.
- Era aventurero, pero no por aburrimiento o por las ganas de demostrar que era mejor que otros.
- Sabía que perder es parte de la fórmula del éxito.
- No le hacía asco al esfuerzo, porque poco se consigue que valga la pena sin esfuerzo.
- Tenía en cuenta que todo es un aprendizaje, aunque algunos son más duros de soportar que otros.
- Su vida era un viaje, lleno de idas y pocas llegadas.
- No pretendía fundar religión alguna, pero sí que los de su entorno y su familia tomaran conciencia de que somos seres espirituales en un tránsito terrenal.
- Aquello que no se consigue hoy, quizás se consiga mañana o tal vez quede para algún otro tiempo, lugar y persona.
¿Cuáles de estas enseñanzas las quieres incorporar a tu vida?
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