"Pinjás, hijo de Eleazar, hijo de Aarón el sacerdote, ha hecho tornar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos: por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel." (Bemidbar 25:11)
Según la tradición, el espíritu combativo de Pinjás fue heredado por el famoso y nunca olvidado profeta Eliahu.
Como podemos leer acerca de éste en el libro Melajim I (Reyes I), tenía un fuerte temperamento, una postura firme, y a pesar de ser mensajero de H’, y de intentar promover el Bien y la Paz, en numerosas oportunidades su celo, su pasión, su ahínco lo llevaron a acciones desmedidas, hasta quizás, injustificadas.
Y tal como cientos de años antes Pinjás fuera bendecido por H’ con el Shalom, la Paz, para que armonizara su conducta con sus objetivos, Eliahu HaNabí fue educado por H’, a través de la siguiente profecía:
"Y Él le dijo: Sal fuera, y párate en el monte delante de Hashem. Y he aquí Hashem que pasaba, y un gran y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Hashem; pero, Hashem no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero, Hashem no estaba en el terremoto.
Y tras el terremoto un fuego; pero, Hashem no estaba en el fuego. Y tras el fuego un susurro tenue y apacible." (I Melajim 19:11-12)
Entonces comprendió Eliahu: H’ no precisa estruendos, estremecimientos, ruidos, gritos, grandes manifestaciones, populachos enardecidos, pues H’ se encuentra en el susurro, en la voz calmada, en las palabras suaves…
H’ es Sabiduría, Justicia, Verdad, Generosidad, Bien…
Por lo tanto, si buscamos a H’, y queremos encontrarlo, ¿en dónde lo buscaremos?
¿En el griterío, en las palabras altisonantes, en la muchedumbre, en el quebrantamiento de montañas y de rocas, en el fuego de la discordia y la pelea?
¿La Verdad se encubre en disfraces de poderío desmedido, injusticia descarada, prepotencia?
La respuesta es: H’ está en el susurro apacible, en la melodía armoniosa, en las palabras apenas audibles. En las caricias, más que en los golpes. En la mansa respuesta, más que en la acción violenta y fanática.
Es casi un axioma de la psicología que las personas realmente débiles, y que sienten su extrema fragilidad como una amenaza para su preservación, en muchos de los casos utilizan el recurso de presentarse como sumamente poderosos, indestructibles, Terminators y Rambos juntos, para ahuyentar sus temores, y que los otros no puedan reconocer su verdadero estado lastimoso.
Estas mismas personas psíquicamente flojas, también gustan de burlarse del otro, de la humillación, de rodearse de amigos bravucones que ofenden y violentan la vida ajena…porque, en el fondo son tan, pero tan débiles, que solamente a través de la degradación ajena pueden sentirse un poco seguros de sí mismos.
Por eso, la sabiduría, la paz, la justicia nunca van a estar entre los que hablan como ladridos de perros, ni entre los que usan el único argumento de deshonrar al otro buscando prevalecer ellos mismos.
Ejemplos notorios y desgraciados abundan en nuestro siglo, y en anteriores también…por eso, debemos aprender a reconocer esta importante lección:
La pasión desmedida, aun la que tiene finalidades superiores (como la que tuviera Pinjás al final de la parashá anterior) son buenas en tanto sean temporarias, breves, seguidas de la reflexión inteligente, de la suavidad de la armonía…porque, de lo contrario, la persona en lugar de ser más humana, se transforma en tempestad, terremoto, incendio, desolación y desierto estéril…
Preguntas:
- ¿Por qué a menudo la persona con poca autoestima tiende a rebajar a los otros?
- ¿Cómo superar la baja autoestima?