Si cambias para agradar a otros,
solo cambias alguna de tus tantas máscaras que te hará sentir peor luego.
A no ser que la nueva máscara –de algún modo-
coincida con algún aspecto de tu NESHAMÁ.
¿No sería mejor ser consciente y responsable por el destino de tu placer en la eternidad?
Las buenas acciones son una buena «mascara». Hacer algo por y para otro transforma nuestro semblante y nos da una «nueva» cara.
Gracias Moré