El EGO puede hacerte creer más de lo que realmente eres,
para que la impotencia se apodere de ti.
Tarde o temprano la realidad choca como un muro de concreto,
cuando los acontecimientos exponen nuestras falencias.
Podremos engañarnos, lo cual sabemos es otro procedimiento habitual del EGO,
así como estafar a los demás, pero la falta de poder ahí está,
por más que intentemos ocultarlo,
barrerlo como mugre debajo del tapete.
Sueñas con que alcanzaste un peldaño ideal,
que no tienes errores ni necesidad de continuar aprendiendo y puliendo tu ser.
Te sientes “ideal”, intocable, habitante de una nube perfecta
rodeado por personajes defectuosos que no merecen tu atención.
Y lo cierto es que, eso es una fantasía,
a veces delirante, otras veces también.
No aspires a ser ideal,
ni admitas un segundo la creencia de serlo.
Cuanto más te escapes hacia las nubes,
más duro será el golpe con la realidad.
Aunque lo disfraces,
aunque lo niegues,
aunque inventes miles de justificaciones y te exoneren tus compinches en la impotencia.
El hecho es que
somos limitados.
Aunque nuestra NESHAMÁ sea parte del infinito,
por más que seamos hijos de Dios,
la impotencia es nuestro pan cotidiano.
Saberlo y sentirlo,
admitirlo y no fracasar por ello,
nos hace más fuertes.
En la conciencia está la diferencia.
Para luego, crecer realmente hasta el máximo de nuestro potencial posible de manifestar en esta existencia.
Mientras más aprendo acerca del EGO más entiendo que aquello de «el amor es la fuerza que mueve al mundo» en realidad es un romanticismo. Nos movemos más por miedo, impotencia que por amor.
Saludos Moré!
es que ese amor no es el AMOR.
un abrazo querido y nuevamente feliz cumple! que sea este en el cual tu país encuentre la felicidad y bendiciones.
Amen! Muchas gracias Moré y amigo!
Y sí, ese amor no es el AMOR.
Abrazos!