La Torá NO pide, ni ordena, creer en Dios.
Pero SÍ que sepamos, con conciencia y conocimiento y no especulaciones sentimentales, que Él existe y opera en el mundo.
Y, por supuesto, que conozcamos Sus mandamientos y los cumplamos lo mejor que podamos. Los gentiles los Siete de las Naciones, los judíos aquellos que a cada uno corresponde de los 613 de la Torá.
Es por esto que los ASERET HADIVEROT (mal traducidas como “diez mandamientos”) comienzan así:
«[Haz de saber que] Yo soy, el Eterno tu Elohim que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud:»
(Shemot / Éxodo 20:2)
La sensiblería de la “emuná”, cuando es traducida como “fe”, es un hueco intelectual y que no corresponde al modo espiritual de vida. Por más que multitudes repitan enceguecidas que la “fe” es esencial, que la vida depende de la “emuná”, nosotros tengamos bien en claro que NO ES el camino del Eterno, pero sí el propio de las religiones y por tanto del EGO y no de la NESHAMÁ.
Esto es así cuando emuná se entiende por fe, la cual sería aceptación sumisa e irracional incluso de lo absurdo, con la excusa de que es imposible para el hombre entender las cosas de Dios. Por lo cual, se desprecia el verdadero pensamiento y se deja la fe en el piso de las ideas, pisoteada por creencias y lemas que se repiten con la lealtad del niño temeroso de contradecir al mayor.
Por el contrario, la “emuná” bien comprendida, aquella que es clásica en la Tradición espiritual, nos confirma que es conciencia de las cosas de Dios y ejercicio práctico del cumplimiento de Sus mandamientos, es lo que se forma y fortalece al cumplir nuestra parte en la tarea sagrada.
No es abstención de pensamiento racional, ni fanatismo ciego, ni aceptación muda de cualquier postulado, ni seguir esclavizado a creencias sin procesarlas intelectualmente.
Es llegar hasta donde alcancemos llegar en nuestro pensamiento, analizando, criticando, preguntando, indagando, debatiendo, estudiando, descubriendo y reconocer el límite de nuestra comprensión cuando lleguemos al tope de nuestro esfuerzo intelectual.
¡Qué diferente la verdadera emuná de aquella que promueve el EGO con sus esclavos religiosos!
Recuerda, aunque te lo diga alguien con larga barba y camisa blanca, hábil discurso y sonrisa de vendedor experto, la emuná no es la fe típica de las religiones.
Porque, deberás exprimir hasta la última gota tu capacidad intelectual, mientras cumples con fidelidad lo que te corresponde, y cuando llegues al extremo de tu capacidad comprensiva, es entonces que deberás aceptar la limitada existencia del hombre y admitir aquello que aún no hemos podido encontrar su esencia y funcionamiento.
Por más inteligencia puesta, aunque tengamos bibliotecas enteras de sabiduría, igualmente nos topamos con el oscuro lugar de la ignorancia pues la esencia del Eterno se escapa de nuestra finita mente, así como no siempre tendremos noción de Sus caminos.
Tengamos presente uno de los versículos de la parashá BEHAR:
«Porque los Hijos de Israel son Mis siervos; son siervos Míos, a quienes Yo saqué de la tierra de Egipto. Yo soy el Eterno, vuestro Elohim.»
(Vaikrá / Levítico 25:55)
Él nos dio la libertad, para hacernos y confirmarnos como Sus siervos.
Porque esa es la libertad finalmente, la que nos permite ser nosotros totalmente; conscientes de ser NESHAMÁ y por tanto llevando nuestra conducta a sintonizar con ella.
Podemos ser esclavos de la fe, y vivir con fe de esclavos.
O podemos ser libres y por tanto desplegar las alas de la emuná verdadera, porque es la emuná aquella que nos libera de los lazos del EGO.
Gracias moré.
Ha sido un bonito estudio, lo disfrutamos con Benjamín.
Unas notas suyas de los últimos párrafos:
No importa lo que diga nadie, Emuna no es fe.
Exprimir nuestra CI y llegar al máximo de CC, aceptando la impotencia.
Aunque seamos y tengamos sabiduría, seremos ignorantes, no siempre encontraremos el camino a la Neshamá.
La emuná no nos da lazos, no nos esclaviza, nos libera de ello, del EGO.
A seguir creciendo.
gracias, regalos de cumpleaños
Q sirva ahora y a quienes vienen. Eso depende en gran parte de nosotros como veo.
Gracias Moré Al principio del artículo esta escrito: «Pero SÍ que sepamos, con conciencia y conocimiento y no especulaciones sentimentales, que Él existe y opera en el mundo». Esta vez voy a escribir en primera persona, pero deseo inmensamente compartir una situación personal de la cual soy el único testigo: Soy Noajida, estudioso de mi identidad. Vivo en Venezuela y en mi país actualmente existe una profunda crisis incluida la escasez de alimentos. Aproximadamente hace un año, recorriendo un supermercado iba buscando harina de maíz que estaba escasa y la cual se utiliza para hacer la «arepa». Alimento típico de… Read more »
gracias