Unas breves ideas para comenzar un año, Dios quiera, poderoso y de bendición.
- El mundo en el cual el Creador nos colocó es de limitaciones. Es un hecho ineludible que aquí estamos limitados por la materialidad.
- Pero en verdad somos NESHAMÁ, es decir, espíritu, chispa de Dios, una parte de la eternidad.
- El ser humano pierde a menudo la conciencia espiritual, se olvida que es NESHAMÁ y que NO ES esta personalidad que está siendo en este mundo.
- Por ese olvido, fracasa una y otra vez en superar su mirada limitada de la realidad.
- Como enseña el conocimiento cabalístico: “El humano es un pequeño universo; el universo es un gran humano”. Por tanto, nuestra interpretación de la realidad nos marca la forma en que vivimos, y la forma en que interpretamos y vivimos pauta nuestro entorno.
- En su limitada existencia terrenal, el humano desea dejar de lado el sufrimiento, porque presiente que puede siempre estar mejor, tener más poder.
- Ese deseo lo lleva a descarrilar, a perder aún más el rumbo espiritual, pues se deja controlar por el EGO, en lugar de permitir que sea la NESHAMÁ quien le oriente en la interpretación y acción.
- El EGO al mando hace predominar el egoísmo negativo, las acciones reñidas con el código de conducta ético/espiritual. Incluso se llega a hacer lo malo, aunque la esencia de todo humano es buena.
- Esta forma de vida y esta interpretación corrosiva de la realidad hace que cada vez se viva peor, que la amargura se profundice, que no se vea solución ni se confíe en el Creador.
- Por lo cual, se recurre a todo tipo de ideación mágica, a supersticiones, a fantasías, a idolatría. Las religiones toman el lugar de la espiritualidad, la magia el lugar de la ciencia, la fantasía infantil el lugar del razonamiento equilibrado y emocionalmente saludable.
- Si pudiéramos rectificar nuestra manera de interpretar el mundo, nuestro ser interno y lo externo, si descubriéramos que jamás dejamos de ser parte del Divino, entonces podríamos abandonar toda religión, superstición, misticismo, piratería de la fe.
- Por lo cual, es indispensable corregir nuestra interpretación y eliminar todo vestigio de religión y otras invenciones del EGO que nos mantienen en esclavitud y lejos de nuestra mejor versión.
- Es necesario un camino de rectificación, de poner al EGO en su justo lugar y dejar que sea la NESHAMÁ nuestra guía.
- Para lo cual, es indispensable conocer los mandamientos que atañen a nuestra identidad espiritual y llevar a cabo nuestra tarea.
- Un resumen de esa tarea es la construcción de SHALOM, que significa pensar, hablar y hacer lo bueno y lo justo en todo momento, con toda persona, incluso con nosotros mismos.
- Cada crisis, cada probada del caos es una lección que nos da la vida para que construyamos SHALOM.
- Hay otro camino, que es sin crisis, que es sin sufrimiento; es el camino del conocimiento; pero, del conocimiento verdadero, y NO del fantasioso, religioso, supersticioso, mágico.
- El conocimiento que construye SHALOM y lo expande, que vive ecológicamente, sabiendo que todos somos parte de la Divinidad pero que aparentamos estar desconectados.
- No se precisa de grandes revoluciones, sino de pequeñas evoluciones, de dar pasitos breves pero seguros en el camino de la TESHUVÁ, que es volver a ser la mejor versión de nosotros mismos.
- Pasitos de construcción de SHALOM, de manera constante y sin excusas.
- Tal es la manera verdadera de la persona espiritual, sea del pueblo de Israel o de las naciones.
- Cada Rosh Hashaná es una nueva oportunidad para hacer el cambio de perspectiva. Porque la palabra «rosh» es cabeza, en tanto que «shaná», se traduce como año, pero se asocia íntimamente a la palabra «shinui» que es cambio. Es el tiempo de cambiar la cabeza.
Percibir nuestra verdadera identidad, la NESHAMÁ, y por tanto ponernos en campaña para construir SHALOM a cada instante.
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Shaná Tová uMetucá.