Maestro en cada situación

Cuando aprendemos a liberarnos de la tenaza del pensamiento negativo, estamos rompiendo la preminencia de las emociones negativas.

Tienes que darte cuenta que lo que te hace sufrir, la mayor parte de las veces, no son los hechos en sí mismos, sino lo que imaginamos que nos está pasando.
Es decir, de cierta manera tu cuerpo reacciona a como interpretas la realidad, y no a la realidad en sí misma.
Quiere decir que la realidad es modificada por tu pensamiento, añadiendo o quitando energías de acuerdo a cómo interpretas lo que está pasando, o a cómo imaginas lo que estaría pasando.

Te daré un ejemplo bastante simple de entender, usando algo que pasó a unos conocidos.
Ambos estaban almorzando en la cafetería de un colegio, donde se supone que el nivel de higiene es el adecuado para la preparación de los alimentos para los estudiantes y el personal.
En medio de la comida ella descubre que en su hamburguesa estaba el cuerpo de una cucaracha, ¡había estado masticando con placer cucaracha!
No te imaginas los gritos que pegaba esa mujer.
Se puso verde, blanca, colorada, corrió a vomitar, armó terrible escandalo. Parecía el fin del mundo, la tragedia más imperdonable de la historia.
Se sintió enferma por semanas, ¡literalmente!
Su pareja, sentado a su lado y comiendo la misma comida, sonrió, dejó de lado el plato y el resto fue acompañar en su excitación caótica a su esposa.
Podemos comprender la reacción de la dama, movida por el asco, la repulsión y vaya a saber cuántas cosas más que estaban en su Sistema de Creencias. Aunque nos parece desmedida y fuera de foco, igualmente podemos sintonizar un poco con su malestar. En tanto que la respuesta que dio el caballero, nos resulta más cultivada, entrenada, contenido. Quizás para el señor también resultaba indignante la situación, asquerosa, pero no para tales reacciones desorbitadas.
Ahora, ¿qué pensarían aquellos que viven en las culturas en donde comer cucarachas, chapulines, arañas y otros insectos y parecidos es absolutamente corriente y dentro de su norma cultural?
¿Cómo interpretarían esta anécdota?
(Recordemos que la leyes noájicas permiten consumir insectos, en tanto estén muertos antes de ser comidos por el gentil).

¿Te acuerdas de aquel dicho: ojos que no ven, corazón que no siente?
Ese sería el máximo desapego, porque la mente no trabaja sobre aquello que “no ve”.
Por tanto, no se produce emoción alguna acerca de lo que está pasando pero no se está viendo.
Volviendo al ejemplo de la cucaracha; su la dama no hubiera advertido medio cuerpo de bicho en su hamburguesa, se hubiera evitado muchos, muchísimos trastornos y malestares.

¿Esto quiere decir andar por la vida negando las cosas, tapándonos los ojos para no sufrir?
Será genial que te respondas tú a este pregunta.
Ahora, sigamos.

Nuestro cuerpo emocional nos indica que nos hemos metido en bucles negativos al sentirnos incómodos en el área abdominal y cardíaca, básicamente nos alerta que nos hemos alejado con el pensamiento de nuestra autenticidad. Pusimos la mente lejos de nosotros mismos y ahora estamos en una película desagradable e ilusoria, que está sucediendo en nuestra imaginación.
Ésta ha sido llevada a interpretar negativamente las situaciones o a visualizar un futuro de impotencia, por tanto el cuerpo reacciona automáticamente.

Entonces, la mente percibe las reacciones corporales de miedo y se dispara la reacción correspondiente, irracional, automática al miedo. Es decir, la mente ha creado un estado “real” para que el cuerpo reaccione instintivamente ante el peligro.

Nos metemos así en una rosca de interpretaciones-reacciones que nos desgastan, que se van acumulando, que van desgastando.
Entonces, no es infrecuente que estemos en constante estado de estrés, de pérdida de energía combatiendo imaginaciones de impotencia… las cuales nos ponen en verdad en impotencia material, pues perdemos energía, estamos bloqueados para razonar, la mente secuestrada por el EGO.

Probablemente crispado y contraído, envuelto en una pupa que pretende ser protectora, detrás de una armadura oxidada, dificultado en respirar y avanzar.
Lo cual también se suma al estado general de sentirse agredido, en dificultades, impotente y por lo tanto se sigue alimentando el sistema del EGO para defendernos de invasiones inventadas.

Van aquí algunos consejos:

1- Respirar profundamente y con calma.
2- Detener la reacción automática para tener un tiempo para pensar una respuesta.
3- Enderezar la espalda.
4- Expandir el pecho y si es posible los brazos, con las manos abiertas hacia arriba. Tener atención de que no sea visto como un gesto agresivo por el entorno.
5- Enfocar la mente en la respiración, para acompasarla, enlentecerla. No estar pensando en qué responder o en imaginar escenarios.
6- Pasados esos pocos segundos necesarios para calmar la reacción emocional, valorar la situación tratando de encontrar los puntos positivos y fuertes de uno mismo y de lo que está sucediendo.
7- Si es necesaria una respuesta hacia otra persona, hacerlo usando la Comunicación Auténtica.

Por supuesto que si estamos en una situación real de peligro inminente de daño físico, se deberá dejar al cuerpo reaccionar porque es más veloz. Por ejemplo, si se nos viene encima un camión no vamos a transitar esos siete consejos, sino que saltaremos para ponernos a salvo, si es que el cuerpo lográ reaccionar adecuadamente.

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