Parasha Vaietze 5764

Amor sin lejanías

(Esta semana corresponde leer la parashá llamada Vaietze ("Salió") que es la séptima del primer tomo de la Torá, el sefer Bereshit , conocido en español como "Génesis").

En uno de sus versículos, pareciera como si la perfecta Torá desconociera el corazón del hombre, ya que afirma:

"Así trabajó Iaacov [Jacob] por Raquel [Rajel] siete años, los cuales le parecieron como unos pocos días, porque la amaba."
(Bereshit / Génesis 29:20)

¿Cómo es esto?
¿Acaso el amado no siente que cada segundo lejos de la amada es como una eternidad de padecimientos?
¿No debiera haber puesto el santo Autor de la Torá algo así como: "Iaacov trabajó siete años por Rajel, los cuales le parecieron como siete milenios, porque la amaba"?
La respuesta a esta última pregunta es muy simple: NO.
La divina Torá es perfecta, inmutable, profundamente conocedora de la esencia de las personas, por lo cual, cada una de sus palabras es exactamente la que debe estar escrita.
Si es así, nosotros somos los que debemos contemplar con otros ojos sus palabras, si es que hallamos algo que nos resulta incongruente con nuestros escasos conocimientos.

En el versículo en cuestión tenemos una fundamental enseñanza respecto a los tipos del amor.
Existe un tipo de amor que está cimentado en la auto-gratificación. Cada sentimiento, pensamiento y acto del amado hacia la amada, tiene la intención de recibir amor/retribución de parte de la amada.
No es que el amador o su amada sean personas esclavizadas por las férreas cadenas del egoísmo, sino tan sólo personas normales, que no han tenido aún la educación necesaria que los impulse a trascender sus cortas expectativas temporales.
En este tipo de amor, cada instante de lejanía es vivido con pesar, con tormento, con celo, con aprensión; pues, se destila amor y no se recibe gratificación; pues los espíritus de los amantes están alejados cuando los cuerpos lo están.
Y, existe un tipo de amor diferente, real.
Es el amor de los amigos sinceros, de los justos, de los piadosos.
Es un amor en el cual el amador no espera nada, absolutamente nada, de parte del amado, hasta el punto que ni siquiera es necesario el imprescindible "gracias".
Cuando un amor como éste es ejercido, se tolera la distancia física entre los amantes, ya que la distancia espiritual es brevísima, pues sus espíritus están tan próximos que parecen fundidos en un solo ser.
Así, cada sentimiento, pensamiento y acción están destinados a contribuir en la construcción del ser amado, y de la pareja como tal, y no tienen la intención de satisfacer apetencias personales.

El amor que corría entre Iaacov y Rajel, era uno que permitía que siete años de esforzada lejanía, se experimentaran como un suspiro breve.

Hermosa enseñanza que nunca es tarde para tratar de implementar en nuestra vida cotidiana.
Para lo cual, una de las primeras preguntas que ha de responderse el lector es: ¿cuando amo, espero algo a cambio de parte de mi persona amada?

¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!

Moré Yehuda Ribco


Notas:

Otras interpretaciones de este pasaje de la Torá, y más estudios los hallan HACIENDO CLIC AQUÍ y AQUÍ.

Relato

Era por todos conocido el hecho de que el rabino daba para caridad más del máximo establecido por los Sabios para tal finalidad, que es un 20% de los ingresos brutos.
Ante esta ruptura de una norma rabínica, los discípulos estaban consternados, pues sabían que el rabino era un hombre fiel y apegado al cumplimiento de los preceptos, y no dejaba de lado ni los mandamientos del Eterno ni los reglamentos de los Sabios.
Uno de sus alumnos tuvo el coraje para encarar al maestro y consultarle por su extraña actitud.
A lo cual, respondió el justo y venerable rabino: ‘Mi bien, tienes toda la razón, no es correcto que la persona se atreva a contravenir las sentencias de nuestros Sabios. Pues, aquel que se aventura más allá de los límites, entra en el escabroso terreno que lleva a la perdición.
Pero, tú sabes que cuando llega el momento en que cada uno de nosotros es juzgado ante el divino Trono, prestan fiel testimonio nuestros actos, que hemos realizado en vida. Cada acto acorde con los preceptos se constituye en un defensor nuestros. En tanto que cada uno de nuestros actos erróneos, pecaminosos, se erige como un acusador.
Y el Juez juzga a partir de estos testimonios prestados por nuestros actos.
Yo prefiero que cuando se levanten para acusarme, sea por esta pasión mía de ayudar al prójimo necesitado, más allá de los límites impuestos por los justos Sabios, en lugar de recibir acusaciones por egoísmo, avaricia, codicia, estafa, idolatría y tantas otras dolencias para el espíritu.
Te aconsejo que jamás contravengas las órdenes de los Sabios, y te pido que no me juzgues tan severamente pues soy humano y débil, y estoy habituado a pecar de esta manera’.

Preguntas y datos para meditar y profundizar:

  • ¿Cómo se puede relacionar este relato con el comentario que brindamos de la parashá?

  • ¿Cuál es la enseñanza que nos deja el rabino?

  • Dios ha ordenado: "Harás según la sentencia que te indiquen [los rabinos del Sanhedrín] y tendrás cuidado de hacer según todo lo que te declaren."
    (Devarim / Deuteronomio 17:10).
    ¿Quién ha dado autoridad a los Sabios para dictar normas?
    ¿Cuál es el pecado de aquel que no acepta las ordenanzas de los Rabinos del Sanhedrín?
    ¿Tiene derecho el individuo, sea rabino o no, a dictar normas al estilo de las que emanaban del Sanhedrín?

  • El inspirado proverbista anunció: "El odio despierta contiendas, pero el amor cubre todas las faltas" (Mishlei / Proverbios 10:12).
    A la luz de nuestro comentario a la parashá, ¿cómo se puede interpretar este versículo?
    Sentimiento de amor que está carente de acciones a favor del amado, ¿es amor real?

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