Shabbat: Tammuz 28, 5767; 13/7/07
*El Buen Orden*
Los
hijos de la próspera tribu de Gad tenían grandes riquezas materiales.
Entre sus empresas se contaban millares de cabezas de ganado.
Ellos encontraron que la tierra al Este del Jordán era sumamente
bondadosa en pasturas, ideal para la crianza y desarrollo de sus
animales.
Entonces junto a sus socios y vecinos, los de la tribu de Reubén,
pidieron autorización a Moshé (y a los líderes de Israel) para quedarse
ahí.
Para hacer allá sus vidas, allende al Jordán, sin ingresar a tomar su parte en la Tierra de Promisión.
Ellos expresaron su interés:
«si hemos hallado gracia ante tus ojos, sea dada esta tierra a tus siervos como posesión; no nos hagas cruzar el Jordán.»
(Bemidbar / Números 32:5)
Moshé comprendió los múltiples peligros e inconvenientes de este planteo:
- la división de Israel,
- la lejanía de estas tribus del resto de la comunidad, lo que las dejaría en situación de riesgo de asimilación,
- la vecindad de vecinos belicosos que se podrían aprovechar del desamparo de estas tribus para eliminarlas,
- la falta de respeto hacia la Voluntad de Dios, quien ordenó que fueran a morar a la Tierra de Israel y no cerca de ella,
- la debilitación de Israel, que no contaría con los soldados provenientes de estas tribus para luchar en la conquista por Israel,
- el permitir que consideraciones exclusivamente materiales
determinara sus vidas, ya que escogían el provecho para sus bolsillos a
través de su ganado, que otras cosas.
Por tanto, un molesto Moshé no les autorizó la residencia en aquellas tierras.
Pero, los gaditas y reubenitas insistieron y negociaron.
Prometieron que construirían establos para sus ganados y ciudades para
sus hijos, prometieron que serían los primeros en luchar para que todas
las otras tribus se afincaran en Israel y prometieron que no dejarían
abandonados a sus hermanos israelitas.
En este orden lo dijeron. Te lo paso en limpio:
- Primero sus ganados, su dinero, sus negocios, lo material.
- Segundo sus hijos y la seguridad para ellos.
- Tercero sus hermanos, el resto del pueblo judío con todas sus importantes necesidades.
- Cuarto la integridad del asentamiento judío en la Tierra de Santidad.
¿Tú crees que a Moshé agradó esta manera de plantear las cosas?
Pues, realmente no.
Es que el orden de prioridades estaba errado.
El Maestro enseñó:
«Si
así lo hacéis, si os armáis para ir a la guerra delante del Eterno, y
si todos vuestros hombres cruzan armados el Jordán delante del Eterno,
hasta que él haya echado a sus enemigos de su presencia y
la tierra sea sometida delante del Eterno, luego volveréis y seréis
libres de culpa ante el Eterno e Israel. Entonces esta tierra será
vuestra en posesión delante del Eterno.
Pero si no lo hacéis así, he aquí que habréis pecado contra el Eterno, y sabed que vuestro pecado os alcanzará.
Edificaos, pues, ciudades para vuestros niños y rediles para vuestros rebaños, pero haced lo que habéis prometido.»
(Bemidbar / Números 32:20-24)
Moshé lo propuso exactamente al revés:
- Primero atiendan los factores espirituales. Si pierden el lazo
espiritual, echan por la borda todo el resto de sus ventajas. Luchen
contra la tentación a pecar. Ármense de confianza.
Porque si están unidos a lo espiritual, son constructores de Shalom. - Segundo no dejen de lado todo aquello que hace al crecimiento
social. No se aparten de la comunidad judía. Vivan de acuerdo a las
normas sociales, para que de esa manera sean constructores de la
sociedad. - Tercero, edifiquen a sus hijos. Háganles un lugar en su corazón y
mentes. Guíenlos por el buen camino. Dénles amor, respeto, educación
todo lo que precisan para convertirse en constructores de vida. - Cuarto. Por último, ocúpense de sus asuntos terrenales. Es
importante el ganado, no dejen que se deteriore, no fabriquen su propio
fracaso. Pero déjenlo en el lugar que corresponde: el último en la
escala de prioridades.
Tal es el orden indicado por Moshé, para alcanzar el verdadero éxito:
- Lo espiritual.
- Lo social.
- Lo emocional.
- Lo material.
¿Qué opinas tú de esto?
¿Qué habrías hecho en lugar de los gaditas y reubenitas?
¿Qué añadirías a lo que aconsejó Moshé?
Pero, especialmente… ¿vives tú tal como Moshé dictó?
¿Priorizas las cosas como debe ser, de acuerdo a la instrucción divina, o actúas de acuerdo a los dictados variables de tu comodidad?
¿Dejas de lado a tus hijos y familia para ir detrás del sustento?
¿Te encierras en tu grupo de pares y desamparas a tu familia?
¿Buscas la santidad pero al mismo tiempo, incorrectamente, rechazas progresar en todos los planos de tu vida?
¿Qué aprendes de esta lección?
¡Te deseo a ti y a los tuyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom!
Moré Yehuda Ribco
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