Alguien compartió en FB la siguiente frase: “El odio te impide ver virtudes, el amor te impide ver defectos”.
Parece una bella y atinada observación, como para continuar difundiendo.
¿Por qué no?
De hecho, a mí me cayó muy bien…
Hasta que recordamos que el AMOR, el verdadero que es el idioma de la NESHAMÁ (espíritu o Yo Esencial), no es lo mismo que el amor.
Porque el amor, suele ser el sentimiento de querer a alguien.
Quererlo para uno.
Al modo egoísta.
Como por ejemplo, yo te quiero porque me hace bien a mí. Como por ejemplo, yo quiero una barra de chocolate, ya que me encanta su sabor y textura. Así te amo, o eso digo sentir, por las emociones que me inspira esa propuesta, por lo agradable que se siente.
Y también porque el amor es esa buena onda e incluso acciones favorables hacia el otro, siempre y cuando me reporte algún bienestar o sensación placentera.
No es que de primera mano se anteponga ese deseo egoísta, pero al rascar un poquito la superficie ya se lo suele encontrar. Ojo, no es que sea algo malo; pero sin dudas no es lo mismo que el AMOR.
Todo esto no son suposiciones mías, sino que lo encontramos en la definición del diccionario, a la que puedes acceder online:
- Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno.
-
Sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común.
Al analizar con la mayor objetividad posible nos encontramos que el amor es un producto del EGO más que de la NESHAMÁ.
Puede estar sumamente mitigada la presencia del EGO, hasta casi hacerse invisible, pero no deja de ser presente.
Por ello mismo es que este amor impide ver defectos, porque como sabemos la herramienta pasiva del EGO ante la impotencia es la desconexión de la realidad.
Como quiero sentirme bien con eso a lo que llamo amor, prefiero hacerme tonto, mirar para otro lado, justificar, lo que sea necesario para no sufrir a causa de tus defectos.
Esos que pueden provocar dolor y daños, que afectan con impotencia, y que por tanto elijo rechazar o negar.
Ojo, no es que lo haga de manera consciente y adrede, sino que es algo “natural”; así sale por sí solo. Será que es como nos entrenan a sentir, serán las bellas historias que nos cuentan desde la cuna y a las que damos valor de creencia fundamental.
¡Yo que sé!
Lo que sí sé es que el amor sigue sin ser lo mismo que el AMOR.
Que, repito, el AMOR es el lenguaje de la NESHAMÁ.
Por tanto, conecta con el ser tal como es.
Recurre a la construcción de SHALOM, que son acciones (pensamiento, palabra, acto) de bondad Y justicia.
¿Te diste cuenta de que se precisa la armonía de ambos, tanto de la bondad como de la justicia?
Por lo cual, para el AMOR no puede haber omisión de la verdad, ni desconexión de la realidad. Sino, un ejercicio de adentrarse en ella, aunque pudiera resultar molesta y dolorosa.
Veo tus defectos y también los míos, y es precisamente por ello que llego a amarte y tú a amarme.
No es una vivencia de fantasías, sino de plenitud en el aquí y ahora.
Es coordinar el Yo Vivido con el Yo Esencial, para así manifestar materialmente a la NESHAMÁ en mi conducta.
¿Se entiende la gran diferencia entre amor y AMOR?
¿Se comprende porqué la frase tan bonita con la que dimos inicio a este estudio no me sirve para construir SHALOM sino para mantenerme en la celdita mental que me impide crecer?
Al final de cuentas, la frase azucarada encontrará un sitial de fama y aprobación, será elogiada y compartida sin cesar.
Así es este mundo y por ello la NESHAMÁ sigue rodeada de los muros de cáscaras y máscaras.